🍃EXTRA 4: FUTURO🍃

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Han sido 15 años desde que ambos dieron el si, en aquella pequeña y significativa ceremonia que los terminó de unir simbólicamente y espiritualmente ante su madre luna. Han pasado tantos años y aunque con altibajos; el para siempre que se prometieron aquella noche sigue muy presente en sus vidas.

El tiempo siguió su curso, las estaciones pasaron y los cambios llegaron a sus vidas. Aquél baúl lleno de gloriosos momentos que atesoraba el alfa no había hecho más que crecer, pues con el transcurso de los años aprendió demasiado al lado de su pareja y su familia. Aprendió que, no importaba que tan gris fuera su día, en cuanto cruzara la puerta de su casa se encontraría con las personas idóneas para calmarlo y mejorar en un segundo su día.

También aprendió que pese a los problemas y dificultades, al final del día iban a estar juntos para darse la mano uno al otro, ya fuera por parte de sus hijos con sus disculpas o mimos, o su pareja, quien trataba de que día a día siguiera creciendo y mejorando. Así eran ellos.

-¡Luna!- gritó la pequeña azami, bastante enojada con su gemela- ¡Devuélveme al señor lobo!

Y bueno, las discusiones y peleas de parte de los más pequeños nunca faltaban.

-¿Podrías dejar de gritar? Estoy tratando de concentrarme, gracias- respondió Iseul mientras leía entretenidamente uno de los tantos libros que poseía su casa.

La pequeña cachorra de seis años miró completamente indignada y enojada a su hermano mayor, pues este nunca las ayudaba, al contrario, se la pasaba en su mundo lleno de letras alejado del resto. Muy parecido a su papá Kook cuando se concentraba, si era honesta.

Era la tercera vez en la semana en la cual su gemela no solo agarraba su peluche favorito, el cual fue un regalo de su padre alfa cuando nacieron, sino, que su preciada ropa estaba en manos de esa niña con cara idéntica a la suya.

Ella con gusto le prestaría al señor lobo si tan solo, Luna no fuera tan envidiosa y le prestara al señor zorro.

-¡Eres insoportable Iseul!- le gritó la cachorra yendo hacia el estudio donde se entretendría dibujando.

El mayor solo entornó los ojos ya estando bastante acostumbrado a los berrinches de sus hermanas, así que solo siguió con su lectura en el cómodo sillón de la sala de su casa. Sin embargo, se vio nuevamente interrumpido a ver como su otra hermana se escabullía a la cocina. Eso solo significaba una cosa y tanto él como sus otros hermanos lo sabían de memoria.

Galletas.

Decidió dejar su preciado libro en la mesita de café que estaba al lado del sillón para seguir al demonio que representaba su pequeña hermana. Con cuidado de no hacer ruido y siendo tan escurridizo como su papi le enseñó a ser, se quedó en una esquina observando atentamente al diablillo en acción.

La pequeña Luna había llevado una silla hasta el lugar donde sabía que su papi guardaba las galletas. A pesar de tener seis años, esta no aparentaba su edad debido a que era más bajita que la edad promedio, siendo su gemela igual a ella. Iseul tuvo que aguantar la risa al ver que le faltaba tan poco para alcanzar, como quien dice, tan cerca, pero tan lejos de lograr su objetivo.

La pequeña no se detuvo ahí, como último recurso usó una vara la cual enganchó para poder abrir la puerta y así de la misma forma poder ir acercando el tarro que contenía el causante de todos sus castigos cuando estaba más pequeño.

-Baja lentamente esa vara y salta de esa silla- le dijo el mayor a la pequeña niña con los brazos cruzados desde la esquina de la cocina.

Este fue testigo de como la cachorra se tensaba en su lugar y lo veía en cámara lenta. Si, a pesar de todo, las gemelas le tenían bastante respeto a su hermano del medio así como a los mayores.

🍃Solitario 🍃 OMEGAVERSE [KOOKV]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz