Capítulo 7

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 "Algunas veces solo podemos encontrar nuestra verdadera dirección cuando dejamos que los vientos de cambio nos lleven"

― Mimi Novic, Your Light Is The Key


CAPÍTULO 7


POV Armando

El postre estaba verdaderamente delicioso, pero para mi pesar, apenas se terminen de comerlo, ellas se irán a cumplir la cita en la constructora y volveré a tener que aguantarme esa condenada soledad que me tiene a punto de enloquecer.

Ahora que sé que Betty acepta mi cercanía, que me deja abrazarla y besarla como hace un rato... Dios mío... ¡Ya no quiero que se vaya de mi lado!

Pero esto está bien en mi pensamiento, en mi mente obsesionada con su presencia, con la suavidad de su dedos, con el dulce sabor de sus labios... está bien solo en mi cabeza donde aún sigo temiendo que aparezca alguien y le haga ver que tiene muchas mejores opciones que yo.

Estoy seguro que si le hablo de esto o que si le llego a decir lo mucho que deseo que se quede solamente conmigo todo el día, sonaré de nuevo como el tipo celoso y descerebrado que solía ser, que ya no quiero continuar siendo.

Ese que le montaba ridículas escenas de celos en la oficina por las llamadas de Nicolás Mora, el que la seguía a todas partes con la sola sospecha de que algo debía suceder entre ellos, el mismo que hizo justo lo que ella quería y se enloqueció por no tenerla, ese mismo que ahora me gruñe dese muy adentro que ella es mía y solamente mía.

No puedo ni quiero seguir siendo ese hombre, pero es que me arde el pecho de pensar que ella saldrá de aquí, con esa belleza sin fin que ahora todos pueden apreciar y que tendré que seguir escuchando comentarios como los del cuartel esta mañana, sin poder siquiera chistar porque nadie debe saber de lo nuestro.

Porque mi amor por ella de nuevo ha de ser un secreto y yo tendré que volver a fingir frente a todos que no muero por besarla y que no tengo el derecho de reclamarla como mía.

-Armando... –me llama Catalina sacando mi mente de las oscuras cavilaciones en donde estaba y regresándome a la mesa -¿Quieres un poco más de flan de coco?

-No Cata –le respondo sonriéndole –así estoy más que bien, estaba delicioso, muchas gracias.

Parece ser que yo soy el único que aún no ha terminado y creo suponer que es por andar embobado pensando en mis temores, en lugar de terminar de comer como lo han hecho ya todas las damas que me acompañan en la mesa.

Doña Carmen empieza a recoger los platos y yo termino rápidamente mientras veo que Betty me mira algo extrañada. Creo que se ha dado cuenta que me he perdido un poco en mis pensamientos.

Entonces apenas dejo el cubierto en el plato y bajo mi mano, ella mueve su mano para cubrir la mía, tomando mis dedos con mucha ternura.

-¿Se siente bien? –me susurra acercándose un poco más a mí.

-Si mi vida, me siento perfectamente –respondo yo llevando su mano a mi boca y besándola con cariño -¿Por qué me lo pregunta?

Ella simplemente me mira y cuando creo que va a decirme algo, gira su mirada.

-Doña Catalina, mamá, les pido un permiso, voy un momento a ayudarle a Armando con sus medicamentos antes que salgamos para nuestra reunión. Ellas asienten y dando las gracias por el delicioso almuerzo Betty se pone de pie.

Yo por supuesto la sigo, agradezco y me disculpo también.

De nuevo me dejo llevar de su mano, vamos otra vez por el corredor pero ahora deja la puerta abierta cuando entramos a mi habitación.

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