ELISA 36

2.1K 220 20
                                    

Capitulo 53 "La persona que es dueño de mi mente..."

Soundtrack: Christina Perri - A thounsand years (español)

La persona de seguridad giro conmigo, la piel se me erizó como un acto de respuesta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La persona de seguridad giro conmigo, la piel se me erizó como un acto de respuesta. Sentía que el tiempo nunca pasó en él, se veía exactamente igual que la última vez que lo vi. Su aura es aún más pesada que antes, su mirada es más violenta, como que le falta un poco de cariño. 

Parece un perro rabioso en busca de un ama dulce. 

No pueden entrar aquí los espectadores —responde el vigilante

— No es un espectador —responde— ¿Eres mi novia después de todo, no? 

Mi cara era un emoji de felicidad ahora mismo. Me solté del vigilante para poder correr a abrazarlo. No resistí a la tentación de tocarlo. El me recibió con la misma fuerza que yo, así que decidí besarle. 

Tuvimos un beso de despedida. Este ya no lo es. 

— Mmm —ronronea— ¿Sigues robando besos a las personas que acabas de ver? 

Tan irresistible. 

— Cállate, Astor. 

— Ven acá, que aún no acabo contigo —me dijo volviendo a abrazarme. 

Sentí que el tiempo se detuvo. Sus brazos me hacían sentir aún más protegida que lo que logré antes, odio sentir que lo amo tanto, pero amo que por fin esté aquí. Me mantuvo en una incógnita todo este tiempo.

— Pensé que nunca volverías...

— La distancia y el tiempo entre nosotros nunca cambiarán a mi mente. Joder que nunca se te olvide eso, capitana

Olvidaba lo nerviosa que podía ponerme esa mirada tan profunda. Dejé de mirarlo porque mis ganas de seguirlo besando iban creciendo, el sonrío ladino sabiendo eso. Su equipo nos miraban impresionados por todo el espectáculo que había hecho. 

— Capitana ya te extrañaba mucho —Kaden salió de entre el equipo. 

— No creas que no me sé las nuevas —le sonreí— Haces muy feliz a Lucía. Espero no le hagas daño si no quieres que te haga daño yo. 

— En otra ocasión, si no tuvieras a ese orangután atrás de ti me reiría de tus amenazas —responde nervioso. 

(...)

El partido siguió su jugada, lamentaba decir que el equipo que tuviera a mi Astor era el ganador. En efecto, se notaba la ventaja. Mikkel Astor ha crecido mucho en este tiempo, parece un guardián con esa pelota en sus manos, un guardián dispuesto a golpear a todo aquello que se le cruce en su camino. 

Un peligroso animal extinto, porque ya es mio. Es mío desde ese día que lo besé sin su permiso. Lo es. 

— Si me hubieras dicho que tu enamorado era semejante monumento, te juro que le hubiese dicho a toda la universidad que se rindieran contigo —silba Louis. 

— ¿Y Lenko? —le pregunto

— Le dio miedo venir hasta acá, se quedo en las gradas. Yo vine fingiendo ser tú mejor amiga para que me presentes a alguno de estos guapos —susurra

Louis y sus ocurrencias siempre. 

El juego termina después sin complicaciones, Mikkel me pide que lo espere en el estacionamiento en lo que arreglan unos pendientes que tienen. Así que Louis, Lenko y yo estamos en el auto de la linda casi albina de mi amiga. 

— ¿Cuánto mide ese hombre? —Louis finge echarse aire— Hoy hace calor. 

— Esperaba que esta loca terminara con un hombre así, pero no esperaba que tus gustos también fueran así, princesa. 

— Te equivocas, porque no me gusta... Me encanta de una forma que nadie se imagina. 

Louis vuelve a silbar— Me encantan juntos. 

— A mi no, creo que ese hombre es muy violento, si necesitas salir de una relación tóxica yo puedo ayudarte, princesa. 

— ¿Tú y cuántos más, principesco? —al escuchar su voz, Lenko pone los ojos saltones. Astor pasa su brazo por mis hombros— ¿Nos vamos? 

Louis ríe— Hola, me presento —le extiende la mano a Astor, el no sabe como reaccionar— Soy amiga de la mujer aquí presente, como su amiga exijo que me presentes a uno de tus amigos, no pido mucho la verdad. 

— En otra ocasión, Louis —respondo con una sonrisa— Nos vemos el lunes

— ¡No hagan mucho ruido! —grita subiendo a su auto— Que no estamos en américa. 

Astor me mira— ¿Quién es ese que llama princesa, capitana?

Lo miro incrédula— ¿Celoso, capitán?

— Hasta la medula, quiero golpearlo —sisea— pero debo contenerme porque no quiero gastar mis energías por si las llego a necesitar por la noche. 

— Espero que no las hayas gastado este año —subo al auto que trae— solo espero eso. 

— Serás demente si piensas que tuve tiempo de buscarme una rumana que fetiches, que me resista sin quejarse, que me llame solo por mi apellido... que se sonroje cada vez que está nerviosa... 

— Te extrañé. 

— No hablemos de extrañar cuando estuve muchas veces dispuesto a subirme a un jodido avión y obligarte a casarte conmigo, solo para que todos aquí supieran que soltera jamás estarás por el tiempo que quieras aguantarme. 

— Lo hubieras hecho, Astor —respondo con una sonrisa coqueta. 

Por dios, no me mires así cuando he estado en abstinencia. 

Su mano me sujeta por mi cuello, acercándome a él con cuidado. Sus labios envían a mi cuerpo múltiples señales de que lo necesito ahora, lo necesito después, lo necesito mañana. Creo que el se siente igual que yo, pues siento nerviosismo en el que no es propio de él. 

Pero viéndote solo,
todas mis dudas de alguna manera desaparecen,

No quiero volver a dejarlo, no quiero tener otro beso de despedida. No quiero que se vaya, quiero que se quede. No quiero tener que llorar por él de nuevo, pero mis lagrimas siempre terminan traicionándome. 

un paso más cerca,
he muerto todos los días esperándote,

— Déjame llegar a nuestra casa, ahí no te dejaré en paz de nuevo.

querido, no tengas miedo de que te haya querido,
durante mil años.
te querré por otros mil más.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


MIKKEL © [Completa✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora