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Mamá prácticamente nos obligó a acompañarla a un bar que no queda tan lejos de casa, según ella para que aprendamos a beber alcohol

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Mamá prácticamente nos obligó a acompañarla a un bar que no queda tan lejos de casa, según ella para que aprendamos a beber alcohol. Al menos estoy un poco agradecida de que Kate y Leo vinieran con nosotras, y no estoy sola con mamá.

La mamá de Kate—Lidia— también se encuentra aquí, junto con mi mamá creyeron que sería buena idea que los cinco viniéramos a divertirnos un viernes por la noche. Mamá dice que en este bar siempre tocan muy buenas canciones y es por eso por lo que le gusta bastante.

—Quita esa cara cariño, se que te gustara bastante—, mi mamá pasa su mano por mi cabello y yo asiento.

—Es solo que siento raro venir a beber alcohol contigo, es como libertad, pero a la vez no. ¿Me entiendes?

—Si, y que te este dando esta libertad no significa que lo tengas que hacer siempre.

—Sabes que yo y el alcohol no nos llevamos bien, así que no te preocupes tanto.

Kate y Leo hablan, desde que los dos comenzaron a salir están muy en su mundo, pero eso no significa que me hagan de lado, mas bien siempre buscan llevarme a todos lados y salimos como amigos. A veces me siento como el mal tercio, pero separan su relación de salidas entre amigos.

—¿Amy? —Leo llama mi atención y Kate voltea a verme. —¿En que piensas?

—En lo feo que eres —, Kate y yo reímos mientras que Leo rueda sus ojos.

—Ignorare lo que acabas de decir y fingiré que no heriste mis sentimientos.

—Acepta tu realidad, Leoncito.

—Deja de decirme así, sabes que lo odio. —murmura con su ceño fruncido.

—¿Qué harán mañana? —Kate habla mientras acaricia la mano de Leo.

—Dormir todo el día, sé que mamá no planea irse temprano hoy, entonces tendré que recuperar fuerzas. ¿Por qué?

—Deberíamos de ir a una fiesta que harán mañana en la casa de Simon, creo que es el cumpleaños de uno de sus amigos y lo celebraran mañana. —Leo asiente y yo comienzo a negar, eso hace que Kate entrecierre sus ojos viéndome.

—No. Ni siquiera los conocemos, no tenemos por que ir.

—Claro que, si los conocemos, Leo es amigo Simon, por lo tanto, nos invitó.

—Bueno, entonces los invito a ustedes, a mi no me conoce. —Kate rueda sus ojos y yo levanto mis hombros. —Por lo tanto, no tengo la obligación de ir, pero pásenla bien.

—ÈL pidió que te invitáramos. —Leo se une a nuestra conversación y yo lo miro confundida,

—¿Quién?

—Simon.

—¿Por qué?

—Ni idea, solo dijo que invitáramos a nuestra amiga castaña, esa que parece un minion —, estoy muy segura de que él no dijo eso, en especial porque parecen mas palabras de Leo que Simon.

L de Londres  *EN PROCESO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora