::Castigo::

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Latigazo tras latigazo resonaban en aquella habitación, aquel látigo con pequeñas púas rompía la piel de la espalda del pelinegro, que ni siquiera se inmutaba, viendo con odio a la mujer frente a él.   


—Si suplicas perdón te dejaré de castigar —Dijo y el pelinegro recibiera otro latigazo en su piel herida, aunque su rostro no demostraba nada, los dedos apuñados delataban su dolor.


—Primero muerto antes de pedirle perdón a alguien tan insignificante —Dijo y esta le viera molesta. Lo que más le molesta, es que no lo dijo solo para molestarlo, era realmente el sentir del arrogante felino.


De rodillas en aquel pentagrama mientras sangraba, JungKook estaba terminando el ritual para tener por completo sus pegados. Y el del la soberbia se estaba marcando más, ya que, jungkook reprime el de la ira, para su sorpresa y desagrado.


—Eres muy insolente.


—Y tu una loca.


—Más respeto —Dijo un demonio empujándolo y hacer que JungKook presionara su cabeza contra el suelo en una reverencia —Es tu reina a la que le estás hablando.


—No me toques —Gruño JungKook haciendo que los demonios a su alrededor comenzaran a arder —Prefiero mil veces el que me toques con el látigo a que me toques con esa esencia repugnante —Se quejó el minino, su olfato felino le daba unas 6 veces más fuerte ese repugnante aroma a azufre y cadáver. Sin mencionar sus manos pegajosas y sucias, odia la suciedad.


—JungKook. Quieto —Le ordeno y el pelinegro lo hiciera viéndole con enojos, sus órdenes dejaban de hacer efecto en él al poco tiempo.


Para poder absorberlo, antes tenía que corromperlo por completo, ya tiene 2 pecados completamente marcados en él, 2 que aún están terminando de completarse 3 que tiene que ponerle aún, y era difícil controlar a JungKook.


—Los demonios no tienen aromas agradables igual que tú, eres demasiado exigente —Dijo esta tomando la bola de cristal que había al lado de su trono. Buscando algo en ella.


—Descuida, ese cambiara cuando te maté, me desharé de ellos y su repugnante aroma —Dijo con confianza haciendo que la mujer le viera de reojo —Para empezar tirarse ese feo trono, tus gustos son horribles. mas o igual que tu.


—Callado —Ordeno un poco frustrada, es un mocoso insoportable para tener solo 6 años —¿Tu madre te educo tan mal?


—Eso no te importa.


—¿Ya no la amas?


—Vieja chismosa —Hizo una mueca el felino, enojándole más, dejándola bola de cristal a un lado se levantó.


—Te voy a coser esa maldita boca.





(....)

Escuchando aquellos fuertes ladridos, JungKook vio al enorme perro demonio frente a él, tirándole algunas gotas de saliva mientras le ladraba a la cara. Llevaba varios días encerrado con esos malditos perros custodiándolo, sus sensibles oídos eran torturados por ese horrible ruido.


Encerrado en su pequeña jaula apenas tenía espacio para moverse, de vez en cuando lo sacaban para torturarlo, cada maldad que quisiera hacerle a su hermana sé las desquita en JungKook, viendo como los demonios perros lo maltrataban frente a ella.


La mujer había robado algunas cadenas de los ángeles, así que las usaba para amarrar a JungKook y que no pudiera moverse. Pero todo aquellos solo le estaba creando una fuerte aversión a los perros, si antes le desagradaba, hoy ciertamente los odiaba. Con esa fuerte mandíbula y filosos colmillos. Lo mordían rompiendo su piel. Dejaban que se recuperara en el charco de sangre en su jaula y lo volvían a dañar. La mujer quería romperlo, que se descontrolara.


Recostado en su propia sangre y pequeños restos de su carne JungKook observaba el techo mientras aquel ruido resonaba. Su cuerpo se regeneran muy lento debido a las cadenas. Gracias a que no es un demonio completo puede hacerlo, de lo contrario moriría desangrado.


"Quiero morir" Pensó con la vista algo borrosa. Su ojo izquierdo era el único que funcionaba un poco, sus labios estaban cocidos así que no podía hablar mientras observaba la nada.


¿Qué clase de pecado horrible cometió para tener una vida tan agria? ¿Por qué? Aún no lo entendía.


Ya estaba cansado, de huir. De vivir. Los buenos momentos que tenía se vuelven amargos con el tiempo, todas son falsas alegrías.


—¿Estas despierto? —Pregunta su tía llegando a la jaula, agachándose a su lado —Pensaba arrancarte la cabeza para mandársela a tu madre, pero no sé que sé regeneraría, la cabeza en tu cuerpo o el cuerpo en tú cabeza ¿Debería hacer una prueba primero? —Le pincho la mejilla con su dedo índice, uno de los perros le arranco la otra, dejando a la vista los dientes de JungKook —Responde cuando te hablan —Sonrió burlona —A ella le gustaría verte, supongo que hace mucho no lo hace.


JungKook suspiro en silencio actuando desinteresado, como si no le importara, esta hizo una mueca, moviendo su mano la acerco al único ojo bueno de JungKook y meter su dedo haciéndolo sangrar más, el pelinegro contuvo el grito de dolor mientras está lo movía dentro.


—Te estoy hablando —Se quejó —Serás comida de perro otra vez si te comportas mal.


—Me cociste la boca estúpida ¿Como quieres que hable? —Se quejo Jungkook rompiendo sus labios.


—Deja de dar excusas —Dijo sacando su dedo ensangrentado —Y te dije que no usaras ese tono conmigo, necesitas más disciplina —Negó levantándose. Saliendo de la jaula dejo la puerta abierta para que los perros entraran otra vez. Serian muy buenos amigos después de jugar tanto.

::Gatito mimado:♱:KookV::Donde viven las historias. Descúbrelo ahora