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(Les aconsejo buscar "Girls Need Love" de Summer Walker y Drake, y, "I see red" ,de Everybody loves an outlaw.
Y reproducirlas en el momento de la historia que se mencionen *guiño, guiño, codazo, codazo*)

~BELL ROUX

¿River?

¡El hermano de Deccan!

—Mucho gusto River, soy...

— ...Bell, lo sé, mi hermano me... —Unas manos se posaron sobre sus hombros propinándole unas fuertes sacudidas que no le permitieron terminar la frase.

Luce me dio varios codazos que, lejos de ser disimulados, resultaron muy evidentes. Algo que hizo sonreír a ambos chicos, Deccan y River. La miré de mala manera.

—Su hermano ya está aquí —soltó Deccan apartando las manos de su hermano y ubicándose a su lado —. Ya podemos irnos.

—Yo soy Luce —comunicó mi amiga dando unos pasos hacia delante.

—Muchísimo gusto, Luce —replicó River con voz pausada.

La mirada que le hecho me hizo pensar en que solo buscaba el tiempo justo para poder repasar a mi amiga de cabeza a pies. Y no precisamente con los ojos.

—¿Nos vamos ya? —pregunté al ver que nadie se movía.

<<La situación no era para nada incómoda>>

Nos movimos hasta llegar andando a un auto aparcado a unos metros de la casa en línea recta. Luce parecía zombi. Caminaba como si estuviese hipnotizada. Aunque, en vez de «Cerebro, cerebro» , parecía gritar «River, River».

—Si quieres le decimos a River que te lleve en su espalda...o en sus brazos —Murmuré en su oído provocando que contrajera el entrecejo saliendo de su trance.

—¿Qué?¿De qué hablas? Ni siquiera me he detenido a mirarlo.

Le sostuve la mirada por unos segundos hasta que estalló en carcajadas llamando la atención de los chicos.

—Es por un chiste que le hice ayer —escupí apretando los labios en una sonrisa fingida —. Ella es de acción retardada.

—¡Oye! —chilló Luce inconforme con mi excusa.

Es imposible complacer a todos en la vida.

—Espero que estén listas para disfrutar del club, la música y la bebida como si estuviésemos solo nosotros cuatro —Comentó Deccan abriendo la puerta del conductor.

—Por supuesto —Musité para mí misma, sin intención de que alguien más me escuchara.

Pero sucedió. Siempre sucede.

—Lo dice en serio —soltó River pasado por mi lado y abriendo la puerta trasera para Luce y para mí —. Hemos reservado el lugar solo para nosotros.

—¿Qué han hecho que?

Podría preguntarme: ¿Qué podría salir mal? Sin embargo, según la Ley de Murphy, todo. Solo quedaba esperar que no resultara TAN mal.

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Cómo lo supuse, River estaba mintiendo. El bar estaba repleto. Tanto en la zona baja como en la superior, el tumulto de personas era enorme. Aún así, el ambiente era espectacular como de costumbre.

La música a un volumen ensordecedor, haciéndome mover las caderas inconscientemente, las luces volviendo todo confuso y excitante, como si hubiese consumido alguna sustancia ilegal (Supuse, porque nunca las había probado), y un mesero llegando hasta nosotros llevando una bandeja con cuatro pequeños vasos en llamas. Literalmente. Una bebida que conocía muy bien. Lamborghini.

Un chico amante a las flores [✓]©Where stories live. Discover now