Capitulo 27

1.5K 137 54
                                    


Wyatt

Hable y me ignoro, fue dentro de la cabaña y se encerró en el baño, me quede unos minutos de pie frente a la puerta sin saber que decir, como actuar, que pensar, simplemente no sabía cómo reaccionar, era confuso.

Ella a de creer en este momento que saber de sus cicatrices la hace menos o débil, así como lo pensaste de ti antes, deberías hacerle saber que no es así.

Esta vez no ignore mi conciencia y golpe con los nudillos la puerta.

– Emma, ¿Puedes abrir la puerta? – intente no sonar molesto.

– No voy a salir de aquí, Wyatt – hablo seria, con la voz entrecortada.

– ¿Vas a vivir en el baño entonces? – hice el intento de broma, pero falle al no provocar ni una risa, ni siquiera a mí me había dado gracia.

– No, solo... no puedo verte ahora – musito demasiado bajo, apenas logre escucharla.

– Emma... te dejare estar ahí dentro hasta que te sientas mejor para hablar, o si prefieres... hablemos a través de la puerta – mencione sentándome en el suelo con la espalda recargada en la pared al lado de la puerta del baño.

– ¿Qué es lo que quieres hablar? – inquirió confusa.

– ¿Cómo te sientes? ¿Qué piensas de tus cicatrices? ¿Por qué te ocultas de mi ahora mismo? – termine de lanzar todas aquellas preguntas y ella abrió la puerta del baño asomando la cabeza, tímida salió, cerró la puerta y se sentó a mi costado.

– Yo... no sé cómo debería sentirme ahora, pero... me apena que hayas visto mis cicatrices y yo... detesto mi cuerpo... no tiene sentido nada de lo que digo... – la interrumpí.

– Para mi tiene sentido, quiero escucharte – cruzamos miradas unos segundos y volvimos la vista al frente.

– ¿Por qué te... hacías esas heridas? – pregunta ella y me tenso.

– Hacia una cada vez que sentía culpa o quería dejar de pensar, tu turno ¿Por qué haces esas heridas? – hable y pregunte serio, ella trago saliva.

– Cada que... me golpean, hago tres y espero hasta que duelan para olvidar el dolor de sus golpes... aunque ahora han dejado de funcionar... – hablo entre cortada, con la voz temblorosa mientras lagrimas corrían por sus mejillas.

– ¿Hace cuanto lo hacen? – me miro y agacho la cabeza – ¿Hace cuanto te golpean? – pregunte de nuevo.

– Desde que tenía 12 o 13 años, no lo recuerdo... fue después de la muerte de mi abuela... – se le quebró la voz en la ultima oración, me acerque a ella y limpie sus lágrimas.

Que ironía, dos almas rotas unidas en el mismo lugar...

¿Es justo identificarme con ella?...

– Lo lamento, por lo de tu abuela y por todo esto que no deberías de estar viviendo – silencio fue lo que siguió, unos segundos sin saber que decir ambos, hasta que ella hablo.

– ¿Por qué siento que me entiendes? – me miro limpiando sus lágrimas, estas a salvo, díselo...

– Porque realmente es así, yo realmente comprendo lo que te ocurre, porque yo pasé por lo mismo – fui claro, sin rodeos, si ella estaba siendo sincera conmigo, yo debía serlo igual.

– Tus padres... ¿Te golpeaban? – agacho la cabeza y sin mirarme pregunto.

– En realidad... es una larga historia, ¿Quieres escucharla? – ella asintió, suspire y comencé – lo hare brevemente y sin tanto detalle, ¿Vale? – la mire.

Un Destello de paz | [TERMINADA] |Where stories live. Discover now