CAPITULO 32. ¡¡¡SORPRESA!!!

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- ¡Hola Amelia!.
¿ Como estas?.

No me lo podía creer era mi madre, la mujer que me abandonó cuando era pequeña.
La persona que no le importó como estaba.
Ni tuve una madre que me enseñara a ponerme una simple compresa, o hablarme sobre chicos.

Alli estaba ella tan tranquila con mi padre sentada en el sillón tomando un te.

- Amelia ven siéntate con nosotros.

- Lo siento papá pero no puedo, ahora no.

Me di media vuelta y subí a mi habitacion.
Escuche a Alex que se disculpo y vino detrás de mí.

- Si es mi madre, ¿ A qué viene ahora?.
¿ Que es lo que busca?.
No puedo con esto, ahora ya no la necesito.

- Amelia si no hablas con ella nunca sabrás lo que quiere, no te digo que la perdones. Pero por lo menos escúchala haber que es lo que tiene que decir, a lo mejor te interesa.

- No puedo, Alex porfavor no me presiones, solo apóyame. Te necesito a mí lado y no quiero enfadarme, no por ella. No se lo merece, a perdido toda su oportunidad de estar en mi vida.

- Aquí estoy amor, pídeme lo que necesites.

Me abalance sobre el y lo besé apasionadamente, solo  buscaba un modo de no pensar en lo que tenía abajo.
Estábamos abrazados y desnudando nos el uno al otro, no era como otras veces. Era diferente, estábamos haciendo el amor. Su forma de tocarme y hablarme era diferente, me sentía tan suya que geniz ganas de llorar.

Me dejó suavemente sobre la cama y se puso encima de mi, no aparto su mirada de la mía en ningun momento. Me penetró suavemente, con calma y dulzura. Necesitaba eso de el.

No duramos mucho ya que estábamos muy calientes, eso en nosotros no es de extrañar. Siempre estamos preparados para estallar en mil orgasmos.

Nos quedamos dormidos sin hablar más sobre el tema, el me daba tanta paz que no necesitaba la ayuda de ningún psicólogo ni ningún fármaco para poder dormir.

A la mañana siguiente me levanté pronto, quería salir a correr y no quería encontrarme a nadie.
Fui a la cocina y allí estaba ella con Norma tomando un té.

-¿ Que quieres desayunar mi niña?.

- Nada Norma voy a salir correr, luego tomare algo.
Gracias.

Mi madre salió en mi busca y me dijo que en algún momento tendríamos que hablar. Le dije que lo haríamos en la comida, que me tenía que ir.

Llame a Jacob para saber si me podía entrenar, me dijo que quedábamos en el parque de al lado de su casa. Como no me quedaba muy lejos fui corriendo, así calentaba.

Cuando llegue Jacob ya me estaba esperando.

- ¿Que pasa pelirroja, tienes ganas de sufrir?.

Le  comenté lo que habia pasado en mi casa y que aparte necesitaba ponerme en forma.
Habia  cogido unos kilitos desde que me fui de Londres y no quería que fuese a más.

- Pues no te preocupes porque te pongo en forma en un santiamén. Quedaremos todas las mañanas antes de que entres a trabajar y con una hora al día te pongo en forma.

Le pregunté si sabía algo de Andrew y me dijo que no.

- Vamos perezosa al lío, no perdamos más el tiempo.

Fue la peor hora de mi vida, me dolían hasta las pestañas ¿y pretendía que fuera así todos los días?.
Me iba a matar.

Llamamos a Logan para ir a tomar un café, queria hacer tiempo. No tenía ganas de  ver a mi madre tan pronto, haber si tenía suerte y se volvía a ir.

Amigos con derecho (+18 )Where stories live. Discover now