Capítulo cinco: Preguntas.

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¡Nuevo capítulo! A prepararse que aún falta muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucho por explorar. 

Quisiera saber que opinan, si les va gustando la propuesta. ❤

¡Espero que les guste! ❤

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Le había costado varios días a Amanda tomar la decisión de contactar a Dominick Carisi. Había pasado varias noches en vela queriendo borrar a ese hombre de su cabeza, queriendo simplemente olvidarlo todo y continuar adelante, pero por un extraño motivo no podía lograrlo. Después de varias dudas había pautado un encuentro con él, allí en su casa y quizás no había cosa que le diera más nervios que eso. Interiormente se preguntaba si estaba haciendo bien, si era cuerdo de su parte tener una conversación con ese hombre, si realmente la decisión que había tomado era correcta, pero una vez que escuchó el ruido del timbre cayó en la realidad que ya no había vuelta atrás, Carisi estaba allí y debía afrontar la decisión que había tomado. Amanda suspiró profundamente y caminando hacía la puerta se tomó unos segundos para adquirir valor y luego la abrió.

—Hola. —Pronunció Carisi con una sonrisa, y Amanda volvió a suspirar buscando quitar todos los nervios de encima.
—Hola. Creí que no vendrías. —Respondió ella con una sonrisa tímida y él agachó su mirada riendo suavemente, luego volvió a mirarla.
—A decir verdad, tuve miedo de que me esperarás con tus compañeros aquí, dude mucho en venir, pero aquí estoy.
—Cumplo con mi palabra, te dije que sería una conversación tranquila y civilizada, y eso es lo que pasará.
—Está bien.
—Ven, entra. —Amanda se corrió de la puerta y Carisi entró a la casa seguido por la rubia, que luego de cerrar la puerta se posicionó detrás de él.
—Gracias.
—Ponte cómodo, ¿Qué quieres tomar?
—Lo que tú quieras está bien para mí.
—Ahora regreso.

Amanda se dirigió a la cocina, y sirvió un poco de vino en dos copas. En ese momento necesitaba aclarar sus ideas, necesitaba contestar todas sus dudas, pero para eso debía tranquilizarse y mentalizarse en qué todo estaría bien. Segundos después volvió al living y pudo ver a Carisi sentado en el sofá mirando fijamente un cuadro que estaba frente a él, en el retrato estaba Amanda con una pequeña niña.

—Es muy linda esa fotografía. —Comentó Carisi y Amanda sonrió, una vez que le entregó la copa se sentó frente a él— Muchas gracias.
—De nada, gracias a ti por el cumplido. Debo decir que me sorprendió que no entrarás por la ventana. —Bromeó Amanda y él rio divertido.
—Es más divertido, pero está vez quería dar una buena impresión. —Pronunció él y ambos rieron, ella tomó un sorbo de vino y Carisi la miró— ¿De qué querías hablar conmigo? Debo decir que me sorprendió tu invitación.
—Necesito responder muchas dudas que tengo y tú eres el indicado para hacerlo.
—Está bien, te escucho.
—¿Por qué nos ayudaste con el caso? —Preguntó Amanda directamente, y Carisi bebió un sorbo de vino— Digo, sabes que eso no borra tu historial delictivo.
—Así es.
—¿Entonces?
—Sé de mi historial delictivo, y también soy consciente que no soy una persona de confianza, pero no estoy en el mejor momento de mi vida para aceptar culpas que no son mías. Cuando me enteré de que mi nombre era una de las posibilidades para investigar decidí arriesgarme y contar quién era el verdadero culpable.
—Pero eso significaba exponerte.
—Sí, pero no me importó.
—¿Por qué?
—No quiero hablar de eso ahora.
—Mmm está bien. ¿Por qué me elegiste a mí para darme los datos del culpable? Sabes que yo no soy la que está al mando.
—Eres linda.
—Eso no responde mi pregunta. —Amanda enarcó una ceja, y ese hombre soltó una risita.
—Porque no quería terminar en prisión, si iba directamente a Olivia Benson lo que menos iba a hacer esa mujer era escucharme.
—Sabías que yo también podía arrestarte, después de todo soy policía también.
—Sí.
—¿Y entonces?
—No lo sé.

-

Mientras tanto en la casa de Olivia, todo parecía marchar tranquilo. Luego de cenar y de acomodar lo que habían utilizado la mujer ayudó a Santino a colocarse el pijama para luego arroparlo cómodamente en su cama. Como ya era una costumbre, Olivia se sentaba a un costado de la cama y le leía el cuento favorito de su hijo para hacerlo dormir, pero está vez, la excepción fue que una vez que la lectura finalizó Santino continuaba despierto y con una tímida sonrisa en su rostro mirando fijamente a su mamá.

—¿Sigues sin tener sueño enano? —Preguntó Olivia con dulzura mientras dejaba a un costado el libro.
—¿Puedo hacerte una pregunta mami? —Pronunció el niño luego de bostezar.
—Claro que sí, San.
—¿Tú quieres a mi papá?

Aquella pregunta inocente de su hijo significó para Olivia una bomba que le estalló en la cara. Nunca habían hablado de lo que sentía por Elliot, y ahora, que el niño comenzaba a crecer y a indagar ella comenzaba a sentirse más pequeña y más inútil. Más de una vez en la soledad de su habitación Olivia se había replanteado que era lo que sentía por ese hombre, había llegado a pensar si realmente existía la chance de tener una relación y olvidarlo todo, más de una vez había imaginado una noche juntos donde solo sea felicidad y amor, y más de una vez había deseado que todo fuera más simple, que su vida no se viera envuelta en ese lio donde más allá de los confusos sentimientos que tenía por Elliot Stabler, era consciente que no podía regalarle a Santino la familia que él quería y que ella había soñado.

—Lo apreció mucho hijo. —Respondió como pudo a pesar del nudo que se había formado en su garganta y Santino la miró confundido.
—¿Qué es aprecio mami?
—Mmm ¿No te parece que ya son muchas preguntas por hoy? ¡Debes dormir pequeño travieso! —Pronunció Olivia haciéndole cosquillas y Santino río. Volvió a acomodarse en su cama y volvió a conectar sus pupilas azules con las de su madre.
—Te amo mucho mami.
—Y yo a ti Santi, descansa mi amor.
—Tú igual, hasta mañana.

Luego de besar su mejilla una incalculable cantidad de veces mientras oía la tierna risa infantil Olivia se puso en pie y se marchó hacia la puerta. Antes de irse a su habitación miró a su pequeño una vez más y suspiró profundamente, era increíble para ella pensar en todo lo que ese niño generaba en su interior y cuánto lo amaba, sin dudas su vida junto a Santino era hermosa e inigualable, aunque más de una vez aquellas curiosidades la dejarán sin palabras.

-

La noche continuaba tranquila en la casa de Amanda, quizás más de lo que habían imaginado. Una vez que finalizaron aquel interrogante donde la rubia pudo aclarar sus dudas decidieron pedir al delivery algo de comer, ya era demasiado tarde para continuar con sus estómagos vacíos y aún había más cosas de las que deseaban charlar.

—¿Estás más tranquila? —Preguntó Carisi una vez que esperaban la pizza, Amanda se sentó a su lado y sonrió más relajada.
—Sí, creo que sí.
—No te iba a comer ¿viste? Soy un hombre bueno. —Pronunció él en tono de broma logrando que ella ría.
—No sé si tan bueno eh.
—Al menos no soy un lobo hambriento en busca de su presa, pudiste comprobar que soy un tierno y amable corderito.
—¿Amable corderito?
—O quizá sí, puedo ser un lobo hambriento en busca de la presa más hermosa que haya visto.

Luego de decir esto Carisi se acercó un poco más a la mujer, logrando que toda esa tranquilidad que había adquirido se mezclara con una especie de nervios y ansiedad, Amanda nunca se esperó que aquello ocurriera, que sus labios estén tan cerca y que sus pupilas se fundan en una sola cómo si él deseara con su mirada transmitirle todo aquello que estaba dentro de su corazón y que no se animaba a decir, a poner en palabras. Cuando comprobó que ella no pondría resistencia si deseaba besarla se acercó aún más uniendo sus respiraciones, y cargando el ambiente de tensión, pero de una tensión exquisita que deseaban que perduré, aunque sea unos minutos más, pero cuando Carisi quiso hacerlo, cuando quiso sentir que sabor tenían los labios de Amanda el ruido del timbre los interrumpió.  

Aprendiendo a amarte|| Bensler - Rollisi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora