Ken Ryuguji siente la necesidad de tener a alguien que lo cuide como él cuida a Mikey y a sus amigos. Satoru Sadao siente la necesidad de tener a alguien para darle amor incondicional, ser correspondido y cuidarlo con su vida.
Ambos muchachos serán...
[N/A: Recuerden que pueden ver el opening antes de cada capítulo para una mejor experiencia]
Capítulo 12:Ellas eran mí todo.
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El pelinegro observaba seriamente el techo de su cuarto y reflexionaba seriamente en pintar algún paisaje para no deprimirse por la imagen tan vacía del color sólido gris. Tal vez pinte por completo su cuarto, con un intenso rojo o algún negro, tal vez ambos colores. El sonido de la ducha casi lo hace caer en un profundo sueño, pero se abofeteó para mantenerse despierto por algo importante.
Le debe respuestas a Ken.
Está intentando recordar su pasado, aquel trágico momento que su mente borró, que su mente bloqueó... ¿Por qué lo hizo? No recuerda exactamente el porqué, su mente se siente borrosa, en una laguna que no sabe para qué lado apuntar. Decidió pasear por la casa, en su habitación no encontrará las respuestas, tal vez el cuarto de sus madres tenga algo.
Efectivamente había algo.
Dentro del armario Satoru encontró una caja con una cámara de video, la recuerda, su padre la usó mucho durante su viaje a la playa. Logró encenderla, tenía un 30% de batería y en el almacenamiento algunos videos muy viejos.
Le dio play.
—¡Ah! ¡Atrápalo Satoru!
Dentro del video se veía a su hermosa madre correr junto a él en la playa, con su hermoso vestido blanco siendo sacudido por la fuerte brisa marina y él volviendo del agua con el enorme sombrero entre sus manos. Ambas mujeres celebraron saturando un poco el audio hasta que su versión pequeña estuvo frente a ambas.
—¡Muy bien! ¡Nuestro hombrecito es todo un héroe! — festeja su madre demasiado feliz e infantil. Él en el video rodó sus ojos entes de entregarle el sombrero a su progenitora — Ah ah, hazlo bien, Satoru-chan.
—Mamaaaaaaa — se queja el pequeño niño que miraba con un puchero a la cámara. Respiró hondo a hizo una reverencia algo exagerada — Aquí tiene, su real alteza...
—Muchas gracias, caballero Satoru.
La cámara pasó a estar en la arena para grabar como su padre, antes de su decisión, lo perseguía por la playa entre risas. La imagen cambió de pronto, esta era la última en la lista y en esta se veía a su madre ya sin su hermoso cabello negro, con una triste sonrisa en su hermoso rostro.
—Hola, Sato-chan... Hoy es mi última... Mi última batalla contra esta enfermedad. — sorbió sus mocos y parpadeó varias veces para no llorar. Se notaba que le costaba hacer ese video. — Si estás viendo esto... Significa que mamá perdió la batalla, pero no te pongas triste por eso, mamá se fue luchando hasta el final y en ningún momento dejó de amarte.
