Capitulo 10: "The Runaways" (Pt 2)

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—Caleb, ¿A dónde vamos ahora? —Inquiero elevando la voz por encima del ruido.

—A un hotel. —Responde simplemente mientras presiona su mano de nuevo en el acelerador.

—¿De qué hablas? Necesitamos ir al hospital.

La única respuesta que recibo es un leve meneo de su cabeza, supongo que es un No.

—Nacesitas puntos ahí. —Espeto al borde del pánico mientras me atrevo a pasar mi mano suavemente por la herida.

Sabe que tengo razón, así que me tranquiliza un poco cuando toma una salida a la izquierda que nos lleva al centro de la ciudad y disminuye la velocidad cuando se acerca al hospital central de San Mateo, estoy a punto de bajarme, pero de un momento a otro acelera de nuevo, alejándonos del lugar.

—¿Qué te pasa? —Espeto cuando empieza a escabullirse por unas cuantas calles angostas.

—No voy a pasar una noche en el hospital, Jules. Menos en urgencias. —Declara haciéndome girar los ojos.

Pienso en contradecirlo y obligarlo a que vuelva, pero decido darle la razón; el sistema médico de Basali no es el mejor, sin mencionar que ni siquiera debe tener seguro médico.

—¿Entonces cuál es tu idea, genio? —Pregunto y puedo sentir su pecho vibrar brevemente. Lo he hecho reír.

—¿Qué quieres estudiar al salir de la escuela? —Pregunta de vuelta con extrema curiosidad.

—Medicina. —Mi respuesta suena más a una pregunta que a una afirmación concreta y en cuanto lo menciono en voz alta, sé que es lo que está tramando. —De ninguna manera, Caleb. —Protesto en pánico pero solo logro hacerlo soltar otra breve risita.

—Claro que sí. Seré tu primer paciente. —Mira fugazmente en mi dirección por encima de su hombro y me dirige una sonrisa pícara que me deja ver un poco más de sus intenciones.

Unos minutos después estaciona su motocicleta frente a una farmacia pequeña y se apea de la moto, obligándome a bajar a mi también.

—¿Podrías ir por aguja e hilo quirúrgicos y un par de analgésicos por favor? —Me pregunta con amabilidad.

Asiento.

—Y algo de comer por favor. Voy a desmayarme del hambre.

—O por la falta de sangre llegando a tu cerebro. —Apunto a su herida abierta.

Él suelta una breve carcajada. —Si fuera por la falta de sangre en el cerebro no sería por esta herida, créeme, mi sangre está en otros lugares ahora.

No sé a qué se refiere y parece que disfruta con su pequeña broma interna, pues mi evidente confusión solo lo hace reír más.

No me atrevo a preguntar más, así que en lugar de seguir perdiendo mi dignidad me doy la vuelta y camino dentro del local.

Las luces de los tubos fluorescentes me ciegan momentáneamente al entrar por la puerta, pero logro acomodarme a la luz mientras avanzo entre los estantes para llegar al mostrador.

—Buenas noches, niña, ¿Cómo te puedo ayudar? —Pregunta el hombre detrás del mostrador mirándome por encima de sus gafas cuadradas.

Pongo un par de paquetes sobre el mostrador; Doritos Flaming Hot, un paquete de Lay's de tomate, palomitas de maíz y un refresco.

—Buenas noches. —Saludo cordial, intentando esconder mi incomodidad por los eventos recientes. —Serían estos, y una aguja e hilo quirúrgicos.

Me observa extrañado como si me hubieran crecido dos cabezas antes de girarse y escabullirse a la bodega.

—Son para un proyecto escolar. —Agrego rápidamente.

Vuelve unos instantes después sosteniendo un kit de primeros auxilios completo y lo pone sobre el mostrador.

—Creo que también necesitas agua oxigenada, gasas estériles y un par de ibuprofenos. —Habla, explicándome todo lo que hay en el kit. —Para tu proyecto escolar. —Añade. Sé que no me ha creído nada pero elige seguirme la corriente.

—Gracias. —Pongo todo dentro de mi bolsa rápidamente después de pagar y salgo del establecimiento.

C O U S I N S [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora