𓏲 Capítulo 5

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Esa noche, Mina se masturbó otra vez pensando en su mejor amiga, sintiendo mucha culpa, pero no volvió a llorar. No sabía qué era peor, masturbarse o hacerlo mientras pensaba en Chaeyoung. Todo se había vuelto demasiado confuso para ella, pero no podía evitarlo, ¿eso la hacía lesbiana? Ojalá que no, porque no era lesbiana, no podía ser lesbiana

Pero, ¿realmente eso era tan malo?

No dudes ahora, se dijo a sí misma. Se despojó de su ropa y se metió a bañar, otra vez con la esperanza de borrar lo que había hecho, como si eso fuera a funcionar, pero solo quería mantener latente esa posibilidad.

Regresó a su cama de nuevo ya con su ropa de dormir puesta, pensando en cómo haría para ver a Jaehyun a la cara después de su confesión, estaba segura de que muchos iban a hacer preguntas y sería muy vergonzoso que todos supieran que fue porque lo engañó. Despejó su mente lo más que pudo y se permitió dormir las horas de sueño que le quedaban antes de que la alarma sonara.

A la mañana siguiente, se levantó con cansancio, deseando poder dormir un poco más para no hacerle frente a la realidad que inevitable la golpeaba. Se miró en el espejo del baño, analizándose con detenimiento, ella no era una mala chica, siempre fue obediente, con buenas calificaciones y respetuosa, es cierto que a veces ocultaba cosas y que lo que hacía con su cuerpo no era algo bien visto por su religión, es más, lo repudiaban, pero seguía siendo ella misma, justo como Chaeyoung le había dicho, porque después de besarla, no había cambiado en su forma de ser, seguía siendo Myoui Mina.

Quería cambiar, quería hacer por una vez lo que ella quisiera, la sensación de actuar como una adolescente de su edad era llamativa. No era revelarse del todo, pero estaba segura de que no quería pasar el resto de su vida manteniendo una imagen, fingiendo ser feliz con eso.

Luego de arreglarse, bajó al comedor como siempre, encontrándose a su familia en sus mismos roles, no le gustaba que su madre fuera la única que hiciera todo en la casa, ¿era eso ser mala hija? Y si era así, que la perdone Dios entonces, porque ayudar a su madre no le parecía malo en lo absoluto.

Se acercó a la cocina y se dispuso a servir los platos de comida, ignorando la mirada sorpresiva de su madre.

— Mina, ven a sentarte, tu madre se encargará de eso — habló el señor Myoui, pero la pelinegra hizo caso omiso, siguiendo en lo suyo— Sharon, acabo de decirte algo.

— Hija, hazle caso a tu padre — dijo su madre con voz suave.

— No veo por qué mamá tenga que encargarse siempre de todo — respondió sin mirarlos, terminando de llenar los platos de comida — Todos podemos ayudar.

— ¿Acabas de responderme?

Mina se encogió de hombros, ignorándolo. Agarró los platos y empezó a posicionarlos sobre la mesa, dejando que su madre tomara asiento en su silla.

El señor Myoui no apartó la vista de su hija menor, molesta por haber pasado de él.

El desayuno fue en completo silencio, y al terminar, recogió los platos de la mesa y los puso en la cocina. Su madre seguía sin decir nada al respecto, atónita.

Mina estaba decidida a cambiar, empezando por cosas pequeñas que no le parecían justas, veía como su madre siempre se encargaba de todo, desde la comida, la limpieza, las compras hasta de lavar la ropa de todos, y no precisamente en lavadora.

— Vamos, iré a dejarlas — habló el señor Myoui con su expresión seria.

Jihyo tomó sus cosas al igual que Mina luego de cepillarse los dientes, la señora Myoui no los iba a acompañar esa vez, así que se quedó ordenando todo.

❝ Forbidden ❞ || MichaengWhere stories live. Discover now