𝙳𝚊𝚍𝚍𝚢'𝚜 𝚁𝚘𝚘𝚖 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘

Capítulo ღ V

Miré alrededor hasta que logré localizar los sanitarios, así que, a paso rápido caminé hasta ese lugar mientras empujaba a los ebrios que se encuentran en pésimo estado.

Lamentablemente, no vi a tiempo a una persona que logró empujarme y fui lanzado directamente al suelo y cerré mis ojitos e intenté soltar el cuerpo en un intento de evitar un fuerte golpe tan pronto mis nalgas besaran el suelo.

Sin embargo, nunca caí al suelo pues alguien con brazos fuertes me tomó a tiempo y evitó que yo hiciera el ridículo frente a muchas personas que ni siquiera conozco. No pude evitar inhalar el varonil aroma que envuelve por completo a mi héroe.

—¿Te encuentras bien? — me preguntó el desconocido con un tono muy varonil tan pronto me dejó en libertad.

Sin poder evitarlo, me giré bruscamente hacia él y no pude evitar mostrarme sorprendido tan pronto escuché su voz inconfundible que me hace temblar por completo; tragué en seco al encontrarme con su penetrante mirada que me hace sentir tan pequeño y hambriento.

Oh. Por. Dios.

¡Su sonrisa es maravillosa! ¿Cómo es que, ha decidido mantenerla oculta durante tanto tiempo? ¡Eso no es de Dios! 

—Eres más guapo en persona— logré decir después de unos minutos de completo silencio en los que pude admirar el fuerte y musculoso cuerpo del ahora no desconocido.

—¿Disculpa? — el hombre frunció el ceño y no pude evitar suspirar pues definitivamente no hay vuelta atrás. Oficialmente he caído rendido ante sus pies y no planeo levantarme nunca.

—Eres Chris— aseguré.

—¿Chris?

—¡Sí! — prácticamente chillé y agregué—: ¡Eres Chris de Daddy's Room!

El hombre soltó una hermosa risa que me dejó embobado por completo.

—¿Cómo estás tan seguro sobre ello? — inquirió tras cruzarse de hombros y eso ayudó a que se vieran mucho más apetecibles.

—Tus brazos son inconfundibles. Además, tu voz es única— admití.

Chris se acercó demasiado a mí y me sentí increíblemente pequeñito.

—Deberás mantener esto en secreto— dijo con tono serio —Nadie debe saber mi verdadera identidad. ¿Entendido?

No puedo negar que me siento en un sueño. Durante tanto tiempo deseé encontrarme en persona con el hombre que tengo frente a mí, sin embargo, ahora que lo tengo aquí, no sé qué decir o hacer pues los nervios me dominan por completo.

Logré armarme de valor para hablar—: No diré nada, pero tengo una condición.

—¿Cuál condición?

—Bésame. Y, no diré nada— le aseguré.