Capítulo 33

1.9K 101 482
                                    


"Entra en mi vida, te abro la puerta

Sé que en tus brazos ya no habrá noches desiertas

Entra en mi vida, yo te lo ruego

Te comencé por extrañar, pero empecé a necesitarte luego"

― Entra en mi vida, Sin Bandera




POV Beatriz

-Lo extrañé tanto... -le susurro estando aun a un par de centímetros de distancia de su boca y mientras tomo un poco de aire.

Esa misma boca deliciosa que por fin he vuelto a besar, a sentir húmeda y tibia en la mía como tanto extrañaba hacerlo.

Ahora me siento de nuevo completa a su lado y esto me daba algo de miedo, esa necesidad tan grande que tengo de él me sobrecoge, pero creo que es hora de enfrentar a los demonios y ponerlos en su sitio para aprender a construir y disfrutar esto.

-Extrañarla se queda corto para mí, mi vida –me contesta Armando sonriéndome con uno de esos gestos suaves pero muy pícaros, muy suyos, una sonrisa de lado demasiado linda –usted me ha devuelto la vida con este beso –me dice y me arruga el corazón al pensar que de no ser por mí no estaríamos pasando por eso, por este dolor de habernos separado y de nuevo temer por esta relación.

Mi pecho se siente oprimido y mis ojos amenazan con enjuagar mis ideas en agua salada.

Sé que él cree que yo no lo amo lo suficiente, al menos no tanto como él me quiere a mí, pero también sé que esto no puede ser un concurso. Si he de empezar a demostrarle lo mucho que significa en mi vida y lo mucho que lo amo, pues entonces esa será mi misión diaria.

Y si de algo estoy segura es de que estoy lista y dispuesta a dar mi brazo a torcer por este amor que le tengo, y por la relación que espero podamos construir juntos.

-Gracias por escucharme, por entenderme... –le digo sin poder evitar que mis ojos liberen una lágrima que rueda pesada por mi mejilla, temo por cada cosa que pudo haber pasado... –no sé qué hubiera hecho yo si usted me rechazaba y no... -le confieso a quemarropa con la voz temblorosa, sin poder fingir tal dignidad o firmeza.

¿De qué me serviría tanta cosa si a la final me dejaba por mis propias acciones?

-Shhhh –me dice entonces él, silenciando mis nerviosas palabras con un beso, uno de sus más tiernos y suaves beso, esos que apenas me tocan los labios pero que van impregnados de su ternura y cariño, mientras que al mismo tiempo lleva su mano y con sus pulgares me seca en una caricia la marca mojada que dejó la lágrima que logró escaparse –usted es mía mientras así lo quiera –me susurra haciéndome erizar la piel -jamás piense que no puede venir a mí Beatriz, aquí me tiene porque mi alma no puede rechazarla mi vida, porque yo no podría vivir sin usted –me confiesa mientras tiene mi rostro en sus manos tibias que son como imanes para mí.

Entonces yo deslizo mis manos desde su cuello hasta abrazarme a su torso, de rodearlo completo lo mejor que puedo y para pegarme aún más a él, escondo mi cara en su cuello respirando profundo su aroma que me tiene embobada desde que... desde que lo conozco, a decir verdad.

Armando me recibe, me sostiene contra él abrazándome con mucha suavidad, me aprieta contra él, con una mano en mi cintura y la otra en mi espalda un poco más arriba.

IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora