Capitulo 10 Cenizas

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Los días pasaron, y las cosas con la ciudad no habían hecho otra cosa más que empeorar.

Soul Note revivía el sentimiento de angustia que había sentido, cuando él asesino del bosque aún vivía. Lo policía seguía con su inútil búsqueda del mayor de los Omne, tenían retenes en cada salida del territorio, pero parecía que al chico se lo había tragado la tierra. Asimismo, tenían vigilados a todos sus amigos y conocidos cercanos, con la esperanza de encontrarle, pero no habían logrado nada.

Desafortunadamente los familiares de las víctimas tomaron represalias contra la casa de Alfred, la habían incendiado un par de días después de su huida, y lo poco que quedó de la casa fue destrozado por los vecinos, lo peor de todo es que nadie quiso decir quién lo hizo, tampoco es que hubieran hecho mucho por intentar salvar aquella casa, solo dejaron que se volviera cenizas frente a sus ojos. Los bomberos llegaron horas después, solo para hacer mero acto de presencia, pues ya sabían de quién era la casa que se incendiaba.
          La ciudad se estaba vengando inconscientemente por lo ocurrido meses atrás, no olvidarían lo que Alfred había hecho, ya habían tenido un maniático asesinando personas, y no importaría si Alfred era solo un joven trastornado, él pagaría por sus crimenes.

Todos lamentaban la muerte de los estudiantes, sus restos fueron sepultados en el gran cementerio de la ciudad, muchos asistieron a la ceremonia, independientemente si conocían a las familias o no, compañeros de clase, amigos, maestros, y entre todos ellos estaban Darío y Ester, los cuales ya comenzaban a sufrir por la relación tan cercana que habían tenido con el castaño.

Darío había dejado de ser el capitán del equipo de futbol, el entrenador lo degradó sinno dar ninguna explicación, además la preparatoria anuló todos los créditos extra que había logrado en ese semestre, algo que el castaño peleó por días, sin embargo al final no pudo conseguir nada.
          Ester por otro lado, fue expulsada del periódico escolar por negarse a escribir la nota de Alfred, ella no estaba dispuesta a mentir para alimentar acerca de Alfred, tampoco alimentaria el odio que le tenían a su amigo.

Y que decir de Lucas, quien duró casi dos días en la estación de policía siendo interrogado por los agentes federales, fueron horas y horas de preguntas y amenazas de ser acusado de cómplice y ser encerrado en una prisión de máxima seguridad.                    
          También estaba el hecho de haber sido expulsado de la alianza del territorio, ahora la única Bruja que se atrevía a hablarle era Helena, misma que mantenía una relación cercana con sus padres, y no estaba dispuesta a alejarse como los otros.

No nada fue sencillo sacarlo de ahí, la policía no quería dejarlo ir, él era la única posibilidad de encontrar a Alfred, y por supuesto que no lo dejarían ir así como así, el chico estaría vigilado día y noche, incluso habían solicitado un permiso para poder vigilarlo en la preparatoria, mismo que fue denegado por la dirección del plantel.

Por otro lado, Alexander seguía recuperándose de las heridas causadas por Scott, normalmente sus heridas sanaban casi al instante, pero las heridas cuasadas por un Alfa eran un poco más complicadas de sanar, necesitaban de cuidados especiales, por lo que Ofelia se ofreció a ayudarle con eso, después de todo, ellos eran los responsables de esa ciudad y estaban para apoyarse.

Muy pocos se habían dado cuenta, pero el Alfa estuvo muy pensativo desde que Helena y las demás Brujas los salvaron aquel día. El pelinegro pensaba en muchas cosas, el estrés y la preocupación ya comenzaban a pasarle la factura, ni siquiera podía dormir más de diez minutos.
         Aúnque no todo estaba tan mal, ya que la amenaza de exterminio  por parte de la policía, también había frenado a Scott y su manada, les habían comprado tiempo.

¿Cuánto?

No lo sabía, pero aprovecharía cada segundo para encontrar la forma de salvar a su manada.

CAOS Libro 2Où les histoires vivent. Découvrez maintenant