CAOS Libro 2

Capitulo 28 Bando equivocado

Fueron días difíciles para Thomas, había estado varios días en ese hospital, su operación fue todo un éxito, aunque los doctores del Hospital Hudson no se explicaban cómo sus heridas habían sanado casi por completo mucho antes de llegar al quirófano.

El hospital estaba prácticamente vacío, solo había unos cuantos pacientes que habían llegado recientemente. Anhelando que el milagro de días atrás se repitiera de nuevo. Pocos podían sentir los remanentes del poder mágico que Lucas había dejado impregnado en ese lugar. Mismo que de una u otra forma seguía curando a los enfermos.

Habían tendido que ponerle un escuadrón completo en su habitación, ya que todos los enfermos querían ver con sus propios ojos al chico que se curo mágicamente de lo que pudo ser una muerte trágica, a manos de un grupo de personas resentidas.

Sus agresores habían sido vinculados a proceso, los abogados de la familia Haven habían hecho todo lo que estuvo a su alcance para meterlos a la cárcel. Asimismo habían hecho su mejor esfuerzo por transferirlo a un clínica privada. Lastimosamente esto no había sido posible.

La policía insistió en tener al mejor en custodia, argumentando que estaba en peligro y que posiblemente sería atacado una vez más en cuanto saliera del lugar. Por lo que tuvo que esperar varios días hasta que el padre de Lucas apareció.

Cómo su tutor legal tuvo el poder de pedir su traslado. Sin embargo no se escapó de tener que lidiar con la policía y haber tenido que explicar cómo fue que desapareció sin dejar rastro.

Thomas solo podía imaginar la cantidad de dinero había costado silenciar los rumores y dudas acerca de lo que había ocurrido. El chico se sentía algo ansioso por llegar a la mansión de Jaydan. Había hablado con Cristhian un par de horas atrás. El Omega trató de tranquilizarlo diciéndole que Alfred estaba más calmado, y que ambos estaban a la espera de poder verlo otra vez.

También le contó acerca de Lucas, y el como su hermano estaba intentando rescatar a el pelinegro de lo que parecía ser una base militar clandestina.

Thomas no pudo evitar preguntar por Mabel, la Vampira que hizo todo lo posible por mantenerlos a salvo y por el pequeño Ernesto, del que no sabían nada desde que su padre fue a recogerlo.

Cristhian le platicó de Mabel tuvo que someterse a un examen riguroso por parte de Helena y las demás Brujas. Ellas solo querían corroborar si la Vampira había logrado sanar al cien porciento, para después permitir que la Vampira volviera con Isabella y los suyos.

Ambos chicos no pudieron evitar derramar algunas lágrimas al recordar que estuvieron a punto de morir a manos de ese monstruo, Cristhian se disculpó con él, se sentía culpable por haber ovacionado todo lo que les pasó. Se culpaba por haber sugerido el picnic ese día, ya que si ellos no hubieran ido al bosque, esa vosa no los habría encontrado y nada de eso hubiera pasado.

—Cris, ya te dije que tú no tienes la culpa de nada, ese monstruo habría encontrado la manera de dar con nosotros de todas formas. Él a perseguido a mi familia por generaciones, solo que ahora sabemos que puede encontrar la manera de llevarnos a su prisión. —dijo Thomas mientras veía como Cristhian se sentaba en un sillón de la biblioteca de esa mansión.

—Hablando de eso, ya no pude encontrar a nueces...

—¿Nueces?

—Si, la pequeña ardilla con alas. Se fue con Ernesto, y aunque lo estuvimos buscando, no logramos encontrarlo.

Fue entonces que Thomas recordó recordó fragmentos de lo que había ocurrido. Ese monstruo lo estaba asfixiando, él aún podía sentir la sensación de desesperación que tenía en esos momentos. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo cuando recordó la voz ronca y muerta de ese ser.