🥢Treinta y tres

3.6K 737 450
                                    

Capítulo 33: Cadenas.

Capítulo 33: Cadenas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



    La vida de Satoru tenía bellos colores cuando estaba junto a Ken, sabe por qué lo leyó en una página y sabe que son almas gemelas, es por eso que sabe por qué todo su mundo ahora está tan apagado, porqué los colores están tan opacos y oscuros. Estar separado de él provoca eso, no estar con él hace que se sienta vacío y sin ánimos para hacer algo, mucho más ahora que él no está en la Toman.

Se ven mucho menos, intentaron hablar en esa semana que ocurrió todo, pero simplemente Draken no pudo porque Satoru no deja de moverse para que no lo atrapen las pandillas. 

—Debes volver a la Toman ¡No puedes rendirte! — suplica Takemichi.

El más alto lo miró serio, se habían alejado de esa batalla gracias a él y no podía creer que el otro esté tan desesperado por querer que haga lo imposible por ir a un lugar del cual lo echaron. El pelinegro no es tonto, sabe que su perra se preocupa por él porque así es el chico que tiene en frente, tan noble y puro que choca bastante con el alma cruelmente retorcida y oscura de él.

Pero ya no es por poder, sino que no quiere volver ahí.

— ¿Ah? ¿Acaso Mikey se arrepintió y me quiere devuelta? Que no joda. — exclama molesto. Desde un árbol contó cinco pasos hasta llegar a su marca invisible donde escondió su mochila, de esta sacó un pañuelo que comenzó a mojar con una botella de agua y siguió hablando. — Mira, será mejor que se vuelvan a sus casas, no están seguros conmigo.

— ¡No quiero abandonarte! — reclama decidido. Sus amigos detrás de él comenzaron a rezar, pensando que su líder era demasiado suicida en estos casos. — Debe haber una forma para ayudarte ¡No quiero perder a otro amigo!

—Michi. — el pelinegro lo llama para que se calle, él comenzó a limpiar la mugre de su rostro y cuando se sintió medianamente limpio giró a ver al chico con una pequeña sonrisa. — Tu... Tú tienes una misión aquí, cumple con ella, sálvala y no te preocupes por mi ¡Soy muy fuerte!

El pelinegro presumió su fuerza al mostrarles los músculos de sus brazos, los adolescentes de miraron entre ellos antes de cargar entre cuatro el enorme cuerpo del pelinegro y comenzar a correr todos juntos a la casa más cercana que era la de Yamagishi. Lo pudieron llevar fácilmente porque Satoru estaba en shock y se mantenía quieto, es por eso que el grupo lo pudo desnudar y meter a una bañera llena de agua tibia.

Satoru simplemente se dejó ser por el grupo que lo bañaba sin pena ni vergüenza, solo cuando se estaban pasando a sus genitales fue que los sacó a todos de una patada y se encargó el mismo de limpiar su cuerpo. Al salir ya seco y con una bata muy suave lo arrastraron al comedor donde Akkun se encargó de acomodar su cabello y Chifuyu le pasó un plato de soba caliente.

𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞𝐬 || ᴛʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora