Cittá Divisa: 𝕭𝖊𝖑𝖎𝖆𝖑 |Larry|

XXXI

🌹🗡️Capítulo Final🗡️🌹

El joven se despertó con un dolor incontenible en el pecho, como si se estuviera muriendo. Tenía el cuerpo perlado en sudor, traspasando su ropa y las sábanas. Estaba empapado en su propia transpiración.

Abrió sus ojos de golpe, boqueando en busca de aire que parecía no conseguir. Al abrir sus ojos se encontró con oscuridad, esa que lo atormentaba hace un día en la partida del omega.

Su instinto le dijo algo no estaba bien. Su Alfa se desesperaba en su interior, pidiendo por su omega, solo por él. Cómo si Louis estuviera en peligro, como si algo malo le pasará.

Eso claramente no era una buena señal.

Ya les había sucedido antes, aquella vez cuando Louis casi muere.

Mierda.

El alfa entonces entendió, comprendió el porque se había sentido raro durante todo el día...

Harry cayó de rodillas al piso cuando intento salir de la cama.
El rizado veía borroso, todo le daba vuelta, y cada vez parecía perder más fuerza. El corazón se le escuchaba en los oídos, y sus brazos temblaban cuando intento ponerse de pie.

Estaba de rodillas; con las manos temblorosas apoyadas en el frío suelo, con respiración entrecortada. Sus largos rizos estaban sueltos y le tapaban la visión cayendo sobre su rostro.

No sabía que hacer y estaba entrando en pánico. Pero tenía que intentar algo.

Con manos y piernas temblorosas se puso de pie, haciendo su mayor esfuerzo para no caer de nuevo. Sus enrojecidas rodillas dolían, pero nada se comparaba con el sufrimiento de su pecho. La oscura habitación dificultaba su visión casi por completo, y seguía mareado, todo continuaba girando. Hace demasiado tiempo no pasaba por algo de esa magnitud; tanto sufrimiento, tanta angustia y pena que lo hundían como si empezará a meterse en lo más profundo del mar, donde no había escapatoria y los animales más extraños y tenebrosos veían como su cuerpo iba cada vez más a lo profundo.

Se estaba ahogando en dolor.

Oh, pobre joven confundido, pobre joven de corazón adolorido. Pobre su alma que estaba siendo separada de su mitad destinada.

El de ojos jade por fin pudo pararse, y con pies temblorosos empezó a caminar, arrastrándolo a cada paso que intentaba dar. Llegó a la puerta y giró la perilla hasta que pudo abrirla.
Salió como pudo, mirando a su alrededor en busca de ayuda que parecía que jamás iba a recibir.

El pasillo oscuro y silencioso era el único testigo de su desesperación.

-Ayuda, por favor, ayuda - suplicó como pudo, sintiéndose cada vez peor.

Para su suerte, uno de los guardias de turno lo vió y se acercó a él cuando noto lo extraño que se comportaba.

-¿Se encuentra bien? - dijo el guardia al acercarse.

- Llama a Valentino - pidió con voz entrecortada -Dile que es urgente... - Intento sonar lo más calmado posible.

El alfa ni siquiera insistió, acatando de inmediato la orden de su superior. Se fue en busca de su jefe dejando a Harry solo otra vez, pero con algo más de esperanza.

Cerro sus ojos e intento canalizar sus pensamientos, sus sentidos... si quería que Louis estuviera bien tenía que transmitirle algo de su paz.

- Ya voy por tí, amor. Resiste un poco - pidió en susurro esperanzado, deseando que logré escucharlo.

En solo cuestión de segundos su suegro llegó hasta él.

Valentino tampoco había podido dormir durante la ausencia de su cachorro, estaba atento a cualquier llamada que pudiera llegarle por parte de Zayn o su hijo.