Las Obsesiones De Alma Fox

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Alma Fox

Encontraba diciéndoles a los de la manada lo que debían hacer cada uno.

—Archie, solo no pierdas el control, confío en vos más que en nadie con esto. —dije agarrando su mano para darle un pequeño apretón.

»Poe, nada de comentarios que lo hagan perder el control, nada de comentarios sexuales que provocan algo en ellos para enojarlos y nada de insinuante con su hija o esposa. —mire a Poe, quien rodaba los ojos y hacía muecas con cada cosa que decía.

—¿Es enserio?. —pregunto incrédulo.

—Muy en serio, este es un tema demasiado importante para mí plan, lo hablamos ayer. —le dije de manera sería.

—Está bien, pero si dijo algo es porque no pude aguantarme. —dijo levantando las manos de forma inocente.

—Damián eres el único que se comporta bien así que no tengo nada que decirte. —termine de indicarles cómo debían comportarse.

—Entonces vamos llendo. —dijo Archie luego de un rato.

Todos empezamos a caminar hacia la salida de la casa rumbo a la casa vecina.

Respire hondo antes de tocar la puerta, está fue abierta por Heist quien sonrió al verme para luego borrarla al ver a los que se encontraban detrás de mí.

—Supongo que ustedes son la sorpresa. —comentó dejándonos pasar.

—¿Esperabas algo mejor?. —pregunto de manera  divertida Poe, todos lo miramos en modo de reproche.

—Todos están en la sala, siganme. —dijo ignorando a mí rubio mejor amigo.

Lo seguimos por la casa hasta la sala, estaba tal como la última vez que estuve para acompañar a Kaia a buscar sus cosas hace unos días.

Ahí se encontraba toda la familia menos la chica del sótano, todos estaban serios menos las dos mujeres de la casa, la señora Stein y Kaia.

—Sé que esto es algo muy repentino, pero creo que empezamos con el pie izquierdo. —dije luego de un rato.

—Secuestraste a nuestra hija. —dijo el de ojos grises.

—Sus hijos secuestraron a mí amigo necesitaba una ventaja sobre la situación. —conteste con tranquilidad, los chicos a mí espalda se mantenían en silencio.

—Casi quemas nuestra casa con nuestra esposa adentro. —hablo ahora el de heterocromía

—Necesitaba que no estén en medio, sabía que no dejarían a su amada Mila morir y estarían lo suficientemente ocupados para fijarse dónde están sus hijos, estaba todo calculado. —dije todavía tranquila.

—Vayamos a lo que vinimos. —dijo la voz de Damián detrás mío.

—Primero hay que presentarnos, aunque falta alguien aquí. —comente tomando asiento en uno de los sofás.

Justo en ese momento pasos se empezaron a escuchar por el pasillo, una sonrisa se formó sobre mis labios al igual que sobre los de Archie, sabía que iba a hacerlo bien.

—Bienvenida querida Hayden, es un placer verte de nuevo. —dije viéndola entrar a la sala.

Todos se tensaron al verla suelta, ella estaba delgada, sus hermosos ojos de diferente color miraban a todos analizando a cada uno en la sala, al ver a Archie sonrió de forma terrorífica hacia él, creo que era una forma de agradecerle.

—Sabía que ibas a hacerlo bien. —susurre al castaño a mí lado.

El ruido de algo comprarse se escuchó en la habitación, me alejé de Archie y guíe mí vista hacia el origen del ruido, un jarrón de vidrio se encontraba en el suelo y un Frey muy enojado miraba hacia mí dirección.

—Podría matarlos a todos ahora. —dijo en voz baja Hayden, aunque todos la escuchamos, toda su familia se tenso al oírla.

—Pero no lo harás, ven preciosa, toma asiento. —dije haciéndole espacio al lado mío y de Archie.

Ella caminó en silencio hasta sentarse en medio de nosotros.

—¿Cómo…? —preguntó atónita la matriarca de la familia Stein.

—Eso no es lo que importa, ahora que estamos todos presentes empecemos con esto. —dije viendo a todos los presentes.