Ilusión

Capítulo 28

"Los débiles no pueden perdonar nunca. El perdón es el atributo de los fuertes."

— Mahatma Gandhi

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POV Beatriz

-Solo le pido que no continúe tratándome como si tuviera alguna relación conmigo porque no es así, tampoco le acepto sus aproximaciones románticas, abrazos o que intente besarme.

Isaac Saams me observa contrariado. Está de pie a un lado de la puerta principal de entrada del salón. No entró al evento porque según me dijo, me estaba esperando.

-Pero Beatriz, yo no lo hice con mala intención, yo... -Resopla algo molesto mientras se organiza el saco.

-Disculpe señor Saams pero no me interesa escuchar sus explicaciones, toda esta situación habla por sí misma, le agradezco que de ahora en adelante, únicamente tengamos contacto cuando sea requerido para la negociación entre las empresas.

-No veo porque estás tan molesta, si tú estabas disfrutando de mi atención...

-Yo fui amable con usted y parece que usted malinterpretó mis acciones, me disculpo si le di la impresión equivocada, pero quiero que le quede muy clara mi posición.

-Pero ven acá Beatriz –me dice levantando su mano para tocar mi brazo.

Yo me alejo un paso para atrás y observo el atrevimiento que tiene de seguir intentando algo conmigo a pesar de lo que le acabo de decir.

-No me toque por favor, no me obligue a tomar otra actitud al respecto.

-Estás exagerando Beatriz, no te pongas así.

-Estoy hablando muy en serio –le digo, y creo que es mejor retirarme y no seguir esta conversación en este sitio -Que tenga una buena noche señor Saams.

-Pero si me dijiste que no estabas casada ni comprometida –me dice como si no le importara en lo más mínimo lo que le estoy diciendo – Tienes algo con el tonto ese de Armando Mendoza ¿Acaso es eso?

-No sea irrespetuoso, eso es algo que no es de su incumbencia, no pienso contestarle.

-¡Pero si ese tipo anda de amores con una empresaria venezolana! –exclama y de nuevo extiende su mano y me toma del brazo.

Mi paciencia tiene un límite y sin dudarlo le doy una sonora cachetada que lo frena en seco.

Me mira enojado con la mano en su mejilla.

-¡Oye pero que te pasa! –exclama mientras se aleja un paso hacia atrás.

-Pasa que usted no respeta y no quiere entender por las buenas –le digo yo disponiéndome con el cuerpo tenso a gritarle si es necesario.

-¿Qué sucede Beatriz? –escucho la voz de doña Catalina a mis espalda, en un tono evidentemente molesto y que me dice que vio lo que acaba de suceder con Isaac.

-Estoy aclarando algunas cosas con el señor Saams –me giro a verla por un instante –creo que es suficiente conversación, me voy para mi casa, por favor acompáñeme doña Catalina –le digo y ella me señala la puerta de afuera.

-Que tenga buena noche –se despide de Saams y salimos del evento.

Estando ya afuera, doña Catalina se gira y me frena.

-¿Qué pasó con ese tipo Betty? ¿Qué le dijo para que usted le diera tremenda cachetada? –me pregunta muy preocupada.

-Ay doña Catalina, necesito contarle lo que me ha pasado esta noche, creo que he cometido graves errores y por mi culpa Armando casi lo mata a golpes a Saams –trato de explicarle respirando profundo.