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~BELL ROUX

—¿Un beso? Pero si tú me dijiste... —Intentó decir para recordarme que, minutos antes, le había dicho: ¿Quién dijo que quiero un beso tuyo?"

Imagino que a algo como esto se refieren las personas cuando hablan de "las vueltas que da la vida".

Lo interrumpí.

—Se lo que dije Deccan —lo miré a los ojos soltando una exhalación cargada de dióxido de carbono, orgullo y celos. También algo de vergüenza por pensar en lo que estaba haciendo y porqué. Coloqué mis manos sobre sus hombros y continué —. Pero ahora te digo que te lances sobre mí y simules que nos estamos dando un beso.

Levanté la vista con disimulo para encontrarme con la rubia con porte de modelo caminando en nuestra dirección.

—Y tiene que parecer muy real —agregué.

—La única forma de que un beso parezca MUY real es que SEA real —replicó el castaño.

—Pues entonces solo simula un beso.

En un segundo Deccan estuvo sobre mí con un brazo a cada lado de mi cabeza, que ahora mismo reposaba sobre la suave superficie de la base del sofá. El ambiente se tornó extraño, pausado, como si estuviésemos suspendidos en la nada, solo él y yo a una distancia poco prudente, y sus labios dirigiéndose al encuentro de los míos.

Me sentí infantil por la forma en la que estaba reaccionando a la presencia de aquella chica, sin comentarle a Deccan ese hecho y, quizás, provocando una ruptura por mis celos injustificados. Pues, no éramos nada. No obstante, con una completa falta de empatía y pudor, no sentí remordimiento alguno. Aunque le había pedido que simulara un beso, no podía negarme a mí misma que quería que fuese uno real. Por ello, cuando estuvo lo bastante cerca, cerré los ojos con fuerza esperando el contacto de sus bien contorneados y carnosos labios.

Contacto que nunca llegó. En cambio, escuché una risa suave y percibí el calor de su aliento cerca de mí oreja.

—Te dije que todas quieren un beso mío.

Tonta.

Tonta.

Tonta.

Deccan - 1

Bell - 0

Dejó caer el peso de su cuerpo sobre el mío, presionó su dedo pulgar sobre mis labios formando una barrera antes de simular un beso.

—No entendí el objetivo de tu petición —comentó alejándose de mí, provocando que un golpe de aire frío borrara cualquier rastro del calor que había sentido con su cuerpo sobre el mío —. Pero ese fue el beso simulado que más he disfrutado en mi vida.

—¿Lo haces muy seguido? —Inquirí arqueando una ceja.

—No, las chicas no suelen perder una oportunidad como la que tuviste con un simple no-beso —Se burló poniéndose en pie y eliminado las invisibles arrugas en su saco azul noche luego de ponerselo.

Creído.

—¿Dónde están Luce y River? —Solté en voz baja repasando cada rincón del lugar que se encontraba a la vista.

En realidad buscaba a la chica rubia que, al parecer, se había esfumado.

—Eso no te preocupaba hace cinco minutos —Espetó.

Solo le lancé una mirada envenenada mientras continuaba preguntándome internamente a dónde habría ido la chica rubia. Fue considerado de su parte no interrumpir. Reí ante aquel pensamiento llamando la atención Deccan. Recuperé la seriedad de golpe.

Un chico amante a las flores [✓]©On viuen les histories. Descobreix ara