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Las notas del final son viejas, de cuando actualizaba por primera vez. Por si no entendían algo porque decía "Feliz año nuevo" antes o algo Jajajaj

~DECCAN MARTIN

Deccan:

Día #7 esperando a que me busques: Ya van 7 días, una semana, una eternidad para mí...Se me dificulta seguir respirando algo que no sea tu aroma y, si sigo haciéndolo, es porque sin oxígeno tampoco puedo vivir.


Bell:
Tan dramático como cada día...Espero que estés bien, idiota.

Deccan:
Definitivamente. Tengo la impresión de que hoy será un día excelente.

Paré de enredar un mechón de mi cabello en mi dedo índice, liberé el teléfono de mi agarre, provocando que terminara sobre mi pecho, para luego estirarme sobre la suave superficie de la cama.

7 días.

Ya habían pasado 7 días.

Siete días sin verle, pero sin dejar de pensar un momento en él.

Siete días desde que le pedí a Luce que le dijese que se fuera asegurándole que lo buscaría cuando estuviese lista para hablar.

Siete días recibiendo sus mensajes dramáticos en las mañanas, e intentando contenerme para no salir a buscarlo.

Nunca lo hacía. No tenía idea de que haría cuando lo tuviese en frente.

En fin, siete días fatales.

Percibí una vibración en mi pecho: Una llamada entrante.

—¿Hola?

—Necesito que vengas a un lugar, es de vida o muerte.

—¿¡Qué sucedió!? —pregunté sosteniendo el teléfono entre mi mejilla y mi hombro mientras me colocaba los zapatos con dificultad.

—Ahora no puedo darte detalles, solo ve al lugar y espérame ahí —ordenó Lu con la voz agitada. Como si estuviese corriendo —, te enviaré la dirección en un mensaje.

Y cortó.

Sin más ni menos, cortó.

¿Qué habrá sucedido?

Bajé las escaleras deprisa y, en el trayecto, la pantalla del aparato digital se iluminó mostrando el mensaje con la dirección donde debía esperar a Luce. Era un café literario. Luce ¿En un café literario? Esto se estaba volviendo muy raro.

Tomé la bici y, a toda velocidad, llegué al local. Estaba cerca de mí casa, incluso lo había visitado en otras ocasiones. Tenían libros interesantes sobre flores.

Ubiqué mi transporte en un anclaje para bicicletas antes de lanzarme trotando directo al interior del café, encontrándolo despejado de la presencia de Luce.

«Esperame allí» 

¿Cómo puede ser tan urgente tener que esperarla aquí?

Di un respiro profundo deseando atraer toda la paciencia del universo para no golpear a Lu por darme un susto por nada. Me introduje aún más atravesando las pequeñas mesas redondas en el medio el local hasta llegar a la zona llena de estantes de libros rodeadas por cubículos más privados. Tomaría un libro, un café y la esperaría sentada en un sofá de los rojos que se encuentran junto a la ventana, rezando por que comenzara a llover, de forma que todo se volviera un cliché. Y, debajo de la lluvia, llegará Deccan para decirme que me ama.

Un chico amante a las flores [✓]©Onde histórias criam vida. Descubra agora