25

852 90 1
                                    

Alma Fox

Luego de una tarde completamente agotadora recorriendo la ciudad llegamos a la mansión Roser.

Mia nos esperaba en la entrada de la mansión, al vernos se acercó hacia nosotros.

—Maila te espera en su oficina, Lyna. —dijo viéndome.

—Gracias por avisarme. —le dije asintiendo con la cabeza —Nos vemos en la cena. —le dije al rubio mientras empezaba a caminar hacia la oficina de mí madre

—¿Qué se supone que haga acá mientras no estés?. —preguntó siguiéndome el paso

—Lo que tú quieras, recorre el lugar, ve a ver cómo entrenan, no sé. —dije encogiéndome de hombros.

Abrí la puerta de la oficina y la cerré a mis espaldas, Maila se encontraba parada dándome la espalda viendo por la ventana como entrenaban en el jardín.

—Ha sido simple encontrarla, su ubicación está en los archivos. —dijo sin darse vuelta apuntando a su escritorio.

—Gracias. —susurre abriendo la carpeta.

La foto de una pelinegra adulta fue la primera que ví, luego los archivos de historial de su pasado, junto a datos personales y por último lo que más me importaba, su ubicación.

—Piensa las cosas en frío, no quiero incidentes. —dijo dándose vuelta para verme.

—No los habrá, lo tengo bajo control. —le aseguré con la vista puesta en los papeles en mí mano.

—¿Por cuánto tiempo tienen pensado quedarse el rubio y tu, hija?. —pregunto sentándose sobre su silla giratoria de cuero negro.

—Serán solo cuatro días o menos, quiero ver el primer entrenamiento de Nora. —respondí sin darle importancia.

—¿Qué has visto en esa niña? Estás jugando la seguridad de tu mamá y tu vida con ella, ¿Lo vale?. —pregunto con seriedad.

—Hace unos años encontramos a una chica, era unos años mayores que yo, ¿Recuerdas?, Helena, se llamaba, lo recuerdo bien, me habías mandado a una misión, mí primera misión como parte de la mafia Roser. —recordé ese día —Era una noche lluviosa, era una tarea simple, mataba al hijo del juez que condenó a mí tío a la cárcel antes que lo maten, y luego tenía que matarlo a él, al juez. Pero, en el camino la encontramos a esa chica.

»Paraste el auto y la ayudaste,nunca logré entender porque, pero tu dijiste que habías sentido la necesidad de hacerlo, que algo te atrajo a ella, y confiaste en tu intuición, tiempo después Helena se fue de la mansión y ahora ella vive en paz junto a su familia en Francia.

»Yo vi el miedo en los ojos de esa rubia al ver a Sean, vi como su mirada pedía a gritos ser rescatada y confíe en mí intuición, y te marque. —relate dejando los papeles en la mesa —Porque Nora es mí Helena y no dejaré que la lastimen, es una conexión que no entiendo, pero, sé que debo confiar en mí instinto y es lo que estoy haciendo, solo quiero que la entrenes por este tiempo, cuando solucione el problema con Atenea Black, vendré por ella y su entrenamiento seguirá vigente conmigo, pero mientras esté aquí, quiero que esté bajo la protección tuya.

—Está bajo mí protección, mientras esté en Basilea nadie podrá hacerle daño, tienes mí palabra. —dijo prometió.

Asentí y agarre la carpeta nuevamente, dándome vuelta para irme, puse mí mano sobre el picaporte, pero su voz me detuvo.

—Una última cosa Lyna, cuida en quien confías, no te fíes de él solo porque te sigue, recuerda que es una presa y sus padres le enseñaron a cazar a gente como nosotras. —dijo frenando mi mano.

—Lo tengo bajo control. —aseguré saliendo rápido de la oficina.

[...]

Heist se había quedado dormido por lo que tenía que aprovechar, salí de la cama y agarre ropa de mí armario para cambiarme el pijama, agarre mí daga de mano, unas armas y una navaja mariposa.

Salí encontrándome con las mellizas, asentí hacia ellas y empezamos a caminar las tres para irnos xd la mansión.

En una guerra se necesitan aliados, y en casos extremos se toman medidas extremas.

—Las quiero en vigilancia por si las cosas se complican, pero no entrarán conmigo. —les avise arrancando el auto en el que iríamos —Estuve viendo el terreno, hay muchos puntos en entrada y la seguridad no es tan sorprendente, les mandé todo lo que averigüe.

—¿Por qué quieres hablar con ella?. —preguntó la menor de ellas, Mia.

—Las cosas en Asfil no están muy bien,digamos, siguen las normas y leyes que dictan los Black, eso tiene que cambiar. —esa era una pequeña mentira.

No me importa en lo más mínimo las estúpidas reglas de los Black, y a la mitad de los novenos menos, pero quiero acabar con una de los Black, y se que no podré si tengo a todos ellos de mí contra. Así que seguiremos la frase "el enemigo de mí enemigo es mí amigo".

Cuando llegamos ella bajaron y se separaron para ver distintos puntos de acceso por si algo pasaba, mientras yo hackeaba el sistema de seguridad de la casa, cuando logré hacerlo, entre sin problema, sonreí y caminé en silencio hasta donde suponía que era la habitación de esa persona.

Al entrar ella estaba acostada sobre la cama dándome la espalda, sabía que estaba despierta y lo confirme cuando sacó un arma de debajo de su almohada y me apunto.

—Joselyn Johnson Black, es un placer al fin conocerte. —sonrei viéndola.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Las Obsesiones De Alma Fox Donde viven las historias. Descúbrelo ahora