Durante las siguientes semanas, mi trabajo sólo fue permanecer en casa.
Aún recuerdo cuando Harold me llevó a la casa nueva, que había comprado para nosotros.
-¡¡Harold!! ¡Es preciosa! ¿Cuándo pensabas decírmelo?
- Era una sorpresa, ven.
Me tomó en brazos, y me metió adentro, fui con el mirando las habitaciones. La del bebé era preciosa: se había esmerado bien con la decoración.
- ¡Es preciosa, Harold!
- Me alegro de que te guste- Me besó cortamente.
- Bien, cariño, si me disculpas, he de irme, a trabajar.
- ¿Y yo que hago? - Lo miré
- Buena pregunta...Tengo a Helsa conmigo, si quieres ve a palacio.
- Estupendo, en un rato iré.
-Ten cuidado, ¿Eh?
Se fue y me dejó sola. Ese día lo pasé en palacio, junto a mi padre, y la reina, mi madre.
- Bueno, fierecilla, me alegro de verte de nuevo aquí. Verás. Tu madre insiste, en que la acompañes a la biblioteca, hay mucho que hacer allí.
- Evelyn Magne a su servicio.
Entré a la biblioteca,
- Evelyn, qué agradable sorpresa- Dijo la reina.
- Me pediste que viniera y aquí estoy.
La reina se levantó, y me señaló las estanterías.
- ¿Ves todo esto? Todo este saber, está perdiéndose. Todo desordenado, todo lleno de polvo, esto, podría valernos, ya lo hizo para saber tu origen, ¿Entiendes?
- Ajá.
-Bien, serás la bibliotecaria del infierno. Ahora, te dejo sola, Evelyn, mi hija Charlie me requiere.
- Entendido.
- Por cierto, Evelyn.
- ¿Sí, alteza?
- ¿Cómo llevas el embarazo?
- Bien, todo bien, majestad.
- Me alegro. Cuídate. Aquí estarás a Salvo.
- Gracias- Respondí sonriente.
Todo el día, lo pasé en la biblioteca, primero, limpiando el polvo. Estaba todo polvoriento, era terrible. Tuve que abrir las ventanas.
Me vibró el teléfono.
- ¿Qué tal, cielo?
- Bien, todo bien, cariño- Le envié una foto donde salía yo con las estanterías de fondo.
- "Todo está polvoriento. Soy la bibliotecaria del infierno"- Añadí al pie de foto.
- Esa es mi chica. Tengo que volver al trabajo, me requieren, luego nos vemos mi vida.
Seguí con el trabajo, ordenando libros, algunos eran pesados y tuve que hacerlo con magia.
A media mañana, me senté a tomarme el café. Abrí uno de los libros, sólo me sacó de mi trance, el sonido de unos pasos aproximándose.
- Buenos días, Centinela.
Levanté la vista. Era él.
- Buenos días, maestro Alastor, ¿Qué se le ofrece?
- Oh, nada en especial, querida, sólo me pasaba para interesarme por tu estado, no me olvido de mi alumna estrella- Sonreía como siempre.
- Fui su única alumna- Le devolví la sonrisa.
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El Maestro.
FanfictionEve, una chica víctima de malos tratos por parte de su familia, huye, y en busca de ayuda, acude a Alastor, una entidad oscura conocida como "El demonio radio", quien acepta ser su maestro. ¿Cómo acabará esto? ¿Aceptará Alastor a Eve como discípulo?