Capítulo XIV

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– Señor Xiao – la secretaria llamó de nuevo al no recibir respuesta.

– No se preocupe. Si no abre entraré yo – sonrió yendo a la puerta.

– No, espere. Antes vino un chico. Tal vez un cliente, no lo sé bien. Llevan cerca de una hora reunidos.

– ¿De qué hablan?

– Ni idea. El joven no tenía cita ni motivo de llegada. Solo vino, me gritó y entró como si fuera el dueño del lugar. Es un descarado y maleducado.

– ¿Y Zhan no hizo nada?

– No, nada. Pidió que me fuera del despacho y ahí están. Luego le traje unos documentos supuestamente importantes pero los rechazó.

YuBin se acarició la barbilla pensativo, teniendo la intención de preguntar más cosas. Sin embargo, la puerta se abrió tirando por tierra su plan.

– Intentaré solucionar su problema lo antes posible – dijo el azabache desde el marco dejando pasar al menor.

– Eso espero, la verdad es que estoy necesitado – caminó hacia atrás con la vista fija en él.

– Ya tiene mi número. Cualquier queja o reclamación, puede llamarme.

– Yo también espero su llamada... por lo del nuevo teléfono.

– Por supuesto.

– Recuerde. Lo quiero con la suficiente potencia para aguantar la velocidad de mi wifi y con sonido envolvente, así podré escuchar mi música favorita en toda la habitación.

– Lo tengo todo anotado – escondió su sonrisa.

– Pues no le entretengo más, ha sido muy amable al atenderme Señor Xiao. Tengan un buen día – se despidió de todos, incluso de la secretaria.

No le quitaron la mirada de encima hasta que llegó al ascensor y se fue.

– ¿Maleducado? A mí me parece de todo menos eso – le dijo YuBin a la chica.

– ¿Quién es maleducado? Ah, y señorita Xu tráigame un café solo – ella asintió marchándose.

– Nadie, Zhan, nadie. Por cierto, ¿podemos hablar?

– Ehh... sí – sonó sin convicción mirando hacia dentro.

El castaño quiso entrar pero Xiao no se apartaba de la entrada. Parecía un muro taponando la puerta, colocándose delante de su amigo cuando este amagaba con dar un paso.

– ¿Me dejas pasar? – preguntó con una ceja alzada.

– ¿Para qué?

– Para hablar.

– Podemos conversar aquí – sonrió incómodo.

– ¿Por qué estás tan raro?

– ¿Raro? ¿Yo? ¿Y eso por qué? Estoy igual que siempre.

– No te creo, además... ¿desde cuándo hacemos móviles personalizados para clientes? – su sonrisa quería decir "te he pillado".

– Es... es un... nuevo... proyecto.

– ¿Y te sonrojas por un nuevo proyecto?

– Dime ya lo que sea y déjame – respondió a la defensiva.

– Han puesto fecha para la rueda de prensa, será en una semana.

– Perfecto. ¿Algo más?

– No, nada más. Bueno sí, que tengas más cuidado.

Solo una copa de Whisky | Yizhan 🔞 *Finalizada*Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu