𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞𝐬 || ᴛʀ

🥢𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀1

Capitulo Extra: La cita de Mika.
Parodia a la escena de Bad Boys 2, vídeo al inicio de la historia.

     Era una mañana como cualquier otra, la pequeña Mikaela creció y ahora con sus 15 años fue invitada por el hijo de Mitsuya y Hakkai a tener una cita. Su hijo se llama Keiji, un niño de 15 también igual de alto que Hakkai, un chico bastante tímido que sintió un flechazo instantáneo por la Sadao.

Solo que hay un pequeño problema; sus padres.

—Papá, Pa, voy a tener una cita... ¿P-puedo ir?

Emma chilló emocionada por esa noticia, asegurando que será la mejor cita de todas por lo bella que la ayudará a ponerse. Yuzuha, su esposa, se burlaba de los futuros nervios, Mikey sonreía calmado y sus padres...

— ¡Qué emoción! La primera cita de Mika-chan. — celebra muy feliz Satoru.

Satoru Sadao, 33 años. CEO de la empresa Bonten, esposo y padre cabeza de la familia. Ex miembro de la Tokyo Manji Gang, ex miembro de Yokohama Tenjiku.

—Deja que yo la ayude, podría servir más que tú. — bromea Ken con una cerveza en su mano.

Ken Sadao, 32 años. Mecánico de una tienda de motocicletas llamada "Tokyo Manji", esposo y padre. Ex miembro de la Tokyo Manji Gang.

Todos se asustaron por el aura tan gentil que detonaban ambas cabezas de la familia. Los hombres se levantaron para felicitar a su hija y, días después, llegó la gran cita. Mikaela se estaba preparando en su cuarto, apenas se estaba acabando de duchar cuando el timbre de la enorme casa sonó.

La discordia para el pobre chico comenzó.

Las puertas se abrieron de par en par, mostrando a un enorme hombre de metro ochenta y cinco, cabello negro, tatuaje de dragón en la sien y un semblante demasiado serio.

— ¿Diga? — pregunta al ver al pobre chico que tembló de pies a cabeza.

—Señor Sadao soy Keiji, vengo a recoger a Mika-chan... — habla muy bajito, con demasiado miedo.

— ¿Tu edad? — pregunta curioso.

— 15 años señor.

— ¿15? Te ves de 30.

Esa burla no le calló bien al pobre moreno que tragó saliva al ver cómo lo inspeccionaba con la mirada, como si buscara algo.

— ¿Tu identificación?

—N-no la traigo conmigo, señor.

—Qué lástima, pasa la cita para otro día que traigas esa porquería, porque mi niña no va a salir contigo. — de un empujón lo alejó de la puerta y se plantó frente al pobre chico de metro 80 que tembló en su lugar. — ¿Traes un toque? ¿Fumas drogas? ¿Eres parte de una pandilla? ¡¿Quieres que mi hija se enganche con esa cosa?!

— ¡N-no- señor!

Dentro de la casa Satoru escuchó las quejas en la puerta, se cansó de esperar a su esposo así que se puso de pie con una botella de sake en la mano y fue a enterarse del chisme.

— ¡¿QUIÉN ESTA EN LA PUERTA?! — le grita desde la sala.

—ES KEIJI, VIENE A RECOGER A NUESTRA HIJA.

— ¿QUIÉN PUTAS ES KEIJI? — se acercó a grandes pasos hacia la puerta a ver qué ocurría y al ver al pobre muchacho se mofó de él. — El hijo de los Shiba, ¿Qué pasa, negro?

—V-vengo a recoger a Mika...

—Escuché a este pelado decirlo ¿Tu edad? — pregunta sospechoso.

—15 años.

— ¿15? Te ves de 30. — burla el Sadao mayor. — ¿Sabes pelear? — el menor asiente, provocando al mayor. — No me digas que sabes pelear ¡Mírate!

—Amor, cálmate. — intenta tranquilizar.

—No, ni siquiera sabe lavarse los mocos. — insulta muy molesto. — Si alguien va a sacar a mi bebita mínimo debe saber pelear y si no sabe pelear ella no irá a ningún lado.

—Él es Satoru, estuvo en dos pandillas y-

— ¿Por qué exhibes mis problemas en la calle? — interrumpe rápidamente. — No me- ACABO DE DEJAR DE SEGUIR LAS ORDENES DE DOS ENANOS Y NO PIENSO VOLVER.

—TRANQUILIZATE.

Dentro de la casa Mikaela estaba cepillando de forma lenta su corto y sedoso cabello oscuro cuál carbón. Sus oscuros ojos como la noche brillaban de los nervios y deseaba que uno de sus padres llegara en un momento inoportuno para ayudarle a bajar esos nervios, pero por los gritos de abajo supo que eso no iba a pasar, así que comenzó a vestirse con un kimono rojo con detalles dorados que le regaló su padrino Pah.

—Escucha bien KEIJI... — amenaza Draken con su puño en alto. — Quiero a mi hija a las 10:01 en casa, si no está en casa a esa hora te esperaré en mi moto y vas a lamentar haber nacido.

Satoru le dió un trago a su sake antes de seguirle el juego de la amenaza. — ¿Y sabes que va a pasar si yo también estoy ahí? Chin chiring Bang Bang.

— ¡Padres!

—Mi reina. / Mi tesoro.

Ambos adultos cambiaron por completo su actitud al igual que su aura para envolver a su pequeña hija de metro 50 en un fuerte abrazo de oso fraternal. La chica no podía ver, solamente notó como su cita tragaba muy fuerte saliva porque sus padres lo amenazaban con la mirada, pero no supo por qué los nervios ¿Estará nervioso como ella?

—" Papá, los tíos no daban tanto miedo antes... " — piensa muy deprimido el pequeño Shiba que, a pesar de medir metro 80, se sentía demasiado diminuto frente a esos dos titanes musculosos.

— ¿Eres virgen? — pregunta Satoru.

— E-eh, ¡s-si-si!

—Pues sigue así porque no habrá acción esta noche. — amenaza con el culo de la botella vacía.

—Ya nos vamos.

—Que se diviertan~ — despide Draken, quien arrastró a su esposo adentro para que deje de amenazar con señas al pobre chico que ya se meo del miedo.

Lo vi en un tiktok y lo quise hacer a