MIKKEL © [Completa✔️]

HUNTER 04

Capitulo 44 "Te vas a arrepentir de conocerme..."

Mi mente divaga en el cuerpo de ese sujeto. Nunca olvidaría esa herida en la espalda, ni tampoco olvidaría esa sonrisa macabra. He visto en acción esa sonrisa mas veces de lo que hubiese querido, ver esa sonrisa solo indicaba que el tipo planeaba cosas sucias y mórbidas. Sabía del problema que no sabía manejar, pero no me incumbía a mi llevarlo con un loquero, mientras no hiciera daño a alguien cercano. 

Madson, Madson. 

Ese hijo de la gran puta huyó. Sabía que lo reconocería. 

Mi cabeza repite muchas veces ese nombre.

Flashback

Los entrenamientos en el equipo al que me uní son agotadores. No esperaba menos de esta universidad, de aquí han salido estrellas en el mundo deportista.

Aunque solo tengo un par de meses en el equipo, este año llegaron hasta semifinales, espero que el próximo lleguemos a finales y ascender a capitán. Aunque aún no se han terminado los torneo, pero eventos importantes si.

Madson me sonríe desde lejos cuando las chicas de voleibol entran. Entrenamos en el mismo lugar.

Mi mirada sigue a la última chica en entrar, que hoy luce unos leggings negros con transparencias y un top de manga larga negro. Su cabello largo y rubio está atado en una cola alta.

Mierda, esa chica en serio que me tiene babeando por ella.

Hace unas semanas la vi jugando en otra cancha y joder. Que se ve muy buena, tan buena que no creo tenerla nunca.

— ¿Ya le hablaste? —Madson llega a mi lado — ¿O me la follaré yo antes?

Sus palabras me hacen enfurecer — Cállate, idiota.

No le doy importancia, tomo mi bolso con mi ropa para después irme. No suelo quedarme a ver los entrenamientos de las chicas para no incomodarlas, amo a las mujeres, pero trato de respectar su espacio y tiempo.

Y si, me las follo todo el tiempo, pero nunca he obligado a nadie, todas saben que con ninguna busco nada.

Cuando busco mi celular para marcarle a alguien, no lo encuentro en mi short, así que busco en el bolso, y no está. Me apresuro para buscarlo en el auto, y tampoco está.

— Mierda.

Corro de regreso a la cancha, ojalá alguien lo haya guardado si lo deje allí. Cuando estoy por entrar noto que está esa chica otra vez allí, con su celular en la oreja.

— Si, mamá... Ya te dije que sigo tu plan de alimentación al pie de la letra... mamá baje tres kilos este mes, creo es suficiente... ¡Por Dios, mamá! —Ella cuelga la llamada, unas cuantas lagrimas resbalan de sus mejillas.