Capitulo 17: "Dieciocho pesadillas" (Pt 1)

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Caminamos por un par de pasillos interminables llenos de dolor, sufrimiento y olor a sudor, lágrimas y suero. El trayecto se me hace interminable e insufrible mientras nos abrimos paso entre las camillas a cada lado del pasillo y podemos llegar al ascensor.

—Lo han pasado a una habitación. —Me explica amablemente cuando nota mi sorpresa al no verlo entre los moribundos de urgencias.

—Eso no tiene sentido, él no tiene seguro médico, ni siquiera... —Ni siquiera se supone que puede estar aquí sin la autorización de un adulto. Pero omito decir esa parte en voz alta.

Las puertas del ascensor se abren de nuevo en el piso número cinco y nos dirigimos entre pasillos un poco más amplios y amigables hacia la habitación número quinientos diez. Debajo del discreto número en letras doradas hay una escarapela con su nombre y datos personales:

Nombre: Caleb Jude Cohen

Identificación: 1233407250

Fecha de nacimiento: Octubre 10 de 2004

Grupo sanguíneo: A positivo

Diagnostico: Impacto de bala en hombro izquierdo,
tendones y arterias no comprometidas.

Dejo de leer después de la quinta línea y dejo caer mi mano de la puerta justo antes de girarme hacia la enfermera.

—¿Qué fecha es? —La alarma en mi voz es evidente, ella suelta una pequeña risita cómplice.

Cinco minutos después me encuentro comprando un muffin del dispensador y la enfermera cuyo nombre descubrí es Phoebe me ayuda sacando una de las velas del cuarto de aseo reservada únicamente para emergencias, para ponerla a modo de decoración. No sé ve estéticamente bonito, sobre todo por el hecho de que el muffin está aplastado, tiene el glaseado cuarteado y el relleno de moras se escurre por el costado, casi como una herida abierta. De hecho, es tan horrible que da lastima, pero siempre he escuchado que la intención es lo que cuenta, así que tendrá que conformarse con nuestro muffin desangrado y desahuciado, a punto de tener un rico glaseado de de vela derretida.

De camino a la habitación quinientos diez me encuentro mirando el muffin herido fijamente, dudando respecto a si siquiera debo aparecer con esto en su cuarto después de que casi muere hace cinco horas y al parecer Phoebe quien es la enfermera más asombrosa en la historia de las enfermeras me pilla en medio de mi asalto de duda.

—Oh por favor, dale una oportunidad. ¡Tiene carácter! Además, es eso o llamar a los chicos de pediatría para que le canten el cumpleaños feliz.

La idea me hace reír inesperadamente. Me imagino a Caleb con el ceño fruncido, los brazos cruzados sobre su pecho, mientras ponen un gorrito de piñata sobre su cabello cobrizo y lo hacen soplar un matasuegras, no sería mala idea, si quisiera ganarme su odio por el resto de la vida.

—¿Sabes? De repente empieza a parecer uno de los pasteles de Buddy Valastro en vez de las sobras del vecino.

Ahora ella suelta una carcajada.

—Eso es todo. —Sentencia con determinación y abre la puerta con una lentitud increíble.

Me cuesta un poco acostumbrarme a la luz blanquecina que le da a la habitación un ambiente hostil y antiguo. Las luces de tubo color blanco titilan justo sobre nuestras cabezas cada par de segundos y el aire acondicionado junto a la ventana suena tan fuerte como una turbina de avión, es tan ensordecedor que apenas puedo escuchar los suaves pitidos de monitoreo provenientes de las máquinas junto a la cama.

C O U S I N S [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora