CAPITULO 20 . EL PERDON

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De camino a Londres, Bella y yo estuvimos hablando sobre el viaje. Le pregunté que donde habia estado la noche de la fiesta.
- Pues donde voy a estar mi reina, estuve con el recepcionista. Que por cierto se llama  john.
Madre mía que buenos recuerdos de hombre, todo lo hacía bien.
Como no, ella se lo había tirado, dice que todos los hombres y también mujeres con la que se ha acostado tienen algo bueno. Y este no se quedaba atras.
- ¿ Y quién me llevó a la habitación?. No me acuerdo de nada.
- Fue Abdul, estabas en modo offline. Eras un bulto andante, y el masajista buenorro se ofreció para llevarte.

- Me acuerdo que el camarero me dejó tirada en la hoguera. Menudo cabron, le jodi el polvo y tuvo la poca vergüenza de dejarme allí sola.

- Si que hijo de puta, lo  vi enrollandose con una alemana. Espero que el pito no se le levantara por cerdo.
- ya te digo.

- Cambiando de tema amiga¿ tu crees que tu padre nos va ha echar a las dos a la calle?.
Piensa que tengo que mantener mi familia el hámster, la gata y el canario. Son muchas bocas las que tengo que alimentar.
- Jajajajajajaja, no te preocupes de esto me ocupo yo. No te echarán y a mí no se le ocurriría.

- Bueno confío en ti y mi familia también.

Eran demasiadas horas de vuelo así que lo pasamos el mayor tiempo dormidas, teníamos que recuperar las horas de sueño perdidas.

Llegamos sobre las 6 de la tarde hora de Londres, nos estaba esperando un coche en la puerta. Nos despedimos del capitán, le dimos las gracias por habernos traído sanas y salvas. Le pedí que mañana nos tendría que llevar a Roma a las 6 de la mañana, ya que teníamos que trabajar.

Me dio la mano y quedamos allí mañana a las 6 de la mañana en punto. Lo prometo, le hice el símbolo de los boyescaut.
- Hasta mañana.
- Chao.

El coche nos llevó directamente a casa de mi padre, se me empezó a acelerar el pulso. No lo había vuelto a ver desde el día que nos peleamos, no hemos hablado ni nada. No se como lo encontraré si enfadado por el viaje o para hacer las paces.

Bella estaba histérica, mi padre le imponía mucho. Un hombre con tan mal genio y que parecía que no tenía corazón, ella no sabía que hacer.

Le dije que viniera conmigo  que depende de cómo se encontraran la situación actuadiamos.
- Vale, pero no dejes que muera porfavor.
- Jajajajaja

Llame a la puerta y nos abrió la puerta Norma.
- Hola chiquilla¿ como estas?, pensaba que no te volvería a ver por aquí. Después de cómo te fuiste la última a vez.
- pues ya ves, aquí me tienes otra vez.¿ Esta mi padre?.
- Si esta en su despacho, te está esperando.
- Le puedes dar algo de comer a esta vagabunda Norma porfavor.
- OLLE QUE ESTOY AQUI!!! pero si estoy muerta de hambre.
- Claro que sí chiquilla ahora mismo hacemos algo de cenar y lo hacéis todos juntos.
- Ya veremos cómo esta la cosa.

Toque la puerta y enseguida me dio paso, estaba de pie mirando por la ventana muy pensativo.
Lo saludé y el se giró, me miró con  una cara que nunca había visto jamás. No era de enfado ni de rabia, era más bien de pena.

- ¿Te lo as pasado bien Amelia?.
Pues empezábamos bien, ya directo al grano.
- Pues la verdad es que si, necesitaba esta escapada eran demasiadas cosas las que tenía encima. Así que no pensé y actué. Cuando tu mujer me dijo que tenia que venir aquí a solucionaros unos problemas se me cruzaron los cables.
- ¿ Como? ¿ Que problemas?. Yo no he estado aquí en todo el fin de semana tenia que viajar a España, había quedado con el director general de allí. Y no sabía que tuvieramos ningún problema.
- Pues no se háblalo con tu esposa.

- Eso lo solucionaremos más tarde, te he traído hasta aquí porque quería pedirte perdón por cómo me he estado comportando contigo todos estos años. Se que no he sido un buen padre, o mejor no he sabido serlo. Quiero explicarte el motivo.

Amigos con derecho (+18 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora