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Narrador omnisciente

El primero en despertar fue Heist, quien sentía un cuerpo sobre el suyo, cuando su vista se acostumbró a la luz que entraba de la ventana hacia la habitación, pudo enfocar su vista hacia el cuerpo sobre él.

El cabello negro de Alma desordenado, sus facciones relajadas, los labios entre abiertos, un brazo alrededor de su estómago mientras lo abrazaba,sus piernas enredadas con las suyas, el tenía sus brazos al rededor de la cintura de la chica mientras la apretaba más contra él.

Una sonrisa se posó sobre los labios del rubio, movió un mechón de cabello de la chica para darle más visión de su cara, acaricio la mejilla de la chica con suavidad, mientras miraba toda su cara, hasta que su vista se quedó sobre sus labios, aquellos que deseaba probar desde ya hace unos meses.

—Si vas a besarme espera a que me cepille los dientes. —dijo la voz de la chica haciendo que vuelva de la ensoñación en la que estaba, la miró pero ella seguía con los ojos cerrados.

—No pensaba besarte. —negó el chico mintiendo, claro que quería hacerlo.

—Eso no parecía hace unos segundos. —sonrió abriendo los ojos.

Sus ojos oscuros casi negros chocaron contra los azules del chico hipnotizadolo por completo.

—Iré a recorrer un poco la ciudad, ¿Vienes conmigo?. —preguntó con voz suave la chica.

Él asintió con la cabeza completamente hipnotizado por los ojos de la fémina, ella sonrió y se separó de él yendo hacia el baño dejando la puerta abierta a sus espadas

El chico sacudió su  cabeza y fue detrás de la chica, al asomarse ella se encontraba de espaldas viendo hacia el espejo, se estaba cepillando los dientes, al verlo detrás suyo escupió la pasta y se enjuagó la boca con un poco de agua .

—Aquí tienes un cepillo nuevo y ahí está la pasta, te espero en la habitación, como no tienes ropa iremos de compras. —dijo la pelinegra apuntando todo lo que el chico necesitaba en el momento.

—¿Cuánto tiempo nos quedaremos?. —preguntó el chico mientras le ponía pasta de dientes al cepillo.

—Serán solo cuatro días, quiero ver el primer entrenamiento de Nora y luego nos iremos. —dijo la chica antes de dejar solo en el baño al rubio para darle un poco de privacidad.

[...]

Ambos jóvenes caminaban sobre las calles de la hermosa Suiza, la chica no venía hace más de un año y extrañaba lo que conoció como su hogar desde niña.

—¿En qué parte de Suiza estamos específicamente?. —preguntó el rubio mientras miraba de reojo a la chica.

—Estamos en la ciudad de Basilea, cerca de la frontera entre Francia y Alemania. —respondió la chica mientras devolvía el saludo a unas personas que la saludaban.

—¿Dónde vamos ahora?. —preguntó el chico mientras veía el río que estaba a su izquierda.

—Preguntas demasiado. —dijo rodando los ojos.

—Y tú respondes poco. —se defendió rodando los ojos también.

—No hemos desayunado así que iremos a desayunar. —respondió viendo de reojo al chico quien se encontraba viéndola.

Con confianza agarró su mano entrelazando sus dedos para ir más rápido hacia el restaurante.

Al entrar sintieron la sensación agradable del calor del lugar ambos—aún con sus manos entrelazadas —caminaron hacia el chico que atendía.

Las Obsesiones De Alma Fox Onde histórias criam vida. Descubra agora