Capítulo 20

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"Yo creo en el amor a primera vista... Pero no en el primer momento que fijas los ojos en una persona, es en el momento en que vez por primera vez a la persona que verdaderamente es."

― Ranata Suzuki





POV Beatriz

-¿Aló? –contesto algo dudosa después de su actitud conmigo al despedirnos hoy.

-Buenas noches Beatriz –recibo su saludo en un susurro grave y alegre -¿Está muy ocupadita o puedo saludarla un ratico?

-Buenas noches Armando –le respondo mientras sonrío –me estaba alistando para dormir pero claro que me encantaría hablar con usted.

-¿Ya está acostadita? –pregunta.

-No, apenas estoy organizando mis cosas ¿Y usted ya está acostado? –respondo mientras termino de guardar una ropa limpia que tengo doblada sobre una silla.

-Tampoco, pero cuénteme algo, ¿Se pasó a la habitación que yo estaba usando?

-No, sigo en el estudio ¿Por qué?

-Mi vida pase para allá –me pide con ternura -cambie para que esté más cómoda en la cama –me dice –yo sé que el sofá-cama puede estar muy confortable pero la cama es definitivamente mejor.

Lo pienso por un instante y la verdad es que tiene razón.

-Sabe que tiene razón –le digo yo mientras tomo mi bolsita con las cosas de aseo personal –voy a pasarme ya mismo, necesito descansar bien porque he tenido un día pesado.

Cruzo el corredor con el teléfono en el oído, entro a la habitación y cierro la puerta.

-¿Betty sigue ahí? –me doy cuenta que me he quedado en silencio y él ha estado pendiente de mis movimientos.

-Si Armando, aquí estoy, ya estoy en su habitación... -digo sin pensarlo mucho mientras llego hasta la ventana. Puedo escuchar una risa al otro lado de la línea.

-Ay mi vida -qué más quisiera yo –susurra él –ojalá fuera cierto que estuviera aquí conmigo –me dice y luego suspira.

Yo abro la cortina y veo una de las vistas nocturnas más lindas de esta parte de la ciudad.

-¿Alguna vez miró por esta ventana cuando estuvo acá? –le digo mientras sonrío recordando esa mañana frente a esta misma ventana –me refiero a de noche –corrijo yo rápidamente -porque sé que tiene una vista preciosa en la mañana, la recuerdo muy bien.

-De noche... pues no mi Betty, creo que no vi mucho de noche por esa ventana –me responde -pero le digo que esa vista del amanecer –suspira de nuevo y me susurra, con esa voz cálida y suave que me afecta incluso en la distancia -ese instante mi vida, está grabado en mi mente permanentemente, usted me dio esa mañana juntos uno de los momentos más hermosos que he tenido en la vida, ese amanecer que tanto había deseado tener a su lado pero además me dio esperanza, me devolvió las ganas de vivir, así no hubiera pasado nada esa noche más que tenerla durmiendo conmigo, cerquita de mí, para mí fue muy especial que por fin pasáramos una noche juntos.

No me esperaba este tipo de confesión, más de un hombre tan físico y apasionado como Armando, que en su vida ha debido tener cientos de noches y amaneceres con todo tipo de hermosas mujeres.

-Para mí también lo fue, fue un amanecer muy especial –le respondo en otro susurro con la voz temblorosa.

Por un momento nos quedamos en silencio, puedo escucharlo respirar profundamente y sé que al igual que yo está conmovido por lo que acaba de decirme.

IlusiónWhere stories live. Discover now