Capítulo catorce: Regreso.

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—¡Nick! —Pronunció Olivia en un tono de voz bastante alto rogando que él lo escuchará, ya era sábado a media mañana y estaban a punto de finalizar el informe con la investigación del suicidio del acusado que debían entregarle a la UVE.
—¿Qué ocurre Liv? —Indagó el hombre ingresando en la oficina, su mirada automáticamente se dirigió a las orquídeas que descansaban en la maceta a un lado del escritorio de la mujer— ¡Que bonitas!
—Luego hablamos de ello. Quiero que veas algo. —Comentó Olivia girando su notebook para que Nick pudiera ver un vídeo— Necesito que mires esto y que me digas si notas algo raro aquí.
—Mmm a ver, permiso. —Nick tomó asiento y una vez que ella dio play al vídeo él observó toda la secuencia audiovisual— Me parece extraño la entrada de esa bandeja a la celda, no es habitual ese tipo de objetos y más a esa hora de la tarde.
—Sospecho lo mismo, quizá no fue un suicidio, si bien es lo que informaron desde el recinto es un poco sospechoso.
—Realmente sí. Es mejor hablar con Fin a ver qué podemos hacer y trabajar en conjunto para cubrir todas las sospechas.
—Haz eso, y cualquier cosa que sepas me avisas ¿Sí?
—Sí, enseguida regreso.
—Gracias Nick. Otra cosa, quería hacerte una pregunta.
—¿En qué puedo ayudarte?
—Desde que llegaste hoy a la comisaria ¿No viste si alguien ajeno aquí entró a mi oficina y me dejo estas flores? Es la segunda vez que ocurre y no sé qué hacer.
—¿No te dejaron alguna nota o algo?
—Sí, pero en la nota no hay ningún nombre y no se me ocurre quién puede ser la persona que está enviándome flores.
—Mírala usted a la señorita Benson con admiradores secretos. —Bromeó Nick riendo y Olivia no pudo evitar reír también.
—¡Hablo en serio tonto!
—Perdón, no he visto a nadie entrar a tu oficina Liv, llegué temprano y no vi nada hoy.
—Está bien, gracias Nick.
—De nada Liv, hay alguien que quiere verte.
—¿Quién es? —Indagó Olivia enarcando su ceja confundida.

En la casa de Elliot la mañana recién comenzaba. Tanto él como Santino se encontraban sentados cómodamente en las banquetas de la barra desayunando mientras charlaban y reían. Siempre era la misma rutina, el niño le contaba todo lo que había hecho en la semana y Elliot lo escuchaba con atención, aquello era una costumbre que amaban, desde que había nacido su hijo Ell siempre había procurado estar al pendiente de cada momento de la vida del niño, no quería perderse lo mejor de su vida por nada del mundo, ni siquiera el más mínimo detalle.

—¿Así que te sacaste un sobresaliente en una tarea?
—¡Sí papi! —Respondió Santino con una sonrisa y mucho entusiasmo, aún recordaba las felicitaciones que había recibido por parte de la maestra— La maestra me felicito por eso.
—Me alegra muchísimo hijo, estoy muy orgulloso de ti. —Comentó Elliot acariciando los nudillos de la mano infantil— Eres el mejor hijo del mundo entero.
—¡Y tú eres el mejor papá del mundo entero!

La emoción con la que Santino pronunció cada palabra caló hondo en el interior de Elliot dándole una felicidad única, esto le daba la convicción de que no estaba haciendo las cosas mal, y la mejor retribución que él podía tener era el amor desinteresado y puro de su hijo.

—¿Puedo llamar a mamá? La extraño.
—¿Ya terminaste de desayunar? —Indagó Elliot luego de beber un sorbo de café y Santino asintió con la cabeza y una sonrisa satisfecha— Esta bien, ve a lavarte las manos y luego llamas a mamá.
—Bueno papi.

En la oficina de Olivia la castaña abrazaba fuertemente a esa mujer sin intenciones de soltarla. Casey también sentía lo mismo y eso las llevo a reír, se habían extrañado mucho.

—¡Al fin has vuelto! —Pronunció Olivia emocionada, desde que Casey se había marchado a España hacía dos años atrás más allá del contacto virtual había deseado tanto abrazarla— Te extrañé demasiado, Casey.
—Y yo a ti Liv, se me hicieron eternos estos dos años.
—Toma asiento por favor. —La invitó la castaña y la rubia asintiendo con la cabeza se sentó, Liv se sentó frente a ella y tomó sus manos— ¿Cómo te fue en España?
—Bien, ya sabes, un poco de monotonía, lugares hermosos, buena compañía, pero extrañaba mucho este lugar.
—Lo bueno de todo esto es que pudiste vivir una nueva experiencia en tu carrera abogada.
—Si, una nueva marca exitosa en mi currículum nunca viene mal. —Pronunció Casey con una sonrisa y Olivia asintió— ¿Y Santino? ¡Lo extrañé un montón!
—Él también te extraña, te lo aseguro. Está bien, ahora está pasando el fin de semana en la casa de Elliot, ya sabes, el régimen de visitas. —Una vez que la castaña terminó de pronunciar esto suspiró, Casey que la conocía tan bien asintió.
—¿Aún te sigue costando?
—Creo que nunca me voy a acostumbrar a esta rutina.
—¿Y qué esperas para cambiar tu realidad? ¿Qué es lo qué te frena Liv?
—El miedo, la confusión, el bienestar de mi hijo, todo eso me frena Casey y realmente me estoy volviendo loca en este laberinto en el que no encuentro una salida. —Respondió Olivia pasando sus manos por su rostro y Casey río— ¡No te rías tonta, esto es serio!
—Perdón, me causa la cara de preocupación que le pones a algo que es tan simple.
—¿En qué sentido lo ves simple?
—En que debes frenar un segundo, frenar tu cabeza y averiguar qué es lo que sentís por Elliot, Liv. Más allá de la apuesta y la borrachera tú sabes que él estará en tu vida para siempre y eso no lo puedes evitar, pero si puedes decidir cómo vives esa presencia diariamente.
—Te juro que me siento presionada y no aguanto más, necesito aclarar mi cabeza, mi corazón y poder seguir adelante.
—Está en ti lograr eso Liv, escúchate a ti misma y veras que todo, absolutamente todo tiene solución.

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Dos cosas quiero decir... ¡Volvió Casey! y deseo materializar a Santino, lo juro. Espero que les guste y a prepararse, el siguiente capítulo viene con sorpresa incluida. ❤

Aprendiendo a amarte|| Bensler - Rollisi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora