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Frey Stein

Miraba por la ventana que daba justo vista al patio trasero de la casa de los Fox, estaba solo en la casa, mis padres y hermanos salieron a recorrer el pueblo, había movimiento en el bosque, haciendo que llame mí atención.

De los árboles cuatro figuras salieron, tres cuerpos grandes y masculinos, y uno delgado aunque no tanto femenino.

Sus vestimentas llamaron mí atención, todos vestían con algo negro y la ropa manchada de sangre como sus caras y brazos, me había fijado en esos detalles que pase por alto al cuerpo que arrastraba el rubio alto.

Parecían discutir algo hasta que la chica parecía ver alarmada al rededor hasta que su vista conecto con la mía, levantó la mano y movió sus dedos en forma de saludó, todos dejaron de hablar y miraron a mí dirección, me sentía nervioso al sentir las miradas por lo cual cerré las cortinas y apague las luces de la habitación, justo en ese momento un grito resonó por todo el patio llegando a mí ventana.

¿Qué carajo acaba de pasar?

Alma Fox

La sangre brotaba por todos lados, gritos de dolor por aquí, súplicas por allá.

Por primera vez me deje llevar por mí lado noveno y realice una masacre, aunque no me llevo todo el crédito, mí manada me ayudó.

— ¡Que yo no fui, Alma!, ¡tienes que creerme!. — se escuchaban los gritos del colorado, por el bosque mientras corría.

— Eres el peor noveno que conozco. — dije acercándome a él a paso lento. — ¡Haz dejado el arma con la cual lo mataste!. — grité con furia.

— Bien, has ganado. — sonrió falso mientras avanzaba hacia mí. — He matado al inútil de tu novio. — admitió hacia que una sonrisa crezca en mí rostro

— Vas a suplicar por tu vida, hijo de perra. — dije golpeándolo en la cabeza haciendo que caiga desmayado

Sentí pisadas detrás mío, allí Poe miraba la escena divertido, detrás de él apareció Archie junto a Damián.

— Lo quiero torturar hasta que aparezca el maldito dios a decirme que fue suficiente. — dije sádica mientras le ordenaba al rubio que lo agarre

— Lo que la princesa ordene. — hablo el rubio arrastrando el cuerpo del infeliz de Milton.

Empezamos a caminar hacia nuestra casa, Poe hacia que el idiota de Milton se golpeé con ramas y rocas mientras lo arrastraba por el piso.

— ¿Por qué haces esto, Alma?. — rompió el silencio en el que estamos nuestro querido Archie.

— Porque mato a Jasper y era mí presa. — conteste caminando junto a él.

— Nos traerá problemas matarlo. — opino Archie mientras limpiaba su cuchillo.

— Matamos a su manada completa, lo mataremos a él y no hay testigos. — habló esta vez Damián.

— Estás de su lado porque es tu hermana. — bufó el castaño hacia Damián.

— Estamos de su lado porque somos una manada, Archie. — dijo esta vez Poe, dejando de caminar.

— ¿También la apoyarlas en esto?. — empezó a enojarse

— Oye, controla los cambios amigo, si algo le pasará a tu presa y ex novia estarías igual, ¿Y sabes qué?, Yo te apoyaría. — dije haciéndole frente.

Desatamos una discusión sobre que no debíamos matar al idiota de Milton y lo que debíamos hacer, hasta que empecé a sentir que nos veían, empecé a buscar por alrededor hasta que di con la casa de los nuevos vecinos.

Mí mirada chocó con la de uno de ellos, mamá ayer lo presento como Frey, lo mire con determinación haber que hacía, como seguía estético levanté mí mano y moví mis dedos en modo de saludó, los chicos dejaron de hablar y miraron dónde yo estaba saludando.

El pelinegro al ver qué todos los mirábamos cerro las cortinas y se vio como apagó la luz de su habitación.

— Luego te encargas de que no hable, empecemos a jugar con nuestro invitado. — dijo Damián viendo cómo despertaba nuestra víctima.

— Buenos días Milton, ahora quiero escucharte gritar. — dije con una sonrisa de lado, mientras enterré mí cuchillo a su muslo izquierdo.

El grito por el dolor mientras yo deslizaba el cuchillo hasta un dedo encima de la rodilla.

— Como ofrenda de paz, Archie tienes el honor de tres puñaladas dónde tu quieras, pero que no causen una muerte rápida. — dije pasándole el cuchillo.

— Me parece una buena ofrenda. — sonrió agarrando el cuchillo.

Se acercó al cuerpo de Milton quien lloraba mientras murmuraba que lo dejemos, eso era lo menos noveno que vi en mí puta vida.

Archie enterró de forma lenta el cuchillo en el ojo derecho de nuestra víctima mientras esté gritaba, sonreí con satisfacción por los gritos del colorado, mientras Archie de forma lenta lo hacía sufrir.

— Mí turno. — dijo Poe, quitando a Archie de encima de Milton.

Poe se llevaba bien con Jasper, eran una especie de amistad rara así que iba a disfrutar de torturar al chico.

Volví a sentir una mirada y allí los ví, ahora no estaba el pelinegro sólo, su hermano estaba junto a él, miraban con un brillo la escena que estábamos montando junto a mí manada, me acerque y le susurré al oído a Poe.

— Deja algo para Damián y para mí. — le susurré de forma divertida.

— Pero me estaba divirtiendo. — dijo como niño pequeño mientras le daba un puñetazo con la mano cerrada al colorado en el suelo.

— Nuestro turno, conejito. — le dije a Damián, este me miró serio por el apodo y agarró firme su cuchillo.

— Nos vemos en el infierno maldito bastardo. — dijo Damián clavando su cuchillo en el estómago del chico.

— Saluda a Jasper por mí. — dije antes de cortarle el cuello.

Miramos como se ahogaba con su propia sangre hasta que dejó de respirar, mire en dirección de los vecinos ellos seguían ahí, mirándonos fijamente con un brillo en los ojos.

Agarre mí cuchillo y de forma sensual lo lleve a mí boca limpiando la sangre que tenía con la lengua,y mí vista fija en el pelinegro y el rubio.

Las Obsesiones De Alma Fox Where stories live. Discover now