𓏲 Capítulo 25

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Sana se balanceó inquieta sobre sus pies, jugueteando con sus dedos mientras se preguntaba una y otra vez qué hacía parada frente a la puerta de Tzuyu un miércoles por la mañana.

Trató enormemente de no darle tantas vueltas al hecho de que había respondido con gran rapidez la invitación de la chica a la que tenía poco tiempo de conocer, de la chica con la que había tenido una muy placentera experiencia en aquel salón vacío de química.

No podía explicarse a sí misma por qué seguía desobedeciendo a su propia conciencia diciéndole que ya debía parar ese comportamiento que no hacía nada más que hacerla sentir culpable y enormemente confundida, porque a pesar de todo lo que había sucedido, no estaba segura de qué era lo que realmente quería, no estaba segura de las sensaciones y reacciones en su propio cuerpo al estar con otra chica, haciéndose la idea de que tal vez si lo intentaba con un chico, podría dejar de una vez por todas el experimentar de esa forma, aunque eso no resolvía del todo el problema, porque de una forma u otra, eran sus acciones las que seguían estando mal.

— Sana, hola.

Se sobresaltó levemente al escuchar la voz de Tzuyu. Sus mejillas se sonrojaron sutilmente y la saludó con una corta y tímida sonrisa, se hizo paso dentro de la casa tan pronto la menor se hizo a un lado para dejarla pasar con total confianza.

Estaba asustada, no podía negarlo, si sus padres descubrían en donde se encontraba, muy seguramente la castigarían por haber mentido con respecto a donde se dirigía tan temprano, y ni hablar de lo enojados que se pondrían al saber que estaba en casa de una chica a la que ellos no conocían, solo la dejaban salir con Dahyun, Jeongyeon y Mina, con ellas sus padres estaban seguros de que no haría nada indebido.

Irónico.

Observó con interés el interior de la casa, las paredes blancas la hacían lucir más espaciosa de lo que realmente era, los adorables adornos en los muebles resaltaban junto a los cuadros familiares que colgaban de las paredes, y eso que solo era la parte de la entrada.

— Ven, debemos ir a la sala primero — Tzuyu tomó la muñeca de la mayor, tomándola por sorpresa ante el suave tacto de sus dedos.

Sana simplemente se dejó guiar sin entender por qué debían ir ahí, pero se evitó cuestionar por el momento al respecto. Unos cuantos pasos después, ambas se detuvieron en la entrada de la sala. Sana se puso más nerviosa al encontrarse con una mujer mayor que tenía la vista fija en un libro mientras movía su cabeza lentamente al ritmo de la música que sonaba en una pequeña radio. Era fácil deducir quién era ella, sin embargo, le pareció extraño, ella pensaba que estarían a solas y que por eso la había invitado.

— Abuela, traje a una amiga — Tzuyu se dirigió a la mujer, llamando su atención — Su nombre es Sana y va a quedarse a almorzar.

— H-Hola, es un gusto — hizo una reverencia ante ella, luciendo más nerviosa que antes. Relacionarse con personas nunca fue su fuerte, mucho menos con adultos.

— El gusto es mío, cariño — le sonrió con amabilidad, dejando el libro a un lado para mirarlas — Siempre es un gusto conocer a las amigas de mi Chewi.

— Estaremos en mi habitación, ¿necesitas que haga algo por ti antes de que suba?

— Por el momento, no — sonrió, acomodándose los anteojos — Recuerda que en un par de horas debo tomar mis medicamentos.

— Lo sé, tú tranquila — sobó cariñosamente su mano — No te preocupes por el almuerzo tampoco, hoy lo preparo yo.

— Chewi está de buen humor hoy, ¿a qué se debe? — enarcó una ceja, mirándola con cierta picardía, dirigiendo la misma mirada hacia la mayor a su lado.

❝ Forbidden ❞ || MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora