41. Espíritu Rebelde.

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Los dias siguientes, fueron de calma, especialmente para mí, porque tras la vuelta de Evelyn, todo fue una locura, la pelea con Charlie, el reencuentro con su padre, las paces con la reina, verse de nuevo con mi familia, todo fue muy deprisa.
Me encontraba en mi oficina, haciendo las cuentas del mes, de los diferentes distritos, desde que Evy volvió y se hizo cargo, se corrió la voz, y nadie se atrevía a molestar. Sólo con verla aparecer se quitaban del medio.
Y por suerte, Lucifer, se estaba recuperando bastante deprisa, gracias al tónico que Evelyn le dio, fue expectacular, hacia tiempo que no veía a Lucifer tan espléndido de ánimo y de salud. El telefóno sonó.
- Seviathán, quiero que vengas a palacio, inmeditamente.
- A sus órdenes alteza- Era Lucifer. Me puse presentable y aparecí en palacio.
- Bueno, bueno, Seviathán, parece ser que tenemos otro Magne Von Eldritch en camino, ¿Verdad?
- Tal parece, señor.
- Eso es bueno, es salud. Yo no quise más después de Charlie, no quería peleas por la corona, y ahora resulta que tendré 4 nietos. Es una locura, pero es felicidad. Estoy seguro, de que será un  bebé sano y hermoso, como el pequeño Alexei. ¿Cómo lo lleva?
- Bien, alteza, es un terremoto, su fuerza vital es enorme, y no se despega de su madre.
- Es normal, Aradia es igual con Charlie, y Axel con Lilith, quiero que Evelyn los cuide, y empiece, a echarles el ojo. Ella sabrá que hacer, Seviathán.
- Claro, no hay problema, sin duda ella sabrá que hacer.
- Bien, está todo dicho, Barón, ahora, retírate.
- A sus órdenes, señor.
Al llegar a casa, Evelyn acaba de llegar, se sacó la ropa, y fue a ver a Alexei.
- Hola Evy.
- Hola mi niño, ¿Qué tal?- Dijo acomodándose.
- Vas a tener que empezar con los pequeños, en breve.
- Claro, para eso me pagan- Dijo riéndose.
- El rey quiere que los eduques bien, sin broncas.
- claro, tranquilo, Sevi.
El resto de la tarde la pasó con mi hombrecito. Sin duda, era el pequeño hombrecito de la familia, desde que volvió su madre, su fuerza vital se vio incrementada, sin duda, tenía el alma fuerte de Amenadiel.
A los pocos días, me llamaron mis padres, de que Helsa había vuelto de vacaciones, y vino a verme.
- ¡Aloha Harold!
- Hola, Helsa, ¡Qué bien te veo! ¿Qué tal por allí con Jason?
- ¡Ni te lo imaginas! ¡Me ha enseñado a surfear y todo! ¡Me mostró lo que hacía Evelyn todos los días! ¡Iba descalza hasta la otra punta del pueblo a por pescado! ¡Es un tipo genial!
- Me alegra, Helsa, de que te lo pasaras bien, ese Jason es un personaje, sin duda.
- ¡Desde luego! ¡Pienso repetir! ¡Me ha enseñado palabras y todo!
Me tuve que aguantar la risa, fijo habría hecho algo como con el brujo. Era una pequeña golfa.
- Oye, ¿Y cómo están tu mujercita y mi sobrinito?
- Pues bien, luego, os daré una sorpresita.
- A saber, me lo temo contigo-
- Pues silencio, no estropees nada, quiero dar el campanazo ante mamá y papá.
- Se lo merecen, después de lo pasado, Harold, bueno, me largo a casa.
- Hasta ahora, Helsa.
Terminé de arreglar los papeles, de mi Baronía, y me fui a casa, ahí estaban mis padres.
- Hola, papis.
- ¿Qué tal, mi niño? ¿Cómo va todo?- Mi madre me puso té. Me senté junto a ella.
- Bien, Evelyn está con los pequeños, el rey quiere que sea una buena influencia, sabes mamá.
- Claro que lo es, mejor ella que sus padres, para ser sinceros.
- Claro, cierto, ahora, quiero que estéis todos, ¿puedes llamar a papá y a Helsa?
- Claro, en un momentito.
Los llamó por teléfono y los sentó junto a mi en la mesa.

- Bueno, quiero deciros, que el mismo día que Evelyn, volvió, habló conmigo, y me pidió algo.
Nadie hablaba, todos estaban en silencio.
- Ella me pidió dos cosas: Primero, que la perdonáramos por haberse ido un año entero, por haber dejado a su hijo sin su madre.
Mi padre habló.
- Harold, hijo, nadie más, supo por lo que tuvo que pasar ella, al tomar esa decisión.
- La segunda, es, que estuvo todo el tiempo pensando en mí, y en Alexei, y que no quería que Alexei fuera hijo único, así que me pidió, tener otro.
Nadie dijo nada, todos se quedaron callados, yo estaba nervioso.
- ¿Y bien?- Preguntó mi madre.
- Pues le dije que sí. Y hoy se hizo la prueba…dio positivo.
-¡¡YAY!!- Chilló Helsa, levantándose de su silla, y abrazándome.
- ¡¡Tendré otro sobrino!!-
- Vaya, no me esperaba eso, jeje, Helsa, vas a ahogarme…
- ¡Cariño, cuánto me alegro!- Mi madre se tiró también a mí.
- Vaya, quién te viera y quién te ve, Harold! ¡Lo que no hace Evelyn no lo logra nadie! ¡Salud por vosotros!
La tarde fue ameana, y entretenida.
- Bueno, he de irme, se hace tarde y mi chica preguntará dónde me metí.
Justo en ese momento, me sonó el helphone.
- Hola, Evelyn, estoy con mis padres y con Helsa, que volvió de vacaciones.
- ¡Oh, estupendo! ¡Me alegra saberlo, se lo habrá pasado bien! Oye, voy a casa, Alexei estuvo con la reina toda la tarde, ya te contaré.
- Vale, hasta ahora.
Colgué, y llegué a casa.
-  ¿Evelyn?
- Estamos, aquí, Sevi, estoy bañando al peque.
Bañaba a Alexei, que chapoteaba alegre, en la bañera, rodeado de patitos de goma, y demás juguetes.
- ¡Hola, mi hombrecito! ¿Cómo está mi campeón!- Me saqué la corbata, y me puse junto a Evy para bañarlo.
- Evelyn, estás muy guapa cuando te ves así…
- Eso es porque voy a juego contigo- Me besó y se dispuso a enjabonar la cabecita del pequeño.
-¡Mami!- Alexei chapoteaba.
- jajaja, calma, no abras los ojos, no me fío de los champús que dicen que no escuecen.
- Evelyn…
- ¿Si?
- ¿Ya viste a los enanos?
- mañana mismo, hoy estuve hablando con mi padre, mientras este travieso andaba haciendo de las suyas con la abuela.
- Estupendo, voy a cambiarme, y a preparar la cena.
- Estupendo, Sevi, cambiaré a mi nene, y ahí te alcanzo, por cierto, tenemos niñera para los fines de semana, cariño.
- No me gusta que metas a nadie aquí, Evelyn.
- Tranquilo, cielo, se trata de Vaggie, ella es de fiar, no es malvada, y creo que lo haría bien, necesitamos descansar, ¿EntiendeS?
- Bueno…Vaggie no es mala, y creo que lo hará bien, quiero descansar contigo un finde, pero no todos, Sólo un par de ellos al mes.
- Me conformo con eso, además, tengo mucho tiempo con mi niño- pegó su naricita a la de Alexei, que reía.
Sacó al bebé de la bañera, y yo me fui a preparar la cena, que transcurrió sin problemas.
- Evelyn, acostaré al pequeño, ¿Sí?
- Claro, te espero en la cama.
Acuné y tapé a mi hijo, que cayó profundamente dormido.
Me tumbé en la cama, agotado.
- Oye, mi vida.
- ¿Sí?
- ¿Cómo era vivir en Hawai?
- Pues muy bonito, pero nada en comparación de lo que es estar contigo, cariño mío- Me abrazó, acomodándose en mi peño.
- Me alegra de tenerte de vuelta, Evelyn, a todo esto.
- ¿Sí?
- ¿Qué harás con Charlie?
- Pues seguir como siempre, pero que no cuente conmigo para nada más, se lo tiene ganado.
- Me parece bien, mañana te toca ver a los pequeños.
- Si, hasta mañana, mi vida- Me besó cortamente y se giró a dormir, plácidamente.
A la mañana siguiente, dejé a mi hijo con mi esposa, y me fui a trabajar. Helsa ya estaba en su puesto de trabajo.
- Buenos días, Helsa, ¿NovedadeS?
- Oh, pues están todos locos con la vuelta de Evelyn, aparte de eso, alguno se queja, pero nada más, Harold.
- Estupendo, estaré en el despacho, si me necesitas, estaré con el papeleo, hay que hacer bastante.
- ¿Cómo está Evy?
- Estupendamente, hoy empieza a cuidar de sus sobrinos- Respondí.
- Será lo mejor, entre Charlie y ese psicópata, esos niños no iban a acabar bien.- Me dijo.
- No te preocupes, Helsa, bueno, luego hablamos.
Me encerré en el despacho, y era una montaña de papeleos, tributos, de los cuales, parte iría a mi familia, parte iría para el rey.
Me sonó el teléfono.
- Von Eldritch- Respondí.
- Harold, necesito hablarte- Era Lilith.
- Oh, alteza, claro, si me permitís un rato, iré.
- Adelante.
Colgué, di las instrucciones a Helsa y me fui en limusina.
El mayordomo, me llevó ante ella, estaba en la biblioteca, tomando té.
- Toma asiento, por favor.
- Alteza- Me saqué el sombrero, y me senté junto a ella, el mayordomo me sirvió té.
- Seviathán, te hice venir para saber, si podrías ayudar a mi esposo con ciertos asuntos.
- Por supuesto, majestad, ¿Cúales son?- Me llevé la taza a los labios.
- Pues, querido Barón, él, es demasiado orgulloso, pero necesita, que os quedéis aquí en palacio, cuidando de los bebés de Charlie, durante un tiempo, ella está en el hotel, que volvió a llenarse.
- Entiendo, no me parece mala idea, pero mi hijo debe estar con su madre, alteza.
- Ya había pensado en ello, Alexei debe estar con su madre. Tendréis las mejores habitaciones, claro está, pero os necesitamos, ¿Entiendes? Quiero que Lucifer esté junto a su hijastra.
- Claro, eso estará bien. Esta misma noche, traeré a mi hijo y a Evelyn aquí.
- Gracias, Harold, cuéntame, ¿Cómo lo lleva Evelyn con la maternidad?
- Oh, es una belleza de madre, no descuida a su hijo ni un segundo, sin duda es una madre que ama a su hijo.
- Me alegra saber eso, es tan reconfortante ver que alguien que sufrió demasiado ahora ama tanto.
- Y a mí, la verdad, se vé que la temporada fuera le vino bien, tuvo suerte, cuidaron muy bien de ella, y ha llegado muy cambiada, para bien.
- Eso veo, me fijé en cuanto llegó que ni la reconocí, y ya está haciendo de las suyas, tiene el espíritu bromista de su padre.
- Sin duda, eso no cambiará en ella.
- Bueno, he de retirarme, alteza, fue un placer verle, alteza- Me incliné ante ella, y me puse el sombrero.
Pasando por las estancias de palacio, oí una voz y risas. Era ella, jugando con sus sobrinos, y con Alexei. Me posé en el marco de la puerta, a verla en silencio. Era tan hermosa…era increíble como un ser como ella tenía un equilibrio tan sincrónico y armónico, tenía su lado oscuro, pero también su lado amable.
- Es una hermosa estampa, ¿Verdad?- Sonó una voz a mi espalda.
- ¡Oh, alteza, no os vi!- Lo saludé como el protocolo mandaba.
- No te preocupes, Barón, sólo miraba en silencio, como tú. La echaba de menos, sin duda, ella es indispensable en este palacio.
- Señor, ahora que Charlie tiene toda su atención, ¿Cambiará su opinión respecto a su actitud de redimir a pecadores?
- Pues…- Golpeó el suelo levemente con su cetro- debo ayudarla, es mi deber como padre, ¿Entiendes?
- Por supuesto. ¿Qué pasa con Evelyn?- ME inquietaba.
- Oh, querido Harold, soy, un ser justo. Ella merece toda mi atención, y mi  respeto. Nadie, nadie, sólo dos seres en el infierno, han hecho lo mismo que ella; renunciar a su mundo, exiliarse sin nada, por su familia. Ella, es la única, que podrá tirar hacia adelante con sus sobrinos y su hijo.
- Te seré franco, Harold, no me fío de Alastor, por eso puse a Evelyn, a cargo de mis nietos, los quiero con templanza, valores, honor, y fuerza. Evelyn representa a todo eso. Ella, hará de ellos unos grandes gobernantes.
- Sin duda. Mi hijo, heredará todo lo que yo heredé de mi padre. Sin ella, no podríamos. Majestad, tengo que preparar las cosas para venir esta noche a palacio, si me permite.
- Por supuesto. Retírate.
Llegué a mi casa, preparé las cosas de Alexei, su biberón, su ropa, todos los accesorios, y la ropa de Evy. Tuve que comprarle ropa nueva, ya que bajó de peso y le quedaba grande. Estuve un rato preparándolo todo, y a la vuelta, el chófer lo cargó todo, y los siervos me instalaron en la enorme habitación. Era una cama doble enorme, con su cuna al lado para mi hijo.
- qué bien, estaremos juntos. Tengo ganas de tomar a mi niño en brazos.
Entró Evelyn en la habitación.
- ¿Evelyn? No te esperaba tan pronto, cariño.
- Noté tu presencia, Harold.
- Estupendo, bueno, estaremos aquí unas semanas-
- Sí, no me queda otro remedio, perdona cariño, te arrastré sin querer- Se llevó la mano a la cabeza.
-  Oh, no querida, tengo que ayudarte en todo.  Es lo mínimo. Ven, mi niño- Me pasó al pequeño- ¿Cómo está mi hombrecito? ¿Te estás portando bien con los primos?
- Oh, son un amor, la verdad, juegan mucho los tres.
- Bueno, eso está bien, hoy, dormirás con papi y mami, ¿Sí?
Llamaron a la puerta, abrí, y un siervo me atendió.
- Excelencia, el rey los llama a acompañarlos en su comida.
- Claro, dile a su majestad que iremos enseguida.
- A sus órdenes.
Cerré la puerta, y me puse a elegir traje. Miré a Evelyn.
- Evelyn, ¿Enserio?
- ¿Qué sucede?
- Cariño, esa camisa hawaiana te quita seriedad…
- Ay…es que me gusta, Sevi…
-Cariño, algo más formal, encanto.
- mmm- Dudó unos instantes- ¡Ah! -Chasqueó los dedos, y un conjunto más formal, apareció sobre ella.
- ¿Ves? Así estás mejor, cariño.
- siempre con Hawai presente, Sevi.
- Claro hermosa, vamos, peque.
En el gran comedor, Evy puso a Alexei en su regazo, para darle de comer, mientras Lucifer se encargaba de los dos nietos, mientras Lilith entró y tomó su asiento para ayudarlo.
- Bueno, bueno, me alegra de verte aquí de nuevo, Evelyn- Dijo la reina.
- Yo también, madre, yo también.
- Pequeña, has perdido peso, y aparte, se te ve muy morena, parece ser que trabajaste duro, ¿Verdad?
- Así es, padre, no paré un segundo, siempre ocupada, pero nunca me olvidé de quien soy, ni de mi familia.
-Estupendo, cariño, nunca hay que olvidarse de quienes somos, ni de dónde venimos, me alegra ver que estás saliendo fortalecida.
- Gracias alteza, nada mejor que estar en casa- Dijo Evy acomodándose en la silla.
De repente, un tenedor se acercó hacia Aradia. Todos nos quedamos sorprendidos,menos Evy que se llevó comida a la boca.
- Tal como sospechaba. Va a ser muy poderosa.
- Vaya, vaya... mi pequeña está aprendiendo- Afirmó Lucifer con orgullo. Evelyn miraba a Axel. 
- Tú, pequeño, vas a manejar la magia como tu padre...lo presiento.
- ¿Y Alexei?- Pregunté inquieto. Evelyn no dijo nada, Sólo comió en silencio y añadió.
- Él...va a ser...un ser poderoso.
su silencio me dejó con la intriga, pero la verdad, ella no dijo nada que no supiéramos.
Aquella noche me encontraba en palacio, durmiendo y un llanto de bebé me despertó, fui a mirar en la cuna pero no era Alexei.
Recorrí palacio con cautela y silencio, y me topé con la reina, acunando a Alexei.
- Majestad, perdonad, no sabía que erá usted...
-Calma, Harold. Sólo nueatro pequeño cervatillo estába sufriendo un pequeño cólico, pero ya se está durmiendo.
Me apoyé sobre la pared.
- Evy sabe más de lo que dice. Me pregunto por qué.
La reina siguió meciendo a Axel.
- Porque debe seer tormentoso para ella ver cosas que no podrá evitar. Verlo todo es un tormento. Amenadiel y Lucifer tienen ese don, pero Amenadiel era como Evy, y a veces lo atormentaba, así que guardaba silencio, Seviathán. Confiemos en ella. Jamás ha fallado a nadie. Ese hechizo de luz...sólo Amenadiel lo conocía. Ella hará que la familia Magne, y que la Von Eldritch sean temidas. Cuida de ella.
- Claro, majestad. Estará entre algodones, como mi niño.
- Bien, este pequeño ya se durmió. Hasta mañana, Seviathán.
- Que descanse, madre del infierno.
Se retiró con una amplia sonrisa.
Volví a mi cama, y me dormí. Al despertar, estaba solo, puesto que Evy ya había despertado.
-Bien, señores. Vamos allá.
Volví a mi trabajo, con Helsa como siempre, el papeleo, las llamadas.
Os voy a decir, que el embarazo de Evy pasó tan rápido como crecían los niños. Su  tripa crecía por días, era algo extraordinario, verla como cuidadora de sus sobrinos, de su hijo.
- Hasta que un día, pasó.
-¡¡Seviathán Von Eldritch, ya viene!!
- ¡¡ Mierda!!- La transporté a la misma clínica donde nació Alexei. Pude pasar con ella, y fue lo más rápido que vi. Ni media hora, se ve que niestra pequeña Mérida tenía ganas de venir al mundo. Me la pusieron en brazos y me quedé sin habla: Era una niña con el mismo color de piel mío, su misma cabellera pero sus ojos eran exactos a los míos, y una marca de nacimiento como la mía. Era mi viva imagen.
- Hola Mérida...- Fue todo lo que pude decir. Ella no lloró, sólo sonrió.
- Es la nenita de papá- Dijo Evy sonriente.
-Desde luego...- Se la di a la enfermera para que la adecuase. Salí a tomar el aire, y el teléfono me echaba humos. Todos querían saber si había ido bien el asunto del parto. Tuve que tranquilizar a los demás, y decirles que la bebé iba muy bien.
Me di la vuelta, y me topé con Lucifer.
- Majestad...
- ¿ Dónde está mi nieta?- Su voz ronca y sus ojos me pusieron sobre aviso.
- Señor...acaba de nacer, está durmiendo...
No esperó y entró de golpe en la sala de partos, fui tras él, temeroso de su reacción.
Satanás tomó a mi hija en brazos, pasó su dedo por la mancha de nacimiento.
- Mi señor Satanás...por favor...-Mi voz se quebró y casi me salían las lágrimas.
Satanás me miró, y sonrió macabramente, casi me da un infarto.
- Sevitahán, ¿ Crees que voy a lastimar a una criaturita así? Ése es mi padre, no yo. Estoy aquí porque noté que hay un nuevo Leviathán sobre la Tierra...uno eres tú, y el otro es esta hermosa criatura- La meció con delicadeza- y su marca lo afirma. Felicidades, querido Barón. Los oceános temblarán ante tu nombre. Acaba de nacer una guerrera, digna de sus linajes.
Dejó a Mérida en la cuna, y al pasar por mi lado, me tomó del hombro, y miró con orgullo a su nieta.
Yo permanecía sin moverme, en shock, y llorando, cuando reaccioné, me transporté a mi casa, con mis padres.
-¡¡¡TENEMOS OTRO LEVIATÁN EN LA FAMILIA!!!
Mis padres se levantaron como resortes y mi madre me abrazó.
-¿¿Hijo mío cómo es posible??
- No lo sé madre, Satanás se presentó en persona, la tomó en brazos y me lo dijo.
¡ Tenemos su bendicion!
Mi padre me abrazó, y hasta me levantó en el aire.
- ¡¡Harold!! ¡Por Satanás! ¡Llegan buenos tiempos para los Von Eldritch!
- Sin duda, papá, sin duda.
Helsa se sentó en shock y sólo dijo:
- Esa enana lo ha conseguido...
Reí con fuerza ante el comentario, y me saqué el sombrero, me pasé la mano por el pelo, y me dirigí a palacio, donde mi hombrecito jugaba con sus primos, en compañia de la reina, que se levantó al verme.
-¡Alexei! ¡Tienes una hermanita preciosa! - Tomé a mi hijo en brazos, y lo besé con fuerza, casi a sus dos años estaba enorme, y hermoso.
- ¡Felicidades, Harold!
- ¡Majestad! ¡Mil perdones, con la emoción olvidé el protocolo! - Me quité el sombrero ante ella.
- Tranquilo, Barón, es comprensible, ¿ Ha ido todp bien?  ¿Cómo está Evelyn?

El Maestro.Where stories live. Discover now