𓏲 Capítulo 7

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Los labios de Chaeyoung se movían al compás de los de Mina, terriblemente nerviosa y emocionada de nuevo, no pudo evitar cerrar sus ojos, tratando de relajarse mientras Mina sobaba sus mejillas con sus pulgares. Otra vez estaba ilusionándose, pero ¿cómo no hacerlo? Que Mina la besara de esa manera debería ser ilegal, no podía besarla así y luego hacer como si nada, como si no hubiera pasado mientras ella se quedaba en una enorme nube de ilusiones.

— Chaeyoung, de verdad lo siento — la miró directamente a los ojos al separarse, aún demasiado cerca, creyendo que se estaba sobrepasando.

Mina volvió a besarla, pero con más fuerza. Evitó pensar en las consecuencias, dejándose llevar por ese momento que se sentía tan bien y en calma. La rubia por fin reaccionó y pasó sus brazos alrededor de su cuello, jugueteando con los mechones de cabello que caían en la parte trasera de su cabeza, acercándola a su cuerpo, soltando leves suspiros y jadeos casi inaudibles. Su corazón latía con fuerza contra su pecho, no quería que la soltara, quería permanecer de esa manera siempre, y Mina, muy en el fondo, también lo deseaba.

Segundos después, ambas rompieron el beso, aún con sus ojos cerrados, tratando de asimilar qué eran todas esas sensaciones que las hacía sentir tan nerviosas y apenadas, pero al mismo tiempo, tan cómodas.

— ¿Qué fue eso? — preguntó en un susurro la menor, abriendo sus ojos lentamente para encontrarse con el rostro sonrojado de su mejor amiga.

— M-Me gustó — confesó, sintiendo su respiración cortarse a cada instante.

La habitación se sumergió en otro abrumador silencio, las dos sin decir algo más. Mina agachó la mirada, poniendo atención a las manos de su mejor amiga que jugueteaban entre sí en su regazo. Sus mejillas volvieron a sonrojarse al notar los pezones de Chaeyoung perfectamente erectos por encima de su top deportivo; quiso apartar la mirada, pero no pudo. Chaeyoung se dió cuenta inmediatamente, tapándose con ambas manos, sorprendida por la poca vergüenza de la mayor. Cuando Mina levantó la mirada y se encontró con la de Chaeyoung, se sintió acorralada, no sabía ni cómo explicar todo lo que estaba sucediendo en ella en ese momento.

— Perdón — balbuceó, apartando la mirada, sonrojándose aún más, sintiéndose demasiado expuesta ante su no tan disimulada mirada.

No sabía como manejar esa situación, ni siquiera sabía cómo es que su excitación seguía ahí, haciendo presencia en su cuerpo por no ser atendido.

Chaeyoung estaba deseosa, deseosa de muchas cosas con su mejor amiga al verla así. Se debatió unos segundos sobre qué tan prudente sería saciar las ganas de ambas, ni siquiera quería pensar en lo que pasaría después, sabiendo que podría terminar por arruinar su larga y bonita amistad.

Al diablo las consecuencias, se decidió, sintiéndose egoísta al respecto, pero Mina estaba igual de necesitada que ella y no podía ignorarlo, no cuando podía hacer algo al respecto. Huir ya no estaba en sus opciones.

Sin previo aviso, tomó el rostro de Mina y empezó a besarla con urgencia, bajando sus manos hacia sus brazos con timidez, metiendo sus dedos bajo las mangas de su suéter. Escuchó un leve jadeo cuando mordió suavemente su labio inferior, dándole paso a su lengua sin aviso alguno, se encontró realmente sorprendida al ser correspondida con la misma pasión.

— Chaeyoung — susurró en un suave gemido al sentir la mano de la menor bajando hasta su intimidad, presionando con sutileza sobre la tela de su pantalón, su piel erizándose ante la suavidad del toque, soltando un jadeo involuntario.

La rubia quitó la mano, arrepintiéndose por el atrevimiento. Pero sus ojos se abrieron con gran sorpresa cuando Mina tomó su mano y la puso de nuevo en su intimidad, dándole permiso para seguir tocándola.

❝ Forbidden ❞ || MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora