XXVII

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*Dos semanas antes de que regresarán a Belial*

Aclaración: el próximo capítulo contiene escenas de violencia extrema. Si eres una persona con sensibilidad no recomiendo leerla.

+18

La pareja de adultos estaba en la oficina, a la espera del tan esperado llamado.

Hace semanas que lo estaban buscando, pero su enemigo se escondía como las ratas. Pero a decir verdad, era más bien una sombra maligna y oscura que parecía perseguirlos desde las tinieblas.
Lentamente iba absolviendo lo que quedaba de ellos, dejando solo miedo y un destino incierto para ellos y su heredero.
No podían dejar que su legado dee años se viniera a bajo, que los muros cayeran solo por temor. Tenían que cuidar lo único que les quedaba, debían mantener a Louis con vida pase lo que pase.

Lo intentaban mantener a salvó ocultandolo del resto del mundo, en el lugar más seguro que conocían mientras ellos peleaban su guerra.

Intentaban perseguirlo y capturarlo. Pero no le podían seguir la huella a una sombra.

El teléfono sonó y Valentino se apresuró a responder.

Sabemos dónde está... — se escuchó la voz agitada de Darío al otro lado de la línea — Capturamos a tres de sus hombres... — el alfa jadeaba cansado, como si estuviera corriendo — Los retuvimos por un momento pero lograron escapar — se escuchó un disparo, haciendo que Valentino se pusiera alerta.

— ¿Darío, sigues ahí? ¿Que fue eso?

Nos-nos están siguiendo. Están armados y nos están siguiendo pero logramos averiguar dónde Simón se encuentra... — otro, y otro disparo se escucharon luego de la interferencia. — Es en el centro de la ciudad, en una mansión. En los barrios altos. Ahí están-

La llamada se cortó.

— ¿Darío, Darío? — preguntó desesperado ya que no había más contacto del otro lado.

Iba a colgar para llamar a los otros alfas pero volvió a sonar.

Ya los perdimos, estamos a salvó — se escuchaba su entrecortada voz.

Valentino sintió como le volvió el alma al cuerpo luego de esas palabras.
Por un momento realmente se había asustado.

— Mantente a salvó... mandaré a algunos hombres por ustedes.

Bien.

Darío cortó la llamada.

Valentino se quedó algunos segundos con el aparato en la mano, asimilando que por fin iba a tener su venganza. Sintió como unos cálidos brazos lo rodeaban por los hombros, acompañado de un sutil beso en su mejilla.
Lucifer se recargo en él, cerrando los ojos e instando hacer que se sintiera tranquilo.


El alfa cerro los ojos y exhaló lentamente, sintiéndose protegido en los brazos de su amado.

— Ya todo terminará pronto — le susurro el omega — Ya no tendremos que tenerle miedo.

•••

Parecía que una guerra se aproximaba, y así era. Parecía que por fin todo llegaría a su fin y solo un apellido sería el dueño de Belial.

Cittá Divisa: 𝕭𝖊𝖑𝖎𝖆𝖑 |Larry|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora