Capítulo 29

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"Yo, no veo el futuro

Pero quiero tenerte aquí

Conmigo, lo necesito así

No pienses, no pienses en mañana

Vamos a amarnos hoy

Ahora,

Este momento vivir..."

— Jon Secada, Ángel



POV Armando


Apenas logro terminar de ponerme la camisa cuando vuelve a sonar mi teléfono. Van seis veces que suena, una de esas era Marcela y las otras cinco era Betty.

Como van a ser las nueve y no he llegado a la oficina, han de querer saber el porqué.

Seguro que Marcela cree que anoche rematé la fiesta del evento en mi casa, con alguna modelo o actriz famosa. Su llamada debe ser un reclamo por algo que en este momento ya no sería su asunto.

Y Beatriz... bueno, ya Camila me dijo que anoche la llamó preocupada, lo cual no me gusta para nada porque no quiero involucrar a mi hermana en mis problemas de pareja. A pesar de que sé que para ella no es ninguna molestia y que quiere que Betty y yo nos arreglemos.

Me pongo la corbata mientras me miro al espejo verificando la afeitada rápida que me di al bañarme y de pronto me llega el recuerdo de ese instante que tuve con Betty en el baño del apartamento de Cata.

Muy pocas cosas había hecho yo en la vida, tan cargadas de sensualidad, como dejar que Betty me afeitara. La sensación de dejar mi vida por completo en manos de ella, de tenerla tan cerca y sentir tanta calma, cuando podía tranquilamente hacerme algún daño y lo único que me irradiaba era su ternura y su cariño al cuidar de mí.

Dios mío, como la extraño y cómo me duele todo esto que sucedió con ella.

Anoche no dormí casi nada, tuve una pesadilla horrible en las que ese momento en el parqueadero se repetía pero en lugar de rechazarlo, Betty lo besaba. Ella lo agarraba y con todo el gusto del mundo lo besaba como si nada, mientras el maldito la manoseaba como se le daba la gana.

Me desperté acelerado y di vueltas en la cama tratando de quitarme esa sensación de traición y tristeza por las vívidas imágenes, se bien que no era cierto y no pasó así, pero mi imaginación se encargó de mostrarme de forma de forma muy real lo que hubiera podido suceder.

Cuando por fin me pasó un poco la sensación de opresión en el pecho y pude volver a dormirme, no hice más de dar vueltas en la cama. Creo que me dormí un rato pero no pude descansar porque no he parado de pensar en lo que sucedió cuando se quedó con ese tipo en el evento, a pesar de que sus llamadas a mi teléfono empezaron como a la media hora de haberme ido

Mi teléfono vuelve a sonar un par de veces más y es ella, pero no le contesto.

Temo que aún estoy muy molesto y si le contesto el teléfono vaya a decirle algo de lo que me pueda arrepentir, algo que conociéndome, pueda herirla sin vuelta atrás.

Así que termino de arreglarme y cuando estoy casi listo para salir de mi habitación, Camila se asoma con su celular en la mano y da un par de toques en la puerta.

-Armando tienes una llamada –me dice mientras me entrega su teléfono.

-¿Quién es? –le pregunto yo a pesar que estoy seguro de saber que es ella, Beatriz.

IlusiónWhere stories live. Discover now