Capitulo 9: "Entrega especial" (Pt 3)

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La sensación de conducir una de estas es gloriosa. Es una mezcla divina entre velocidad y peligro, así que entiendo completamente la fascinación, las calles se desvanecen bajo mis pies mientras serpenteo entre los autos a toda velocidad a través de la ciudad, tengo suerte de no morir camino a Loretz pues nunca había estado al volante de una motocicleta, menos en una infernal como estas y con la cabeza nublada reproduciendo imágenes de un pequeño Cal viendo a mi madre y a Gasper cogiendo en su casa, con su madre y conmigo a solo metros de distancia, o de mi madre acomodándose el vestido y el cabello después de fornicar en el funeral de su hermana con el padre de Cal, en quien sabe que lugar. Dios.

Estaciono la motocicleta en la entrada y entro en el vestíbulo pasando directo a su oficina sin anunciarme con Lorna, su secretaria. Ella intenta detenerme, pero me escabullo al ascensor cerrandolo en sus narices.

—Es urgente. —Le digo con una sonrisa falsa antes de que se cierren las puertas dobles. Presiono el botón del piso tres y espero pacientemente antes de llegar y lanzarme puertas adentro sin molestarme en llamar a la puerta.

Mi madre se encuentra sentada frente a su computadora, con las gafas de gato brillando con el reflejo de la pantalla. Su cabello rubio de bote peinado de manera inmaculada hacia atrás en una coleta. Siempre tan puesta, siempre tan perfecta.

Un par de sus jóvenes aprendices de la finca raíz están sentadas frente a ella tomando notas de lo que sea que estén haciendo. Se nota que es algo importante pues se ven evidentemente molestas por mi intromisión.

—Princesa, ¿Qué haces aquí? ¿Podrías esperarme fuera un par de minutos? —Pregunta con los dientes apretados pero con una sonrisa estampada, tan falsa.

—Disculpa, no tomaré mucho tiempo. —Con la sangre hirviendo en cólera por cada célula de mi cuerpo avanzo hacia ella rodeando su escritorio hasta que quedamos frente a frente. Ella se pone de pie, completamente confundida.

Entonces, sin darme tiempo de pensar dos veces o a ella de retroceder, estampo mi mano derecha en su mejilla izquierda con todas mis fuerzas, dejando en ese golpe toda mi frustración, mi rencor, mi enojo y mi decepción. Su cuerpo se sacude con violencia hacia el otro lado, desacomodando sus lentes y su cabello perfectamente peinado.

Las asistentes frente a mí se ponen de pie atónitas y escucho el gemido de asombro y horror que sueltan casi al tiempo que mi palma abierta impacta su cara.

—Pero que... —Empieza a preguntar cubriéndose con la mano, mientras gira de nuevo para observarme. Justo entonces Caleb aparece en nuestro campo de visión, asomándose por la puerta abierta haciéndonos girar al tiempo en su dirección. Su pecho sube y baja mientras respira agitado.

Entonces lo entiende, mira a Caleb con un odio profundo y casi inmediatamente se gira en mi dirección con los ojos llenos de lágrimas.

—Eso es todo. —Susurro vacía de sentimiento mientras giro sobre mis talones y camino hacia Caleb quien pone su brazo alrededor de mi cintura gentilmente. Agradezco el gesto, de lo contrario siento que me hubiera desmayado de nuevo a causa de la adrenalina que corre por mi cuerpo.

—Jules. —La oigo llamarme a mis espaldas, pero no me molesto en girar en su dirección.

Sé que me está viendo, igual que sus asistentes, igual que los trabajadores fuera de su oficina, todos envueltos en nuestra pequeña escena como actores secundarios. Entonces, ante la vista de todos, con Caleb sosteniéndome de cerca y mis manos apoyándose en su pecho, me inclino hacia él y junto nuestros labios descaradamente en un beso que parece tomarlo por sorpresa, igual que a mí, igual que a todos.

Al principio es un beso torpe y siento el impulso de apartarme y disculparme por usarlo para vengarme de mi madre, sin embargo después de unos instantes él parece responder y en vez de alejarme, me acerca más a él y entrelaza nuestros labios de una manera casi celestial que le da una bocanada de paz a mi cerebro en medio de toda esta marea de caos.

Pronto se me olvida en dónde estoy, quién está ahí y que sucede a nuestro alrededor y solo puedo concentrarme en sentir sus labios cálidos moviéndose a un ritmo divino junto con los míos, mientras que mis manos viajan sobre su pecho hacia su nuca y se enredan en la parte de atrás de sus cabellos atrayéndolo más hacia mí para poder darle paso a su lengua dentro de mi boca, explorando el lugar con una timidez extrañamente excitante.

Pronto mi lengua imita sus movimientos haciéndole gruñir de manera involuntaria.

—¿¡Pero qué espectáculo es este!?, ¡Llamaré a seguridad! —Lorna, quien ha logrado alcanzarnos en el tercer piso, agitada, confusa y enojada nos grita desde el lado derecho obligandonos a separarnos.

—No te preocupes, ya nos íbamos. —Le digo con arrogancia. —Y no te preocupes ma', tendrás la casa libre ahora para hacer todas las cochinadas que desees. —Escupo girándome brevemente en su dirección antes de tomar de la mano a un Caleb aún sorprendido por nuestro beso y llevarlo escaleras abajo fuera de Loretz.

El aire de la noche que me golpea la cara al salir de Loretz es bienvenido a sobremanera por mis pulmones a punto de hiperventilar y mi corazón a punto de salir por mi boca. Caleb me sigue de cerca, completamente atento de mis movimientos, pero sus ojos avellana me revelan la guerra interna que se libra en su interior en este instante.

Se me hace un poco difícil saber qué decir en este momento, nada parece lo suficientemente apropiado, aunque por mi mente pasan ideas como:

Eso fue... fantástico.

¡Besas muy bien!

¿Podrías hacerlo de nuevo?

Perdóname por usarte como un objeto inanimado en frente de todos.

Pero al parecer el más indicado es:

—Lo siento Caleb, no quería que esto pasara. —Las palabras salen de mis labios sintiéndose insuficientes y me dejan un mal sabor de boca, como si en realidad no fuera lo que intentaba decir.

¡Claro que no es lo que querías decir!

—Bueno. Yo sí. —Sus palabras tímidas me toman por sorpresa haciéndome girar en su dirección, —Quiero decir. Yo sí, pero no así. —Sonríe de medio lado y se muerde el labio.

—Lo sé. —En eso estamos de acuerdo, es decir, sigue siendo uno de los mejores besos jamás dados por dos primos en toda la historia de la humanidad, pero la venganza como motivación y no el amor o el deseo lo pone un poco en desventaja.

—Aunque, siempre podríamos hacerlo de nuevo. —Sugiere inclinándose hacia mí y hablando en un tono bajo, increíblemente sexy, enviando oleadas de calor placentero por todo mi cuerpo.

Nos encontramos frente a frente en medio de la acera, completamente absortos e indiferentes de la multitud de personas que pasan de nosotros afanados hacia sus propios asuntos. Estamos envueltos en nuestra propia burbuja.

—Pero lejos de aquí. —Suelto mi única condición rompiendo el encanto mágico que nos rodea, revelando al Loretz a nuestras espaldas irguiéndose como un monstruo lleno de momentos y personas que es mejor no recordar. —Por favor llévame lejos de aquí.

Pongo las llaves de la Ducati de vuelta en sus manos y me acomodo las correas de la mochila, lista para lo que sea que vaya a pasar.

—¿Estás segura? —Pregunta tomando las llaves con extremo cuidado, mirándome con precaución.

Asiento rápidamente.

—Bien. Entonces, larguémonos de aquí. —Nos guía a su motocicleta y luego de acomodarnos en ella emprendemos el viaje, dejando a nuestras espaldas destellos de mi vida pasada, de una Jules inocente y ciega que jamás volverá y poniendo frente a mí un nuevo abanico de posibilidades cuya única constante es el chico de cabello cobrizo al que me encuentro abrazada mientras las calles se desvanecen bajo nuestros pies.

C O U S I N S [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora