Capítulo 31

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"Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama."

― Fyodor Dostoyevsky



POV Betty


-Muy bien Beatriz Pinzón -me digo a mi misma en voz bajita mientras acomodo mi carro en el parqueadero del evento -el plan es estar un rato en el coctel, saludar a Doña Catalina y luego salir a arreglar todo esto, muy sencillo.

Llego a la puerta y desde la entrada trato de ubicar a alguien conocido, a esa única persona que lograría convencerme de asistir a un evento después de lo que acabo de pasar.

Un aroma delicioso a flores inunda el lugar y siento que después de todo, puede que no sea una velada tan mala como yo pensaba.

Veo pasar modelos, actrices y cantantes que reconozco vagamente, el sitio está adornado con unos bellísimos arreglos florales, en medio de una luz tenue y una música instrumental muy relajante.

Si mal no recuerdo, doña Catalina mencionó algo del lanzamiento de una nueva línea de productos de belleza que además de ser totalmente naturales, trabajan diferentes conceptos de aromaterapia, ella como organizadora del evento estaba muy emocionada. Y justo por eso estoy aquí, apoyando a la persona que considero una de mis mejores amigas.

Sigo mirando para todos lados mientras entro caminando despacio al evento, a los lados del salón pueden verse diferentes stands con los nuevos productos, atendidos por chicas muy lindas pero, a diferencia de los eventos que se acostumbran en el medio, están bastante vestidas, ya que ese no es el atributo que pretenden vender en esta ocasión.

Paso por al lado de una mesa que tiene los pasabocas, también está hermosamente adornada con las mismas flores de todo el lugar, pero además con velas blancas.

Y entonces tengo un recuerdo, por un instante puedo volver a sentir la misma calma y paz que sentía al encender y observar aquella vela blanca que doña Catalina me llevó de regalo cuando todavía era la asistente de presidencia, cuando esa vela encendida era precisamente uno de mis pocos alivios.

A lo lejos veo por fin a Doña Catalina, casi al fondo del salón, está conversando con alguien. Antes de caminar hacia ella, miro hacia la entrada del salón, ansiosa de verlo entrar, pero no está ahí. No tengo idea de si en verdad vaya a venir. No sé cómo manejar esto con él pero vengo decidida a que esta situación termine hoy, me siento terriblemente mal por todo lo que sucedió con Saams, pero no puedo evitar molestarme por su actitud esquiva y seca.

Suspiro profundamente, una mezcla de emociones se acumula cada vez que pienso en Armando Mendoza.

Sé que tenemos que hacer algo, no podemos simplemente esperar a ver si se nos pasa la molestia y mágicamente se resuelven nuestros problemas, no es lo que yo espero que tengamos, no es como yo quiero una relación con él, porque eso sería repetir los mismos errores que ha tenido en su vida y que a la larga lo dejarían de nuevo con la sensación de estar atrapado.

Giro la mirada y mi vista vuelve a quedar en la vela blanca, esa vela encendida en la mesa, que me llama la atención como si fuera magnética, como si con solo observar su brillo pudiera empezar a sentir algo de calma, un abrazo tibio que me invita a relajarme.

Sé que muchas personas piensan que eso es más superstición que verdad, pero yo aprendí con Doña Catalina que podía ayudarme y mucho.

- ¡Betty! ¡Pero que divino verla! ¡Qué bueno que pudo venir! – Me dice doña Catalina llegando justo detrás de mí, me da un beso efusivo en la mejilla acompañado de una sonrisa radiante.

IlusiónWhere stories live. Discover now