🥢 Cuarenta y seis

2.1K 406 99
                                    

Capítulo 46: Golpe seco.

      Era una fría tarde de invierno cuando la tragedia pasó

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

      Era una fría tarde de invierno cuando la tragedia pasó.

Lo recuerda perfectamente, él siempre estuvo ahí cuando pasaba. De una forma u otra ocurría, pero sabía que está vez sería diferente porque ahora sabe lo que tiene que hacer en ese momento. Protegerlos a ambos a toda costa para que la tragedia no se repita o pase a peor.

Va a evitar la muerte de Emma Sano, pero ¿A qué costo?

Satoru Sadao caminaba por las frías calles de Tokyo junto a Izana Kurokawa, su actual líder, para acompañarlo al cementerio donde enterraron a Shinichiro Sano, hermano mayor del moreno. El pelinegro iba unos 3 pasos detrás del moreno, con la mirada oscurecida por las voces en su cabeza que exigían acabar con él en ese momento.

Pero no lo hizo. Solo lo siguió de cerca como buen escolta.

—Ah, no sabes lo preocupado que estuve por ti estos días, Jabberwocky. — confiesa el albino, jugando con sus dedos algo nervioso. — Hoy... Es el día.

—Si, lo sé. — murmura distraído. — Hoy matarás a Emma ¿Verdad?

—... A parte de eso... Hoy en la noche inicia la guerra.

La guerra, una disputa entre las tres grandes bandas actualmente; Toman, Tenjiku y Dora Milanje. En estas últimas no están sus chicas, Yuzuha se salió para cuidar de Taiju, Emma ni la pensó en esta línea del tiempo y Hina le hizo una promesa a Takemichi de no meterse a ninguna banda.
Estaban a salvó de su mundo, tal y como prometió al otro viajero ellas ya no van a meterse en la mafia a protegerlo como en otras líneas temporales, cada una tendrá una vida pacífica y duradera.

No como el que planeaba dar su vida de ser necesario.

Llegaron al cementerio donde no había ni un alma rondando por ahí. A pasos seguros fueron a rezarle a la tumba del Sano mayor, o mejor dicho, Izana lo hizo, Satoru solo estuvo de espectador como quien no quiere la cosa.

Aún tiene sentimientos encontrados con el tema de Shinichiro.

Satoru giró su cabeza al escuchar unos pasos venir a ellos, cuando sus ojos se cruzaron sintió una pequeña calidez en su pecho al verlo bien. Mikey estaba sorprendido de ver a Satoru en un lugar como ese, pero no por eso bajaría la guardia pues Izana también estaba ahí. Emma se acercó corriendo para abrazar a su querido dragoncito que le vino a hacer compañía en un día como este.

—Gracias por venir, Sato-chan... — agradece la rubia en voz bajita.

—Emma... — llama Mikey en advertencia.

—Siempre es un gusto verlos, Mikey, Emma. — saluda serio el pelinegro, sin emociones alguna. — Espero que gocen de buena salud y una vida larga.

Eso extrañó a ambos rubios, a Izana le sacó una tétrica sonrisa que hizo poner en punta los pelos de la nuca de Mikey. El rubio se giró a ver a su hermanita que seguía pegada al pelinegro más alto, este tampoco la soltaba por nada.

No le gustaba como Satoru tiene los ojos apagados.

—Jabberwocky, déjanos a solas. — ordena el moreno con una sonrisa que no le calló bien para nada al rubio mayor.

—Hai. Emma-chan, vamos por un jugo. — propone ofreciéndole su brazo a la rubia.

Ambos adolescentes se alejaron de los otros dos que no apartaron la vista del otro con una tensión muy notoria. El pelinegro cruzó la calle con la rubia para ir a una máquina expendedora por una bebida, ella se eligió uno de manzana y él uno de naranja. Se quedaron de pie frente a esta para beber de sus jugos mientras observaban a la distancia a ambos líderes hablar.

—Sato-chan... Tu...

—Voy a acabar con todo este problema, de raíz. — avisa serio el pelinegro, tomando por sorpresa a la rubia que se giró rápido para verlo. — Encontré una clínica con Ken para que Mikey vaya, dicen que los psicólogos y psiquiatras ahí son muy buenos.

—Quieres que Mikey... — razona ella sorprendida.

—Si, tú también lo necesitas. Terapia entre hermanos... — da a conocer su idea con seriedad en su rostro. — La nieve está linda hoy...

—Sato-chan... ¿Por qué? — pregunta preocupada hasta que sus ojos notaron el anillo en su dedo. — ¡Ese anillo...!

—Ah, esto. Nos vamos a casar ¿puedes creerlo? — pregunta avergonzado, emocionando a la rubia que nuevamente se lanzó a sus brazos. — Ya~ Volvamos antes de que estos dos se maten.

Se escuchó una moto acercarse cuando ellos planearon cruzar, Satoru se giró curioso por el ruido y su instinto le advirtió que algo malo se venía cuando vio que uno de los dos que venían en la moto sacó un fierro de la nada. La velocidad aumentó, el tiempo se cortó y cuando menos se dieron cuenta ocurrió el accidente.
Uno de los dos debió recibir ese fierro, sea ella o él, uno de los dos debía morir con el golpe.

Satoru reaccionó, abrazó a Emma justo cuando la moto soltó el único golpe que le dió a él. Ambos cuerpos giraron dejando a los dos espectadores blancos por la incógnita de a quien golpeó al fierro, porque ninguno de los dos se levantaba por nada en el mundo.

Dos personas llegaron corriendo, uno las agitado que el otro. Mikey se sorprendió al ver a Draken y Takemichi ahí, cuando quisieron interrogar a Izana este había desaparecido de sus vistas como un fantasma que abandonó a su subordinado a su suerte.

Ahora era un traidor para él.

Los dos rubios que llegaron hace unos segundos corrieron otro tramo para llegar a los dos que estaban en el suelo, la desesperación llegó a ellos cuando ni Emma ni Satoru despertaban y la sangre comenzó a caer en el suelo sin saber de cuál de los dos era.

El cuerpo de Emma se sentía ligero cuando Mikey la cargo, seguía cálido y no tardó en correr desesperado a salvar a su hermana en el hospital más cercano. En cambio, cuando Draken cargó a su prometido...

—... ¿Satoru...? — llamó al borde del llanto. — Por favor... PROMETISTE NO DEJARME.

... Lo sintió bastante pesado y frío.


[N/A]: Si no hay tumba no hay muerto, amén

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

[N/A]: Si no hay tumba no hay muerto, amén.

Maratón (3/5)

𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞𝐬 || ᴛʀWhere stories live. Discover now