53. Herencia

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Evy estuvo fregando los cacharros de la cocina, una montaña de platos: cacerolas, platos, cubertería, copas, vasos, en el palacio Magne vivían muchos más comensales de lo que se cabía de esperar.
- Ay...¿Cúantos cacharros quedan?- Dijo mientras enjuagaba una olla.
- Pues, todavía los del personal, Srta. Magne.
- Llámame Evelyn, por favor.
- Gracias, Evelyn, es usted muy amable.
- Seguro que a doña arcoiris le ha caído una menos.
- Qué va, Evelyn, está desquiciada fregando el gran salón, ¡El rey está que echa humos con la reina! Se han ido todos temblando.
- Vaya, no me esperaba eso de Luxfer...
- Evelyn, la reina está en silencio, callada, meditativa. Aurora está hablando con ella.
- Aurora...no la conocí nunca, sabes.
- Yo tampoco, pero los que llevan siglos aquí, dicen que es una mujer extraordinaria. Y lo parece.
- Sin duda, bueno, pásame esos platos, vamos a lavarlos, anda.
- Srta. Evelyn, ¿No le molesta estar aquí con nosotros?
- ¿Por qué?- Preguntó extrañada.
- Es que nadie baja aquí...
- Ja. Si les molesta venir, ¿Pero no comer? Es simple. Nadie es mejor que nadie. Sólo soy una al lado del rey, sabes.
- Sin duda.
Evelyn siguió lavando los platos, entretenida, hablando con el servicio, de criados, y acabó riéndose, con ellos. Mientras, en el gran salón, Charlie refunfuñaba.
- ¡Maldita perra asquerosa! ¡No le vale con acostarse con mi esposo, aparte tiene que golpearme! En cuanto la encuentre...
-¡Charlotte Magne!- La voz del rey se oyó desde el otro lado de la sala.
- ¿Sí, padre?
- ¡Para ya, y limpia todo este desorden!
- ¿¿Por qué tengo que hacerlo?? ¡¡Ha empezado ella!! ¡¡Me ha golpeado!! ¡¡Debería estar en el último círculo del infierno!!
El rey, se acercó a Charlie, y con su cetro, tocó la frente de su hija.
- Fierecilla mía, no blasfemes. Dime una cosa, ¿A Alastor lo golpeaste también, por la espalda, y a traición?
Charlie calló.
- No, ¿Porqué iba a hacerlo?
- Por que para que haya sexo se necesita el consentimiento de los dos, ¿No crees?
- ¡Pero no es justo! ¡Mira mi cara!
- ¿Has visto la de ella? Está rajada. Has convertido una discusión, que se podría haber solucionado hablando, en una pelea entre dos familias, que no sabemos cómo va a acabar, por que Mérida casi mata a Alastor, y la reina casi mata a Evy. ¿Qué hubiera pasado si Alexei hubiera estado presente? ¿Y tus hijos? ¿Qué pensarán ahora? ¿Te paraste a pensar en eso?
- ¡¡Déjame en paz, papá!! ¡Debería haberla rajado!!
Lucifer se echó a reír, y tomó a su hija por la barbilla.
-Escúchame, Charlie, esta vez, podrías haber muerto, tus padres no te van a defender toda la vida, y si sigues así, vas a reinar en solitario.
- ¡No necesito apoyo de nadie, yo me basto solita!- Dijo girándose.
- Estúpida niña mimada. Siempre fuiste mi rayo de sol, ¿Qué ha pasado, Charlie?
Charlie suspiró hondo.
- Parece, que nada de lo que hago es suficiente para tí, papá. Ella se lleva todos los elogios.
Lucifer tomó a su hija por los hombros.
- Charlie, desde que naciste, eres lo más importante en mi vida. ¿Por qué te portas así? No eres la misma niña dulce que crié.
- Siento que...soy menos que ella.
- Ah, ¿Celos? ¿Envidia? Bueno, en vez de tirarle botellas a tu hermana podrías tirar de ese amor propio y carisma, que te caracteriza, para estar ganarte al infierno, aunque ya lo has hecho. Te hiciste famosa con el hotel, te ganaste a todos durante el ataque de dimitrescu, Eres la princesa bonita, cariño.
- Pero ella...¡Tu confías más en ella! ¡Le mandas misiones, guardar palacio! ¡Parece que no te fías de mí!
Lucifer, se reía, y abrazó a su hija.
- Cariño, ella debe matar, asesinar, debe urdir tramas, tretas nada agradables, para cumplir con su cometido, ¿Te gustaría tener ese peso encima? Ella no necesita caer bien a nadie, es el brazo armado de los Magne, cielo. Ella es la última frontera, y además, a ti no te gusta matar a nadie, cariño. Eres demasiado fina para esas cosas tan desagradables.
- ¿Crees que es más poderosa que yo?
- ¿Que el anticristo? Cariño por favor. Llevas mi sangre.
- ¿Y por qué la tratas como si ella fuera más que yo? Ni si quiera es tu hija.
Lucifer se sentó en una elegante silla, tapizada de terciopelo morado.
-Ay, mi niña. Si hubieras conocido a Amenadiel, era una bestialidad. ¿Verdad, Madre?- Aurora apareció por el pasillo, entrando a la estancia.
- Claro que si, cariño, era un torbellino,
- Pero nunca peleábais,¿ Verdad?
- Oh, eso, pues no, casi nos matamos una vez, manzanita, todo por que él quiso fijarse en Lilith.
- ¿Qué?- Dijo Charlie.
- Así es, mi manzanita- Respondió Aurora- Amenadiel se fijó en Lilith, pero tu padre le dio un buen golpe.
- ¿Qué pasó, abuela?
- Pues que les di a cada uno lo que se merecían: debían pedirse disculpas, y pedir perdón a su madre.
- ¿A, ti, abuela? ¿Por qué?
- Charlie cariño, para una madre, no hay dolor más grande, de ver cómo sus hijos se pelean. Por eso, las disculpas debéis pedirla las dos, a vuestros padres.
- Pero ella no es hija de mi padre, abuela...
Aurora se sentó junto a Lucifer, haciendo que le trajeran una taza de té.
- Cariño. Ella desciende de tu tío Amenadiel. Tu padre la acogió como suya. Lo demás no importa, lo que deberás hacer, es templar ese carácter tuyo, y seguir adelante con tu trabajo como princesa, como futura reina. Y escucha a tu padre; sola, no podrás reinar. Necesitas a un Centinela. Y a la familia del leviatán de tu lado.
- Entendido...pero no querrán después de esto.
- Ya me encargo yo- Dijo Aurora- Por cierto, ¿ Y la reina?
- En sus aposentos. Está turbada. Tuve que soltar a Satanás. Casi mata a Evy.
- Madre mía...Lucifer, habla con ella. Me quedaré con mi nieta.
- ¿Seguro, mamá?
- Ajá. Ve. Mi manzanita y yo tenemos que hablar sobre Aradia. Y sobre Axel.
- Estupendo.
Lucifer se fue a los aposentos, y llamó a la puerta.
- ¿Lilith?
Nadie respondió.
- Mi pastel de manzana, sé que estás ahí. Déjame pasar.
-Vete, Lucifer, no deseo hablar con nadie.
- Escucha, mi amor, sé que estás enfadada, pero por favor, déjame hablarte.
- Largo, Lucifer, ¡Vete!- Gritó desde fuera.
- Escucha, voy a entrar, para hablar, sí o sí.
Lilith no respondió, por lo que Lucifer accedió a la estancia.
Y allí estaba, sentada, en la cama, en llorando en silencio.
- Pastel de manzana, ¿Por qué lloras?
- ¿ No es obvio? Temí por la vida de mi hija.
Lucifer tomó las manos de su esposa.
- Cariño, es normal, que temas por nuestra manzanita, pero tranquila, Evelyn no iba matarla, si quisiera hacerlo lo hubiera hecho, pero sabes que no.
- ¿¿Es que no viste su cara, Lucifer??- Lilith se irritó.
- Claro que si. ¿No viste la cara de Evelyn? Rajada, y tenía una brecha en la cabeza. Charlie actuó mal y tuvo consecuencias, eso es todo.
- ¿Es que no te importa nuestra hija? ¡Siempre decías que harías que lloviera sangre si alguien la lastimara!
- Claro que sí, y lo sigo manteniendo, pero éste no es el caso. Charlie atacó a un miembro de la familia real. Evelyn se defendió y ya. Sólo defendía a los suyos, al igual que tú, Lilith. No podemos reprocharla nada, sólo protegemos a los nuestros de la mejor manera. Debes saber, que Charlie tiene que aprender, a que sus actos tienen consecuencias, y más ahora, ¿Qué hará cuando sea reina?
- ¡Temí por ella, cuando la vi tan golpeada! ¡Me dijo que Evelyn empezó primero, que ella se acostó con Alastor y fue amenazándola!
Lucifer se sacó el sombrero. Su hija, era una embustera.
- Señor del infierno...manzanita, Satanás, tiene el poder de la omnisciencia, y vio lo que pasó. Si, es cierto que Evy se acostó con Alastor, y andó a la deriva semanas, por eso andaba en ese estado deplorable aquella vez, pero ella no amenazó a Charlie. Charlie se está desviando, y tendrá que guiar su camino de nuevo. Nadie va a lastimar a nuestra manzanita, pero no puedes ir detrás de ella matando cada vez que tenga una rencilla con alguien, además, amenazó a su familia. ¿Crees que Evelyn haría algo así? Ella quiere a nuestros nietos como si fueran suyos. Evelyn está castigada también, y ya se calmó.
- Lucifer...es que la vi tan golpeada...temí por su vida, ¡Mi amor! ¡Evy es muy fuerte, creí que la iba a matar!
Lilith lloraba sobre el hombro de Lucifer.
- Cariño, ¿Qué te hace pensar eso? ¿Un Nefilim matando sin motivo? Eso no existe, cariño. No existe. Sabes muy bien que ella sólo lastima en caso de verse en peligro, o ver en peligro a los otros, aparte de que su juramento lo prohíbe. Pero ahora tenemos un problema.
- ¿Cúal?- Dijo secándose las lágrimas.
- Que Evelyn ya no confiará en tí, después de esto, y puede ser que ahora haya unos conflictos entre los Von Eldritch, por eso, ¿Entiendes?
- si...
- A ver cómo reacciona Evelyn. O le parte la cara a más de uno, o se apartará de nosotros para siempre. Pero siendo la fierecilla que es, no se rendirá- Ahora, mi bombón, voy a hablar con Evy, a ver como está. Mi vida, has actuado como una madre actuaría, sólo que debes escuchar ambas versiones, antes de intentar matar a nadie, por que cuando Evy te fue benigna la tomaste como hija, pero ahora intentaste matarla. Ella cerrará su corazón como una coraza, y no querrá nada más. Espero poder hacerla entrar en razón.
- Si, mi pastel de manzana. Hablaré con Axel y Aradia, para que entiendan que todo fue un error grave y que no lo tomen como algo personal.
-Bien, mi vida. Voy a ver a la salvaje de mi hija.
Lucifer besó a su esposa suavemente, y desapareció, fue a las cocinas, donde vio a Evelyn, que ya había terminado de fregar todos los platos, bebiendo con el personal, y comiendo junto a ellos.
- Ah, Alteza- Los criados se inclinaron, ante el rey, al verlo.
- Calma, descansad, bueno fierecilla, veo que haces amigos, ¿Eh?
- Ah, si, majestad, comíamos y charlábamos un rato.
- Bien, ¿Qué tal esas heridas?
-Nada del otro mundo.
- Bien, escúchame, quiero que vuelvas a casa, descanses, y calmes a los tuyos, en nombre de los Magne. Quiero zanjar este asunto.
- Así se hará, majestad.
- Bien, retírate, y ahora, vuelve a casa.
- Bueno chicos, nos vemos, fue un placer estar con vosotros.
- El placer es nuestro, Evelyn, vuelva cuando quiera.
Evelyn se fue, a casa, y cuando salía por los jardines, se encontró con Axel.
- Ah, joven Axel, quería perdirte perdón, por tan lamentable situación, espero que sepas perdonarme.
- Calma, tita Evelyn, sabemos que algo debió pasar, para que esto sucediera, mi madre y tú no soléis hacer estas cosas, sé que no me lastimarías, ni a mí, ni a mi hermana.
- Gracias por comprenderlo, joven. Espero que algún día seas tan buen rey como lo es tu abuelo.
- Respecto a eso...quería hablarte tía, Evy.
- ¿Sí?
- Estoy harto de mi padre, no me comprende, se cree que sólo voy a ser rey, desde la boda ha ido a peor: no me deja salir del hotel ni de palacio, sólo quiere que estudie, practique con el piano. No puedo más, tía Evy- Axel casi lloraba.
- Cálmate, joven señor, voy a hablar con el rey, ya que tu padre no atiende a razones...déjame que te hablar con él, ¿Si?
En ese momento el rey llegó.
-VAya, parece que mi hija y mi nieto hablan calmadamente. Me alegra saber eso.
- hola abuelo Lucifer...estoy diciéndole a la tía Evy, que mi padre no me deja respirar, me voy a volver loco.
- ¿Qué sucede, Axel?
-No quiero ser rey, si no me dejan vivir mi vida.
Todos nos quedamos de piedra.
- Joven señor...- Acertó a decir Evelyn.
Lucifer posó la mano sobre el hombro de su sobrino.
-Calma, cariño. Calma. Espera, por ahí viene tu padre. Lo he llamado yo- Dijo Lucifer- ¡Alastor!
-Oh, mierda. Tras de mí, Axel- Evy puso detrás de ella a Axel.
- Majestad- se inclinó ante el rey.
- Bien, Alastor, ¿Por qué mi nieto no quiere seguir con sus tareas?
- Axel, te estás volviendo un rebelde. Y la culpa la tiene tu tía, Evelyn. Lo estás desviando de su tarea.
- Es un joven, nada más. Si no se divierte, ni vive su vida ahora ¿Qué será de él? ¿Es que quieres que sea un rarito como tú?- Respondió Evelyn.
- Evelyn, tu tarea no es esta, los criaste, pero ya vale, no dejaré que los conviertas en unos macarras, gamberros como tú- Dijo con soberbia.
- Bien, pues si tenemos un problema, y vuelves a repetir eso, vamos a tener más que palabras, demonio radio, vigila tu lengua. Me jugaba la vida mientras bailabas Charleston en el hotel.
- Calmad los dos. Alastor, un respeto para un miembro de la familia real, Evelyn, cálmate. Axel, ¿Qué deseas hacer?
- Estoy harto del hotel, de todo esto, quiero vivir un poco mi vida, abuelo.
- Escúchame, si vuelves a desobedecerme, vas a tener problemas, joven. Al hotel.Ya- Dijo con aire marcial Alastor.
- No. No voy a volver.
- Bien pues- Alastor le dedicó la sonrisa diabólica- no vuelvas. No tendrás nunca más las puertas abiertas- Alastor desapareció.
- Bueno, se ha enfadado-Dijo Evy encendiéndose el puro.
- Perdón abuelo...- Dijo Axel rascándose la cabeza.
- No te preocupes. Soy el señor de la libertad, y libertad debes tener, pequeño mío. ¿A dónde irás ahora? El palacio es tu casa, y bien lo sabes.
- Pero estoy harto, abuelo, harto, de palacio...me encanta pero...
- Ven conmigo a casa, Axel- Dijo Evelyn.
- ¿Qué?
- Claro, Alexei se mudó con Monnique y ahora tengo un cuarto libre, además, la casa está sola, y Mérida rompió con Dean. Ven conmigo, eres bienvenido.
- Bien pues, fierecilla, cuida de Axel, y vigila que no descuide sus tareas, tampoco queremos eso, ¿Verdad?
- No, abuelo Lucifer, quiero vivir pero también ser tan servicial com mi tía Evelyn.
- Bueno, es buen comienzo. Fierecilla, vuelve con los tuyos.
- A su servicio. Vamos, Axel.
Evelyn salió de palacio, con Axel tras de ella, él se puso el casco, y viajaron por las calles de ciudad pentagrama, Axel vivía la vida, era feliz, por primera vez en mucho tiempo, era libre al fin.
Al abrir la puerta, Mérida se echó encima de Evelyn.
-¡Mami! ¡Creí que te pasaría algo!
- Calma, cariño, calma. Estoy bien, ¿Ves? Tengo compañía, ahora, ¿Por qué no arreglas el cuarto de Alexei? Tenemos invitados.
- Hola, prima- Dijo Axel tímido.
- Oh, primo, te arreglo ahora mismo el cuarto de mi hermano, espera.
- Bueno, Axel, voy a por un trago. ¿Quieres algo?
- Eh...mi padre no me deja beber- Dijo algo cohibido.
- Papá no está- Dijo Evy guiñándole un ojo, sonriendo.
- Pues lo mismo que tú, entonces.
- Chico duro, sin duda. Toma.
Alexei probó lo que Evy le había puesto, pero se puso a toser.
- ¡Cof, cof! ¡Tía Evy! ¿¿Qué me diste??
- Pues un poco de vodka de unos 100 años, ¿Te gusta?
- ¡Es fuerte como el infierno!- Dijo tosiendo.
- Bueno, pero no te vendrá mal, ahora, te diré unas normas de la casa, primera: no soy la esclava de nadie, segunda norma: respeto a los demás, y tercera norma; NADA DE DROGAS.
- Compredido, tita.
- Bien, cariño, ahora, oh, espera, que aquí llega Seviatán, mantén la calma.
- ¡Cariño, ya llegué! ¿Evelyn mía? ¡Dónde estás, ven aquí!
- Estoy aqui, voy Sevi- Evy fue al salón.
- ¿¿Qué demonios ha pasado?? ¡¡Tu cara, Evelyn mía, tu cara!!
- Calma, hombre, calma.
- ¿¿Qué me calme?? ¡¡Me dicen que tuviste bronca, y me encuentro con esto!! ¿¿Quien fue, Charlie, Alastor?? ¡Los mataré ahora mismo, se pasaron!
- ¡Sevi! ¡Calma hombre, además, asustarás a Axel!
- Oh, Axel, perdona, no sabía que anduvieras por aquí. ¡Evelyn, dime qué ha pasado ahora mismo!
Axel, cariño, ve con Mérida, estará preparando el cuarto para ti. Dile que te dé lo que necesites.
- Si, tita.
Axel subió las escaleras.
Evy explicó lo que había pasado.
-¿¿Pero qué se han creído?? ¿¿La reina te hizo eso?? ¡¡Me van a oir!!
- Calma, Sevi, el rey me envía sus disculpas a través de los Magne, para que no haya problemas entre ambas familias.
- ¡Eso no es suficiente, Evy! ¡La reina quiso matarte! ¡Mérida estaba de por medio! ¡Mi niña!
- Tu niña ha puesto al demonio radio contra las cuerdas.
- ¿En serio? ¿Es broma?
- Qué va, Sevi, lo tuvo retenido, con su poder, si hubiera querido lo hubiera matado, y amenazó a la reina con la daga en el cuello, si no llega a ser por Satanás se la hubiera clavado, no tiene miedo de nada, Sevi. Es una guerrera.
- Como su madre, Evelyn, estoy muy orgullosa de mi niña, pero esto no puede quedar así, iré a hablar con los reyes, para aclarar todo esto, y exigir un respeto para ti. Ya vale. Pero, ¿Qué hace Axel aquí?
- Se queda aquí, Alastor lo echó. Está amargando al pobre chico, no lo deja vivir, Sevi. No podemos dejar que convierta al futuro rey en un psicópata.
- Ya veo...estará mejor aquí, por supuesto- Seviatán meditó con la mano sobre el mentón- Acarició la cara de su mujer.
- Evy...mira tu hermosa cara...
- Calma, Sevi, mañana cerrará, y ya. Si hubieras visto la de ella...
- No dudo que haya quedado peor. Eres de temer. Menos mal que no estaba Alexei ahí, que si no...
- Eso dijo el rey, y Satanás. Además, quiere a Mérida de guardiana junto a Axel.
- ¿Enserio?
- Claro, Satanás se mostró ante Mérida y ella no huyó, al contrario. Está encantado con ella.
- ¡Bendito sea Satán! ¡Tengo dos hijos como las dos torres del infierno!- A Seviatán se le fue el enfado.
- Bien, ahora calmémonos, y estemos relajados, esta noche iré al mundo de los vivos, a pedir comida. ¿Os apetece algo de pizza?
- Por que no, Evy, voy a ducharme. Luego hablaré con mi padre, para que vaya en mi nombre, a ver que se cuecen los reyes.
- Estupendo, buena idea, voy a dormir un rato, estoy agotada.
Aquella noche, Evy fue al mundo de los vivos, a por pizza, volvió a su casa, y encontró a Seviatán, a Axel, y a Mérida, hablando animadamente en el salón.
- ¡He vuelto! ¡Traigo tres: una barbacoa, una cuatro quesos y una mediterránea!
- ¡Bravo! ¡Qué hambre!
Empezaron a comer animadamente.
-Evy, mi padre ha hablado con el rey, y con la reina, todo irá bien, calma Axel, no habrá broncas ¿Eh?
- Uff...menos mal, gracias...-Dijo el muchacho aliviado.
- Es que verás, no sé cómo, pero el rey y mi padre saben calmar lo peor, así que he decidido que los viejos hablen. Bueno, vamos a comer, por cierto, Alexei se fue ya, Evy, no quise que te viera así, sabes cómo es.
- Lo sé, menos mal, a todo esto, Axel, quiero que mañana entrenes con Mérida, y hablaré con tu hermana, vamos a haceros los más poderosos del infierno, Mérida, usa a Hellraider, ¿Sí?
- Vale mami.
A la mañana siguiente, Mérida empezó a conducir, con Axel tras ella. El chico adoraba ir en moto, Mérida sabía manejar a Hellraider, pero no iba tan compenetrada con la moto como Evy.
Evelyn estuvo relajándose en casa, y llamaron a la puerta.
- Pasa, Aradia.
- Dime, tía Evy.
-Bien, cariño, eres poderosa, pero, te falta un escalón, ¿Cierto?
- ¿A qué te refieres?
- ¿El abuelo Luxfer no te dijo nada?
Aradia negó con la cabeza.
- Este capullito...bueno cariño.Verás para mantener al gran duque a raya, y avanzar más allá que cualquier demonio, pecador, debes tener una base sólida, que ya la tienes, y por otro lado, la fuente del saber del enoquiano. Lo que te mostré de niña, es una parte, pero la otra, es distinta, espera.
Sacó un libro envuelto, en paño. Y lo dejó caer sobre la mesa,era pesado.
- ¿Qué es, Tita Evy?
- Esto es...el súmmun de los hechizos. Es el libro supremo del enoquiano, aprendido directamente de dios, por parte de los ángeles. Sólo hay dos ejemplares, uno lo tienes delante,  y el otro lo tiene un ángel caído.
- Mi abuelo...
- Exacto, él lo tradujo de memoria, palabra a palabra, párrafo a párrafo, y me dio este ejemplar al aceptarme como su hija adoptiva. Ahora, quiero que lo tengas tú, por que, vas a ser la hechicera suprema del infierno con el tiempo.
Aradia tomó el libro con sus manos, asombrada.
-Haz lo que debas, y generosa no seas.
- ¿Cómo lo manejare?- Preguntó inquieta.
- Bueno, no es nada que tu no sepas, pero esos hechizos, debes manejarlos junto a tu abuelo, por que yo, no puedo, cariño.
- ¿Por qué no, tita? Lo tenías tú...
- Por que ahora ese poder podría matarme, cariño, y no quiero.
- Vaya...- Aradia casi iba a llorar.
- Eh, eh, no te preocupes, ¿Qué te pasa, mi niña?
- Es que...vi la discusión en palacio...y no quiero separarme de mi hermano, ahora que vive aquí...-Dijo soltando unas lágrimas.
- Ah, pero querida niña-Dijo Evy abrazándola- Esta es tu casa, ven cuando quieras, tu hermano es un hijo para mí, al igual que tú, sabes.
- ¿Enserio?
-Claro, tonta. Además, ven, vamos a hablar sobre el estúpido de Astaroth. ¿Qué harás con él?
- No sé...¡Ya no quiero casarme con él, tita Evy! ¡no pienso compartir cama con quien no siente nada por mí!
- Coincido...¿Pero qué hacemos? Déjame que piense...¡Ya lo tengo! ¡Ven, vamos a ver a Azazel!
- ¿Ese señor tan amable de la boda?
- Si, es muy importante, es el señor de los Nefilim, ven, toma mi mano.

El Maestro.Where stories live. Discover now