40.Mater Summun

108 12 9
                                    


Aquella cena con Seviathán y mi niño fue muy amena, estuvimos hablando sobre los próximos movimientos.

- Debo ir al hotel, para poner orden, y hacer que despegue, hace falta.

- Sin duda, deberíamos hacer que se volviera a llenar, el infierno está saturado.

Los murmullos no se hacían esperar.

"Es ella, Evelyn" "¿Pero no se había ido?" "parece ser que volvió"

Se acercaron a mí, para pedirme fotos.

- Claro, adelante.

Los demonios se hicieron fotos conmigo, sonrientes. Pidieron con el Barón.

- Eminencias, os doy las gracias, por volver, estaba destinado a quedarme en el infierno, y creo, que volveré al hotel, ya que Evelyn Magne volvió.

- Así me gusta, nadie quiere quedarse aquí encerrado como pecador- Respondí.

- A sus órdenes, majestades, si necesitan de mí, estaré en el hotel.

- Gracias, cuídate- Respondí.

Seguiremos hablando animadamente, Seviathán daba la cena al pequeño.

- Evelyn.

- Dime, querido.

- ¿Qué nombre le hubieras puesto si fuera niña?

- No lo sé, pero más o menos me paré a pensar.

- Dímelo, no seas mala...

- Mérida.

- Me encanta el nombre, por ahora, ese campeón, está solito, pero creo que tendrá compañía pronto, ¿Verdad? - Alexei reía.

- Eso espero...oye, cielo, quiero que sepas, que no fue fácil irme, y espero que me perdones.

Él tomó mi mano, y me miró fijamente.

- Cariño, sé que lo hiciste por Alexei. Nadie, nadie, tiene el derecho, a juzgarte.

-Gracias mi vida- Besé su mano con cariño, él reaccionó acariciándome la cara.

Aquella noche, nos fuimos a casa, y dormí, como hacía tiempo, que no lo hacía, desperté, me duché, me puse la ropa, y preparé el desayuno, y desperté a los demás.

Desayunábamos juntos, bromeando.

- Eh, hombrecito, ¿Qué te parece si te sientas con mami? - Seviathán me lo acercó, y me lo puse en las rodillas.

- Mami...

- ¿Sí, mi vida? -

- Quero jugar.

- ¡Claro que vamos a jugar, mi niño! - Lo abracé- ¿Qué tal si nos vamos con papi al jardín del abuelo? Vamos a jugar con noche, ¿Sí?

Alexei saltó de alegría entre mis rodillas, nos fuimos del restaurante, y me metí en la limusina, con mis dos amores.

Llegamos a palacio, y dejé a Alexei, en el jardín, junto a Seviathán, y oí un rugido.

- ¡Noche!

El hermoso felino, corrió hacia mí, y saltó a mis brazos, como loco, me clavó esas enormes garras, lastimándome.

- ¡aaahhh! ¡Estás destrozando a mamá!

Pero no se paraba, se aferraba a mí, dándome cabezazos, frotando su cara contra la mía, ronroneaba, me lamía.

- Ya, ya, cariño, ya he vuelto, ¿Cuidaste de mi niño, ¿eh?

- "Prrr...Prrr"

- Lo sé, pequeño, yo también te he echado de menos, precioso, ahora dime, ¿Dónde está Tigrito?

El Maestro.Where stories live. Discover now