21

1.1K 138 2
                                    

Alma Fox

Desperté con la cabeza en el pecho del rubio, me senté en el asiento del avión para ver por la ventana, ya estábamos aterrizando, Nora estaba acurrucada entre dos asientos, a mí lado Heist dormía aún con su mano en mí cintura.

—Heist, estamos aterrizando. —lo moví para poder despertarlo.

—Solo un rato más. —me abrazo poniendo su cara entre el espacio de mi cuello.

—Tengo que despertar a Nora. —Me intenté separar pero se apegaba más hacia mí.

—Hueles a Jazmin. —dijo oliendo mí cuello, haciendo que cierre los ojos al sentir el roce de su nariz.

—No hagan nada delante mío. —la voz de Nora hizo que alejase al rubio.

—Estamos aterrizando. —me senté recta en el asiento.

Nora imitó mí acción y se sentó en el asiento de la ventana para ver a través de ella comprobando lo que decía.

—Señorita Fox, tenemos un problema. —se escuchó la voz del piloto.

Suspiré antes de levantarme para ir hacia la cabina del jet, al estar allí una sonrisa se asomó por mis labios sin poder controlarla.

—No es nada, siga con su trabajo. —dije para salir hacia donde estaban ambos rubios.

De manera rápida e intentando mantener el equilibrio abrí mi maleta, saqué dos armas y le pase una a Heist, la otra la guarde en mí cintura, saque una daga y me acerque al rubio primero.

—¿Qué vas a hacerme?. —se alejó en el asiento hacia el costado.

—¿Confías en mí? —pregunte acercándome.

—No. —respondió sincero.

—Que bueno, yo tampoco lo haría. —hice un corte pequeño en su mejilla izquierda y me alejé.

Él soltó un un pequeño gemido de dolor poniéndose la mano donde había cortado.

—Dame tu mano, Nora. —dije acercándome a la rubia.

Ella tragó grueso pero obedeció mí orden, en su palma las iniciales A, P, D, A, se marcaron, ella chillo por las cortadas soltando unas pequeñas lágrimas pero nada más.

Le puse una venda para que no chorree la sangre y le pase un pedazo de grasa al rubio para que limpie la sangre de su cara.

Cuando acabé ya habíamos aterrizado, respire hondo antes de que Heist me ayude con las maletas.

—Detrás mío hasta que se los diga. —indiqué más para el rubio que para Nora, ella me haría caso pero el rubio lo dudaba.

Ninguno dijo nada solo asintieron de acuerdo, el piloto vino para abrirnos la puerta y salimos, todo el clan de Suiza nos esperaba apuntando con sus armas, pero no tenía miedo, aunque Nora si, ella soltó un jadeo de sorpresa.

—Bienvenida a su hogar, princesa oscura. —la voz de Maila, la líder se escuchó por el lugar.

Una sonrisa se poso en mis labios de forma instantánea, bajamos de forma lenta, ellos detrás mío por seguridad.

—Es bueno volver a casa. —dije frente a la pelirroja.

—Dijiste que solo sería una chica. —dijo de forma sería viendo detrás mío.

—Lo es, él es mío, la rubia es para ti. —dije viendo a los dos rubios detrás mío.

—Vean si están marcados. —indico a las dos mujeres detrás de ella.

Mia y Sasha fueron a verlos, quitaron la venda de la mano de la rubia y vieron las iniciales, asintieron hacia la pelirroja y fueron hacia el rubio, revisaron su cara y vieron el corte de su lado izquierdo.

—Me lastima que no confíes en tu hija, Maila. —dije hacia la pelirroja.

—Los rumores corren rápido mí hija, sabes las reglas y me traes dos presas a mí territorio. —reclamo con ojos sus llenos de furia.

—Veo que me has mandado a vigilar. —la miré enojada.

—Te descontrolas si no te mantenemos a raya. —dijo enojada conmigo.

—Sabes que Asfil está fuera de tus límites. —dije viéndola de mala manera.

—Yo no tengo límites. —sonrió de forma sádica.

Lo miré expectante hasta que en un movimiento rápido clavó una aguja en mí cuello.

Los gritos de ambos rubios no se hicieron de esperar y ellos no tardaron en cederlos también, caí en los brazos de Maila.

—Descansa un poco, cielo, lo necesitas. —dijo acariciando mí cabello hasta que me quedé completamente inconsciente.

Las Obsesiones De Alma Fox Where stories live. Discover now