CAPITULO 11. DECEPCION

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Esa mañana  volvia Gianmarco de Londres, me imaginaba que ya había llegado la hora de que me comunicaran el nuevo cambio.
Al final me tendría que quedar aquí, pero le diría a mi padre cuatro cosas.

Llegue a la oficina y después de la reunión matutina, Arthur me dijo que teníamos que reunirnos con Gianmarco en mi despacho. Le dije que en cuanto llegase hablaríamos.

Sobre las 12 del medio día llegó Gianmarco y como habíamos quedado estábamos los tres en mi oficina, sono una videollamada desde mi portátil. Lo cogí y era mi padre, como no, había llegado el día.

Buenos días padre, ¿que se te ofrece?.
- Amelia ha habido unos cambios en la empresa y necesitamos tu ayuda.
- Claro papá dime ¿ qué necesitas de mí?.
- Necesitamos que te quedes en Roma indefinidamente, Arthur tiene que resolver unos problema y nos abandonará durante un tiempo. Y quien mejor que tu para ocupar su lugar, sabemos que lo darás todo por la empresa, eso lo tenemos claro.

Mire a Arthur a los ojos con cara de enfado y se disculpó por lo bajo.
-   Gianmarco tiene todo el papeleo, solo tienes que firmarlo y ya estará todo listo.
- Tienes algo que decir hija, ahora es el momento.
- Me parece muy fuerte que hayas hecho esto a mis espaldas, al final Rosalie se ha salido con la suya. Que se quedara mi puesto y tu como eres tan calzonazos al final as accedido.
Te vas a arrepentir de esto, pero no pases pena que yo me quedaré aquí y lo haré lo mejor que pueda. Ten por seguro que asi será. Luego no me vengas rogando que vuelva por que no lo haré.
Esta será mi nueva vida y aquí me quedaré y no volveré jamás.

-Muchas gracias papito.
- Creo que no hacía falta ponerse así.
Y sin más cerre el portátil, no quería seguir escuchando tonterías.

Mire a Arthur y le dije que porque no había confiado en mí, le podría haber ayudado en cualquier cosa. Le dije que lo que más odiaba eran las mentiras y el no había confiado en mi.
- Amelia tu padre me hizo prometerle que no te diría nada, que lo quería hacer en persona.
- Tu lo ves por algún lado, prque yo no.
- Ya se como es mi padre Arthur, se que te debio convencer de que no lo hicieras. Pero pensaba que éramos amigos y que no habían secretos. Si me hubieras dicho que no dijera nada yo lo habría hecho.
- Hace semanas que yo ya lo sabía, me lo dijo Julian y me as escuchado decir o insinuar algo.
- No.
- Pues ahí lo tienes.
- Tranquilo no pasa nada, ahora simplemente se me tiene que pasar el enfado.
- ¿Y tu?.
Miraba a Gianmarco muy enfadada.
- ¿Tampoco me lo podías haber contado?.
- Así tratas a las amigas.
- Me hizo lo mismo Amelia.
- Eso no me vale y contigo menos, después de todo lo que hemos pasado. Estoy muy decepcionada, pero mucho mucho.

Les pedí que salieran de mi despacho y sin decir nada se dieron la vuelta y se marcharon.
Ya había soltado lo que llevaba dentro.

Ya era hora de comer he iba con Bella contándole todo lo ocurrido, seguía muy enfadada. Bella no articulada palabra, se quedó con la boca abierta y dejó que me desahogara.

Llegamos al restaurante y vi a Alex atendiendo una mesa, una mesa donde habían cuatro chicas Italianas muy guapas. Estaban las cuatro haciéndole ojitos a Alex he incluso Vi  a una de ellas pasarle su número de teléfono.

Alex sonreía y les seguía el juego, no se porque me puse tan celosa no éramos nada y podíamos hacer cada uno lo que quisiéramos. Pero no lo podía evitar me hervía la sangre.

Para colmo esa mañana nos atendió Ernesto ya que el restaurante estaba lleno y Alex estaba muy ocupado con las cuatro chicas. Bella me dijo que disimulara, que se me notaba mucho los celos.
- Buff
- Que dices, no estoy celosa. Solo es que quería contarle lo que había pasado.
- No estás celosa ya claro y yo soy monja.
- Jajajajaja
- Que bruja eres.
- Esta noche vamos al club y te desahogas agusto.
- Nooo.
- Vale , vale ya veremos.

Amigos con derecho (+18 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora