🥢Cuarenta

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Capítulo 40: Asesino.

       Ambos chicos se midieron a la distancia antes de correr con todo hacia el otro y asestar el primer golpe contra su oponente

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       Ambos chicos se midieron a la distancia antes de correr con todo hacia el otro y asestar el primer golpe contra su oponente. Fue una forma para medir su fuerza, saliendo victorioso Satoru que quedó de pie y Taiju en el suelo a causa del golpe.

El Sadao no planeaba hacerlo rápido, se quería tomar su tiempo. Hace bastante tiempo que no asesina a alguien, quiere prepararse durante la pelea para hacerlo con sus propias manos, igual que la primera vez que lo hizo con su primera víctima: Kiyomasa.

— ¿Esa es toda tu fuerza, creyente? — pregunta cínico el pelinegro.

El Shiba mayor tomó coraje para levantarse y continuar con la batalla. Fue la peor de sus decisiones, porque apenas estuvo de pie fue atacado con una poderosa patada de parte del pelinegro. Cayó de nuevo al suelo con un intenso dolor en la zona de su cuello y hombros, uno nuevo se instaló en su pecho cuando el mayor se sentó sobre este, cortando toda circulación de aire en su sistema.

—Te ves patético desde aquí... — opina ido. Con su mano palmeó la mejilla del bicolor para mantenerlo despierto por más tiempo. — Oye, aún no te duermas. Aguanta un poco más, luego tendrás toda una eternidad para dormir con tu dios.

—Vas... Vas a... ¿Matarme...? — pregunta con real miedo en su voz, con muchas dificultades por la falta de aire en sus pulmones y una creciente ansiedad por la necesidad de respirar. — N-No... No puedes...

— ¿Mhm? ¿Dónde quedó todo tu coraje? — Satoru notó de reojo como las piernas de Taiju amenazaron con moverse, así que él impactó con fuerza su puño en su nariz, quebrando al instante esta y provocando que sangre salpique su puño. — No, no. No puedes moverte, tienes prohibido moverte.

Ordenó eso para comenzar a subir y bajar su puño en el rostro del décimo comandante de los Black Dragons. La sangre pronto comenzó a salpicar en su ropa y rostro, no le importó que el cuerpo debajo suyo esté temblando a causa de las convulsiones, solamente hacía su trabajo, cumplía con su misión.

Pero... ¿De verdad quería hacer eso?

Su puño quedó suspendido junto a su rostro para ver fijamente a Taiju Shiba en sus últimos momentos de conciencia. Satoru comenzó a plantearse qué demonios estaba haciendo en ese momento, si llegaba a matar a alguien sería imposible que pueda volver a ver a su querido novio a los ojos sin sentir repudio hacia él mismo.

Juró proteger el futuro de ambos, para que eso funcione tienen que estar juntos y sabe que Ken jamás lo perdonará si llega a manchar sus manos de esa forma.

— ¡SENPAI, DETENGASE!

Giró su rostro rápidamente al escuchar una voz demasiado conocida. Desde la puerta principal venía corriendo hacia él Touya Kawata, dispuesto a detenerlo. El menor se detuvo a causa del shock al ver el estado del más herido, sintió repentinas náuseas y el miedo se le subió al creer que su superior fue capaz de matar a alguien.

𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞𝐬 || ᴛʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora