MIKKEL © [Completa✔️]

ELISA 35

Capitulo 52 "No te imaginas..."

Louis nos indica el camino, del gran estadio terminamos en primer fila. Yo en medio de ellos dos. La cancha aún está vacía, pero el estadio está lleno. Las chicas se ven emocionadas por ver a los chicos americanos con caras de "badboys" en acción. Siento que estoy en un show solo para chicas. 

— Creo que fue mala idea venir —me dice Lenko— Solo hay mujeres aquí. 

— Tu te apuntaste solo —me rio— Ahora presta atención. 

— Es bueno ver que sonrías conmigo, comenzaba a creer que me odias. 

— Aún puedo odiarte —bromeo— Así que no te confíes. 

— ¡Oh por dios! 

El exclamo de mi amiga, hace que Lenko y yo miremos a donde Louis mira. Chicos altos y con uniforme color blanco, cascos en la mano, comienzan a salir. Los murmullos de todas las chicas se hacen presentes. 

Los chicos saben que son el centro de atención por su atractivo, más que por el deporte al que representan. Me río sola al recordar que si mi capitán estuviera aquí destacaría por encima de todos, el tiene mucha presencia en todos los lugares a los que vaya. 

— ¿Viste alguno guapo? —pregunta Lenko— ¿O por qué ries? 

— Solo recordaba algo que me pasó. 

— ¿Mencionaste que Mikkel era jugador de americano, verdad? —pregunta Louis. 

— Si. 

— ¿Eras jugadoras de futbol americano? —se alarma Lenko— ¡No me digas eso! 

— No, era jugadora de un equipo oficial de voleibol.

— No cualquier jugadora —dice Louis— Es la capitana de un equipo que llegó a las nacionales de Estados Unidos, es una buenaza en todo! 

— ¿Qué? ¿En serio? —se impresiona Lenko— Tienes muchos talentos. 

— Hago lo que puedo —digo— Ahora ya no soy la capitana de ningún equipo. 

— Sigues siendo una mandona —espeta Louis— me regañas cuando no presto atención. 

— Porque no quiero verte en vacaciones en la universidad, no es normal —me rio. 

— ¡Eres la mejor amiga! —me da un beso en la mejilla. 

— Me gusta como cuidas a Louis, ella siempre necesitó una amiga como tú. Aunque ella no sea tan buena amiga para hablarte genialidades de mi. 

— No te lo tomes a mal... —no me deja terminar. 

— No me rechaces —dice rápido— Harás que me duela más así, solo no lo hagas. Ya sé que va a pasar, pero si me lo dices me va a doler más.