Cittá Divisa: 𝕭𝖊𝖑𝖎𝖆𝖑 |Larry|

VIII

ACLARACIÓN IMPORTANTE ANTES DE COMENZAR A LEER:

El siguiente capítulo se nombra la devoción al satánismo como religión y se insinúa ofensas hacía Dios. Por eso sí eres una persona religiosa o devota te pido que entiendas que esto solo en una novela y no se hace con intenciones de ofender a absolutamente nadie.

Si por algún motivo te sentís atacado lamento decirte que ya no es mi culpa, vos lees porque querés. Y todo lo que está acá solo es producto de mi imaginación, por ende no EXISTE EN NINGÚN LADO MAS QUE EN ESTA NOVELA.

Me tomo el trabajo para aclarar esto para que ya estén advertid@s y no se alteren o los tome por sorpresa.

A.S

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Capitulo VIII. Parte I de II:

Algunos días pasaron de la acalorada reunión pero nadie llevaba la cuenta exacta. El sol solo nacía todas las mañanas en Belial, aclarando el cielo gris o a veces celeste. Dejándose morir todas las noches con la llegada de la luna y las estrellas que alumbraban como faros pequeño y parpadeantes en el oscuro empíreo.
Que era vigilado por un supuesto Dios que dejaba a sus fieles a merced de la suerte y destino.

Las cosas se volvieron más tensas en la fortaleza Tomlinson. Nadie salía, nadie entraba. La vigilancia había aumentado el doble por petición de Louis y que por primera vez en años volvió a tener miedo.

Sin embargo las pérdidas fueron en aumento como la seguridad en la casa desde el incendio en la fábrica textil. Fue un cambio tan drástico e inesperado que los tomo por sorpresa a todos que incluso Valentino empezó a preocuparse.

El joven omega había pasado de estar encerrado en su cuarto a pasar a meterse y encerrarse noche y día en la oficina; siguió rastro, indagó y se metió en lo más profundo de la la oscuridad en busca de esa persona que tuvo el atrevimiento de meterse con sus pares. No tomaba descanso, aunque tampoco lo necesitaba, solo deseaba la venganza y cobrarse la vida que se le fue arrebatada.

Dejó caer su cabeza hacia atrás mientras la frotaba. El aire dejo sus pulmones con pesadez.

Era pasado la tarde y estaba metido en las cuatro paredes de su oficina desde la madrugada.

Todos esos metros cuadrados que tenía casi el mismo tamaño de su habitación. Pintados en un tono blanco casi llegando a gris. El lugar de trabajo del omega. Una oficina en la parte superior de la mansión, ubicada al final del pasillo del lado izquierdo. La que en algún momento iba hacer el lugar de trabajo de su hermano mayor y ahora era suyo.

El santuario de Louis.

Absolutamente tenía permitido el paso ahí. Ni Valentino, ni Zayn o cualquiera. No permitía la entrada de nade que no sea él, porque no quería que tuviera el aroma de alguien más.

Era su lugar lejos del mundo.

Cuatro paredes que contenían un escritorio de color negro hecho de madera de caoba justo en el centro, acompaño de una silla hecha a medida del mismo color. Una gran biblioteca de color marrón oscuro en el lado derecho, con libros y documentos perfectamente ordenados en más de diez estantes que ocupaba casi toda la pared.
Pisos de cemento pulido de color blanco con pequeñas incrustaciones en negro. Un techo de madera donde colgaba un gran candelabro de cristal con diminutas luces blancas que iluminaba todo el espacio. Atrás estaba ese inmenso ventanal pero al contrario de su cuarto este tenía balcón habilitado.