Ken Ryuguji siente la necesidad de tener a alguien que lo cuide como él cuida a Mikey y a sus amigos. Satoru Sadao siente la necesidad de tener a alguien para darle amor incondicional, ser correspondido y cuidarlo con su vida.
Ambos muchachos serán...
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Estar nervioso era muy poco para expresar como verdaderamente se sentía en esos momentos. Sus nervios hicieron que cortara las puntas de su cabello, que use por fin esa crema hidratante en la zona de su cicatriz y también que casi se haga un pearsing en la lengua.
Porque un Satoru nervioso y ansioso es un peligro para él mismo.
Se siente vacío en el pasado, pero no con quiénes lo rodean, sino que con él mismo. En el futuro él tiene las orejas perforadas, el cabello tirado hacia atrás, la sensación de amargura por el tatuaje en su lengua y las uñas un poco largas. En el pasado no, ahora que está en hora libre en su escuela es que ve sus uñas cortas a causa de habérselas comido hace unas semanas, sus orejas se sentían demasiado ligeras y, aunque podría acostumbrarse al refrescante sabor de su boca, extrañaba el tatuaje de su lengua y la sensación de dolor que le producía.
Es más, hasta extraña la irritante venda que cubría el tatuaje de su cuello.
En resumen, no se siente él, pero al mismo tiempo se pregunta ¿Cuándo fue él mismo? Satoru recuerda y es consciente que su yo futuro no está bien, que ese sádico hombre es producto de haber perdido lo más apreciado en su vida y a su último pilar.
—Senpai, hoy se ve diferente ¿Se hizo algo en el pelo? — pregunta un muy curioso Angry muy cerca suyo.
— ¡Gruñonsito! —saluda muy feliz al otro que volvió a poner su gesto enfadado por ese tonto apodo — ¿Lo notaste? Me corté un poco las puntas, lo tenía muy mal a mi hermoso cabello.
—Te ves igual de feo que siempre. — opina entre pequeñas risas Smiley.
—Yo no noto la diferencia, tu peluquero te estafó. — murmura Muto que lo miró desinteresado para luego seguir comiendo de su elegante bento.
—Con estos amigos para que quiero enemigos.
— ¿Somos amigos? :)
—Me dueles, Alegrosito.
Forcejeó un rato con el Kawata mayor hasta que el menor les advirtió que no tendrían tiempo para terminar su almuerza y solo ahí se dieron una tregua para seguir comiendo, aunque Satoru era de los que robaba de otros bentos porque no tenía para el suyo.
—Deja de robar mi comida. — pide enojado Angry.
—Lo dejaré de hacer cuando Muto acepte ser mi sugar daddy. — asegura natural.
—...Pero tenemos la misma edad.
— ¿Y? Tú estás forrado en dinero, yo soy pobre, hacemos la pareja perfecta. — presume convencido.
