14. Linaje Arcano

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- ¿¿Porqué no me dijiste que vendría?? ¿¿Y cómo sabe lo de Harold?? ¡¡Maestro, no dijo ni hizo nada, me ha dejado sola!!-

-Cariño, no te iba a hacer nada, él te estaba tanteando, Eve- Charlie me trataba de calmar.

- ¿¿Tanteándome?? ¡mire, lo que me ha hecho, duele un carajo! ¿sabe el miedo que he pasado?

-Cielo, tu vocabulario- Me avisó Alastor.

-¡¡A LA MIERDA EL VOCABULARIO!! ¿¿Es que nadie me va a decir, porque el señor del infierno se ha plantado aquí, directamente por mí??- Me levanté colérica.

Alastor se levantó, y sacó el bastón, me lo puso frente a la cara.

-Silencio. Si quieres saber la verdad, siéntate, y oye con atención, o te partiré esto, en la espalda.

-Escúcheme, maestro, me da igual si me quiere matar a palos, pero de una vez, diga la verdad- Me encaré a él estaba que echaba humos, y no sé por qué, pero me miraba divertido.

- ¿Qué cree que soy, una especie de payasa o algo así? ¿Esto le parece divertido, Mr. ¿A?

-Quizá- dijo aguantando la risa.

Mi cuerpo se tensó, respiré fuerte, enfadada, mis manos,

-Esto...no ha sido buena idea.

-No dijiste eso ayer en la cama, querida.

Eso fue el colmo, lo dijo lo suficientemente alto como para que los demás lo oyeran. Me daba igual que hiciera oficial lo nuestro, pero esa clase de detalles, eran groseros, pero es un demonio, al fin y al cabo, y si no ponía freno, esto iría a peor.

Con la misma jodida mano con la que golpeé a Harold, lo abofeteé, tan fuerte que el sonido hizo que todos se giraran, Mimzy estaba tan chocada, que se le cayó un vaso.

-No hable de esas cosas en público. Compórtese.

El golpe debió dejarlo unos segundos sorprendido, pero se inclinó a mí, riéndose.

-Oh, cariño, adoro ese fuego que arde dentro de ti, sabes, es normal que estés enojada, pero volverás a mí, querida.

-Váyase a la mierda, Alastor.

Me dispuse a irme, salí al exterior, y me interceptó.

- ¿Recuerdas el pacto? ¿Qué te dije el primer día? - El sonido de radio se oyó por todos lados, sus ojos se encendieron, y sus astas crecieron.

- Claro que lo recuerdo, cada maldito día. También prometió ser un caballero, y no lo está siendo. Por favor, maestro, dígame, qué pasa conmigo.

Se encaró a mí, me sujetó con los tentáculos, Me quedé en mi sitio, con sus tentáculos amarrándome, me acercó a él, y sonreí malvadamente.

- ¿Enfadado conmigo, Mr. ¿A? Yo soy igual que usted, no me da pena reconocerlo, soy maldad, pero usted no quiere decirme, qué pasa conmigo, ni cuál es la verdad- Sonreí malvadamente, riéndome.

Para mi sorpresa, me besó, y puso su mano en mi mejilla.

-Muy bien, cariño, si quieres saber que pasa contigo, te lo diré, pero vuelve adentro, y discúlpate. La indicada, de decirte la verdad, está dentro.

-Suélteme. Estoy harta de tanta mentira.

No me soltaba, al contrario, apretaba aún más fuerte.

-Escucha, querida. No te he mentido, pero no puedo decirte todo, porque ni yo lo sé. Pero quien está ahí dentro esperando, si puede guiarte, ahora sé buena chica, y ve a hablar con ella.

El Maestro.Where stories live. Discover now